La incidencia del covid-19 en España (casos/100.000 habitantes) se sitúa en 1.206 puntos en los últimos 14 días. La sexta ola sigue al alza sin una remisión a la vista al menos en las próximas dos semanas. Afortunadamente, las vacunas –y la aparente levedad de ómicron– están ayudando a mantener baja la presión hospitalaria y el conteo de fallecidos, que aún no superan lo registrado en la ola anterior; pero, como apuntan los expertos, demasiados contagios pueden cambiar la tendencia y, si bien no saturar los hospitales, sí empeorar el problema de salud pública.
Madrid, que hasta hace dos semanas se mantenía en el vagón de cola de los contagios, ha ascendido a los puestos de cabeza con 1.769 puntos de incidencia (casos/100.0000 habitantes) en los últimos 14 días. Siguen por encima Euskadi, Navarra y La Rioja, pero la autonomía madrileña es la que ve los positivos crecer más rápido y la que más casos detecta entre sus jóvenes. La variante ómicron, ha confirmado este lunes el Ministerio de Sanidad, ya es predominante en toda la comunidad. Fue una de las primeras regiones que empezó a notar el cambio de tendencia que anticipa la llegada de estas mutaciones: los contagios en jóvenes empezaron después del puente a subir de manera prácticamente vertical. Sin embargo, el Gobierno regional dirigido por Isabel Díaz Ayuso es el único, de entre las autonomías más afectadas, que no va a hacer nada para limitar la transmisión. Cuenta con la ventaja de que aún no lo nota demasiado en los hospitales, pero los pacientes covid ya son el 17% de las camas disponibles en la UCI frente al 14% del pasado viernes. Tres puntos más frente a los dos de la media nacional. El impacto hospitalario siempre va con retraso.
La imposibilidad, o la negativa, a llegar a un acuerdo vinculante o al menos de indicadores para un abordaje de la sexta ola común en todo el Estado, ni en la Conferencia de Presidentes ni en el Consejo Interterritorial, ha derivado en una alianza nunca antes vista desde marzo de 2020: Aragón, Euskadi, Navarra, Asturias y Cantabria tomarán medidas comunes de restricción, aunque adaptadas a la realidad y a los deseos de cada comunidad. La Rioja podría sumarse, a tenor de las declaraciones de la consejera de sanidad aragonesa, Sira Ripollés.
El escenario varía por horas entre cada comunidad, pero el panorama general es el mismo. Euskadi, que hará el anuncio oficial este martes, parece ser la que va más lejos: cerrando la hostelería y el ocio nocturno a las 21:30 horas. Le sigue Asturias, que clausurará bares y restaurantes a la una y todas las discotecas y pubs. Aragón opta por dejar el ocio nocturno hasta las 2 de la mañana y Cantabria por cerrarlo solo en los municipios con más incidencia. Navarra, por su parte, baja la persiana de todos los establecimientos a la una, independientemente de su licencia.
Más allá de este insólito pacto del norte, Cataluña ya había anunciado que limita los aforos al 70%, clausura todo el ocio nocturno y, por ahora como única comunidad, reinstaura el toque de queda entre la una y las seis de la mañana. Murcia también se ha puesto seria con la noche, clausurando cualquier establecimiento no esencial a la una de la mañana y volviendo a la prohibición de bailar: el consumo en discotecas tendrá que ser sentado. Andalucía también estudia endurecer las actuaciones contra la pandemia, aunque todavía sin nada decidido.
El objetivo es claro: la Nochevieja. Varios presidentes autonómicos han manifestado su temor a que las habituales celebraciones masivas a horas intempestivas de estas fechas retrasen el pico de esta sexta ola. La consejera de Sanidad del Gobierno de Aragón, Sira Repollés, ha puesto cifras a esta inquietud: ómicron ha cambiado la tendencia de la onda. Antes, con delta, el mayor número de contagios se daba en los menores de 12 años, por entonces sin vacunar, y en los tramos etarios que podían corresponder a sus padres. Ahora, los jóvenes de 20 a 29 años, con más contactos y vida social por naturaleza, concentran los positivos.
Se trata de una tendencia de la que ya informó infoLibre hace una semana y que empezó a ser visible en los informes del Ministerio de Sanidad del 13 de diciembre, justo después del puente. Sin embargo, un día después de la publicación de esos datos, que ya conocían las comunidades, la posibilidad de instaurar nuevas restricciones que aplacaran lo que estaba por venir no se trató en el Consejo Interterritorial. No formó parte del orden del día y la ministra, Carolina Darias, aseguró que la solución pasaba por "vacunar, vacunar y vacunar", además de "prevenir, prevenir y prevenir", así como por "la cultura del autocuidado". Se negó a comentar un informe de la Ponencia de Alertas –el grupo de expertos que asesora a Gobierno y regiones– que, como desvelaron varios periódicos, ya proponía límites horarios y de aforo ante lo que estaba por venir.
La Conferencia de Presidentes tampoco alumbró un consenso de mínimos. Euskadi, en boca de su lehendakari, Iñigo Urkullu, fue explícito a la hora de denunciar la inseguridad a la que, a su juicio, les exponía el Gobierno central. "Las comunidades autónomas no disponemos de herramientas suficientes. Las herramientas disponibles y su cobertura jurídica son insuficientes". Sin embargo, el nuevo decreto no pasará por los tribunales vascos, ya que el Ejecutivo considera que su ley antipandemias les ofrece el marco adecuado.
Qué esperar de la pandemia después de ómicron: habrá más variantes y no tienen por qué ser más leves
Otras regiones que ya han tomado medidas para endurecer la lucha contra el covid, o que estudian tomarlas, utilizaron el encuentro de la pasada semana para lamentar que el Ejecutivo no les daba las garantías suficientes como para tomar medidas por el contrapoder de los tribunales autonómicos, que toman decisiones diferentes en cada territorio. "Hace casi dos años desde que llegó la pandemia y la falta de norma básica estatal tiene doble perjuicio: retraso a la hora de aplicar las medidas, al tener que ser validadas por la Justicia, y disparidad de criterios de los tribunales en cada territorio", lamentó el presidente andaluz, Juanma Moreno.
La enésima inacción de Madrid
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha anunciado que está estudiando si autorizar las "macrofiestas" que han pedido permiso para celebrarse en Nochevieja. Ninguna medida más. Cree que los cierres "no sirven para nada", a diferencia de lo que muestra la evidencia científica. Cree que es el momento del "autocuidado", según declaró este lunes. Es la única de las cinco comunidades con más incidencia que no está estudiando ninguna restricción, a pesar de ser el territorio donde más circula ómicron y el de más rápido crecimiento.
La estrategia política contra la pandemia de Ayuso sigue inalterada. Las próximas semanas mostrarán si, como ha pasado en otras olas, pasa factura de manera grave a la salud de su población.
La incidencia del covid-19 en España (casos/100.000 habitantes) se sitúa en 1.206 puntos en los últimos 14 días. La sexta ola sigue al alza sin una remisión a la vista al menos en las próximas dos semanas. Afortunadamente, las vacunas –y la aparente levedad de ómicron– están ayudando a mantener baja la presión hospitalaria y el conteo de fallecidos, que aún no superan lo registrado en la ola anterior; pero, como apuntan los expertos, demasiados contagios pueden cambiar la tendencia y, si bien no saturar los hospitales, sí empeorar el problema de salud pública.