Tribunal Constitucional

Enrique López, una ‘bomba de relojería’ en el TC que al final explotó

Enrique López: una bomba de relojería en el TC

A primera hora de la mañana del domingo, la Policía Municipal de Madrid paró en pleno Paseo de la Castellana a un motorista sin casco que se estaba saltando los semáforos en rojo. La sorpresa de los agentes al identificarle fue mayúscula. El motero, que presentaba signos de ebriedad, era Enrique López, uno de los 12 magistrados del Tribunal Constitucional, una de las máximas instituciones del Estado. Eran las 7.30 horas y el juez, según la Cadena Ser, volvía de una despedida de soltero. En la primera prueba arrojó una tasa de 1,10 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, cuando la tasa máxima permitida para los particulares es de 0,25 miligramos. "No sé nada ahora, no sé qué voy a hacer, pero reconozco los hechos y asumo las consecuencias que traigan", declaró el magistrado a la emisora. López anunció a última hora de la tarde del domingo que presentará este lunes su dimisión al presidente de este órgano, Francisco Pérez de los Cobos.

El magistrado está a partir de ahora imputado por un delito contra la seguridad vial, que se castiga con penas de prisión de tres a seis meses o con una multa de seis a 12 meses y trabajos en beneficio a la comunidad de 31 a 90 días. El episodio del Paseo de la Castellana pone colofón, por el momento, a un extenso y polémico currículo cuyo penúltimo capítulo fue la entrada del juez en el Tribunal Constitucional, a petición del Partido Popular, en junio de 2013 y tras tres años de intentos rechazados, primero por el Senado y después por el pleno del propio TC. La negativa se debía a su proximidad confesa al PP y a sus múltiples y controvertidas declaraciones durante su paso por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), donde fue portavoz entre 2001 y 2008, y a través de sus artículos periodísticos.

Durante esos siete años en el CGPJ, López nunca se preocupó por ocultar su ideología, tampoco trató de camuflarla en los medios donde era colaborador (el diario La Razón o las tertulias de Intereconomía). Así, hizo pública su postura sobre los nacionalismos: "El que no entiende de toros no comprende a España". O se posicionó sobre el matrimonio homosexual comparando en enero de 2005 la unión entre dos personas del mismo sexo con el matrimonio “entre un hombre y un animal”. En su paso por la Audiencia Nacional, donde fue miembro de la Sección Segunda de lo Penal, también se mostró favorable a las tasas judiciales o a la reforma del Poder Judicial impulsada por el ministro Alberto Ruiz-Gallardón.

De las 19 páginas que ocupa el currículo que presentó al Senado cuando concurrió en 2010, sin éxito, a ocupar un sillón en el TC de la mano del PP, 17 se centraban en nombrar todas las conferencias en las que había intervenido como ponente. Y hasta en 53 ocasiones participó como ponente en FAES, la fundación que preside José María Aznar y que es el think thank de referencia de los conservadores. El Gobierno catalán calificó de “surrealista” que López pudiera entrar en el TC después de su claro posicionamiento sobre el nacionalismo o sobre Cataluña, y por su cercanía ideológica al Partido Popular.

Además, existían dudas razonables sobre el número de años en que había ejercido como juez, uno de los requistos para entrar en el TC. Finalmente, en junio de ese año su nombre fue rechazado por la Mesa del Senado al considerar que no cumplía la exigencia legal de haber permanecido “más de 15 años de ejercicio efectivo de su profesión”. Los parlamentos de La Rioja y de Madrid, en manos del PP, presentaron recursos contra la decisión del Senado, que acabaron con el rechazo definitivo de su candidatura el 1 de diciembre por el pleno del Tribunal Constitucional. 

Tras este frustrado primer intento, el PP buscó alternativas, presentando a López como candidato a través del Congreso de los Diputados, donde el PSOE volvió a rechazarle. El empecinamiento de los de Rajoy dio sus frutos en junio de 2013 cuando, por fin, López fue nombrado magistrado del TC. Eso sí, lo consiguió gracias al voto de calidad del entonces presidente del tribunal, Pascual Sala, ya que obtuvo seis votos a favor y seis votos en contra. Antes de él, nadie había dado un salto de la Audiencia Nacional al Tribunal Constitucional sin pasar por el Supremo.

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Protagonista de la 'prensa del corazón'

En marzo de 2013, López fue uno de los responsables de que la declaración del extesorero del PP, Luis Bárcenas, acordada por el juez Javier Gómez Bermúdez, quedara en suspenso. Actuación por la que Izquierda Unida pidió que el magistrado no volviera a resolver recursos del caso Bárcenas, dada su clara afinidad con el Partido Popular y su amistad con importantes figuras del partido, como Federico Trillo. El juez es, además, cuñado de Miguel Manovel García, número dos del grupo empresarial que dirige José Luis Ulibarri, empresario leonés imputado en el caso Gürtel.

El polémico juez también ha tenido un hueco en las páginas de las revistas del corazón. Su relación con la presentadora Silvia Jato, que salió a la luz poco antes de que él ocupara su sillón en el Constitucional, le valió varias portadas en revistas como Qué me dices o en el magazine digital Vanitatis. La relación acabaría tan sólo unos meses después, pero todos los medios se hicieron eco del fugaz noviazgo. Los titulares de Abc, El Mundo o Periodista Digital tras la entrada de López en el TC hablaban de la “pareja estrella del Constitucional”.

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