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Del 'efecto Kennedy' de Sánchez a la dureza de Abascal: la 'bala mágica' para generar simpatía el 23J

Combo de los cuatro principales candidatos el 23J: Sánchez, Feijóo, Díaz y Abascal.

¿Quién de los cuatro principales candidatos te parece el más simpático? ¿Sánchez, Feijóo, Díaz o Abascal? Seguramente, tu respuesta estará condicionada por tu sesgo ideológico y tu afinidad política, pero conseguir conectar con el electorado a través de la simpatía es un arma muy eficaz de cara a unas elecciones generales. 

Un candidato, según la profesora de la UCM María José Canel, es una mezcla de varios elementos: sus características biografías y personales, su cualificación profesional, su posicionamiento ideológico y sus habilidades comunicativas. Estas últimas, como estamos viendo en esta campaña electoral tan mediatizada, son muchas veces las que marcan la diferencia.

Roger Ailes, el polémico productor de televisión estadounidense y asesor de grandes líderes republicanos desde Nixon hasta Trump, creía fervientemente que la simpatía es uno de los elementos más poderosos que debe dominar un político. “Yo lo llamo la bala mágica”, explica en su libro Tú eres el mensaje, “porque si gustas a tu público, te perdonará cualquier error que cometas. Si no le gustas, puedes dar todas las veces en el blanco y no importará”.

La simpatía es subjetiva y no tiene un único camino, por lo que, analizamos las principales fortalezas y debilidades del liderazgo de cada uno de los candidatos a las elecciones del 23J, que condicionan las filias y fobias que despiertan en los votantes:

Pedro Sánchez: un liderazgo energético

Pedro Sánchez podría ser un buen representante del modelo de liderazgo kennediano si nos regimos por la tipología planteada por Roger-Gérard Schwartzenberg en 1977 en relación a la imagen de los políticos. Como Kennedy, Sánchez es un presidente que transmite modernidad, esperanza y progreso, que domina el inglés y que no desentona con ninguno de sus homólogos europeos.

Según el experto en Comunicación política, Carlos Barrera, “la determinación y la energía” son dos de las grandes fortalezas del actual presidente, condicionadas por su trayectoria política. También, tal y como apunta la directora de Idus3 Estrategia Ana Salazar, destacan su “experiencia de gestión” al frente del Gobierno en situaciones límite como la pandemia y la guerra en Ucrania y su “marcado perfil internacional”, que estos días vamos a ver reforzado gracias a la presidencia europea.

Estas fortalezas de su liderazgo basado en la determinación y en la resistencia generan, sin embargo, cierto rechazo en parte del electorado al percibirlo como un líder “engreído” o demasiado ambicioso, según Barrera. Algo que también está relacionado con una credibilidad diezmada a lo largo de estos años por sus cambios de postura en torno a ciertos temas que “ha sido la gran brecha abierta que ha aprovechado sistemáticamente la oposición”, según Salazar.

Alberto Núñez Feijóo: un liderazgo incombustible

La gran fortaleza del candidato del PP es, como explica la politóloga Salazar, el peso de su “marca personal”, basada en las cuatro mayorías absolutas que consiguió al frente de la Junta de Galicia. Según la misma tipología de Schwartzenberg, Feijóo podría encuadrarse dentro del líder trabajador y sencillo, como Nixon o Wilson.

Otro de sus puntos fuertes es la flexibilidad, debido a que quiere representan un espacio político heterogéneo, desde el PP más centrado hasta el que comparte y defiende los pactos con Vox y son consecuencias políticas. Sin embargo, “esta laxitud ideológica podría ser también una debilidad ya que corre el riesgo de ser un tecnócrata como Rajoy”, explica Carlos Barrera.

En cuanto a su personalidad política, Feijóo se caracteriza por ser un líder sereno y tímido que puede generar identificación con la gente. Aunque esto, añade Barrera, “puede llevarle a no transmitir una ilusión desbordante” y convertirle en un político gris. Si lo comparamos con su principal adversario, "Sánchez ha demostrado un mayor dominio de las técnicas de debate en sus enfrentamientos dialécticos en el Senado, además de una mejor penetración en pantalla, lo que denominamos telegenia”, opina el socio de LLYC, Joan Navarro.

Puede que la superioridad comunicativa de Sánchez comparada con la de Feijóo sea uno de los motivos de la estrategia seguida por el Partido Popular en los últimos días basada en esconderle y evitar su sobreexposición en los debates electorales. De momento, el líder popular ha rechazado ir al de RTVE y al del Grupo Prisa. Una silla vacía que, según los expertos, es un error ya que deja que el espacio del bloque de derechas lo represente enteramente Abascal.

Yolanda Díaz: un liderazgo empático

En las formas, Yolanda Díaz tiene sin duda una forma de liderar y comunicar innovadora porque, históricamente, las líderes mujeres han adoptado ciertos comportamientos del liderazgo masculino, como Margaret Thatcher, Angela Merkel o la propia Isabel Díaz Ayuso.

Sin embargo, el liderazgo político de Yolanda Díaz se caracteriza por “la afabilidad en las formas y la dureza en el fondo”, dice Barrera, “y una capacidad de negociación y mediación muy reseñables”. Además, al ser la única candidata mujer con posibilidades de ser presidenta de España puede atraer mucho voto femenino.

Feijóo y el "error" de dejar el atril vacío con un Abascal monopolizando la derecha frente a Sánchez y Díaz

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La gran debilidad de su liderazgo está en el ruido que ha generado la formación de Sumar y la integración de Podemos a lo largo de estos meses, pero también su falta de diferenciación del PSOE. El no adoptar un discurso más duro como nos tenía acostumbrados Podemos y tener tantos puntos programáticos y valores comunes con el Gobierno socialista, puede llevar al electorado progresista a decantarse por el voto útil hacia el PSOE.

Santiago Abascal: un liderazgo firme

Lo que despierta más simpatía en el electorado de Vox es “la firmeza con la Santiago Abascal ha forjado su biografía política y la valentía para ir a la contra en las batallas culturales y otras cuestiones ideológicas”, explica Barrera. Según el CIS poselectoral de las elecciones autonómicas, esta “autodeterminación personal es lo que más valoran sus votantes y también cómo consigue recoger el estado de ánimo de la gente y canaliza el miedo hacia diferentes cuestiones”, añade Ana Salazar.

Al contrario que Sánchez, Feijóo o Díaz, Abascal es el único candidato que nunca ha gobernado ni a nivel regional ni nacional y que no tiene experiencia de gestión. Sin duda, esta es su gran debilidad unida a un discurso duro y radical que hacen de Vox un partido de nicho con un marcado y limitado techo electoral. 

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