Terremoto en el PP

Feijóo asume el discurso político de Casado pero marca distancias con la forma en la que dirigió el PP

Alberto Núñez Feijóo, este jueves en Ourense.

Poco a poco, declaración a declaración, el más que probable sucesor de Pablo Casado en la presidencia del PP dibuja por dónde va a llevar al principal partido e la oposición. Las pistas que va dejando Alberto Núñez Feijóo, todavía presidente de la Xunta, apuntan a un partido indistinguible del que hasta ahora dirigía Casado pero muy diferente en su funcionamiento interno.

En una entrevista concedida a la cadena COPE, propiedad de la Iglesia católica y muy influyente entre los votantes de la derecha, Feijóo trazó un retrato demoledor del PP de Casado al describir los motivos por lo que él y el resto de los barones del partido decidieron forzar su caída.

Los errores cometidos por Casado —Feijóo no le mencionó por su nombre, pero dejó claro que se refería a su etapa— tienen que ver con la falta de unidad. “Cuando en un partido no se preserva la unidad, o cuando se actúa de forma poco ortodoxa y precipitada, automáticamente tiene una serie de efectos”. 

No se refiere el presidente de la Xunta a lo ocurrido en las últimas semanas, al pulso entre la dirección nacional y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, sino a la forma de gestionar el partido durante la etapa de Casado y, en particular, a su falta de respeto a las decisiones de los barones. En el partido “tenemos una estructura como la de España, autonómica”, y “el PP debe aceptarla, no menoscabarla”, subrayó.

En vez de eso, la dirección actual tomó “una serie de decisiones en los últimos años de interferencias y de desconsideraciones hacia muchos líderes del PP”.  Decisiones que, “sumadas a las últimas en relación con la Comunidad de Madrid, han producido una tensión y una implosión que nos ha llevado a esta situación de desconfianza y de falta de unidad”. Y cuando en un partido “germina la desconfianza y la falta de unidad, eso hay que atajarlo”, sentenció justificando la operación de derribo puesta en marcha por los barones para acabar con Casado y darle a él las llaves de Génova 13.

“Las últimos semanas han sido francamente muy decepcionantes”, señaló, porque demuestran que el PP no supo entender la situación del “partido en el mes de diciembre, en el mes de noviembre”, cuando se desencadenó el pulso con Ayuso. “Y anteriormente hubo también hechos en otras comunidades, en otras provincias, que nos sorprendieron a todos”, añadió en referencia a los esfuerzos del ya ex secretario general, Teodoro García Egea, por imponer personas de su confianza en los órganos del partido en provincias y comunidades autónomas y que ha acabado por desatar la crisis actual del PP.

En la entrevista, Feijóo dejó claro que si Casado y su equipo se convirtieron en algo incómodo para los barones no fue por sus propuestas políticas sino por su manera de gestionar el partido. Prueba de ello es que el más que probable nuevo líder del PP defiende exactamente las mismas ideas, las mismas propuestas y hasta la misma estrategia para ganar las próximas elecciones generales.

Igual que Casado, Feijóo cree que España vive una “situación de enorme urgencia social y económica”. Echa en cara al Gobierno de Pedro Sánchez que “la recuperación económica no se ha producido“ porque “hoy tenemos menos PIB que en el año 2019” y ridiculiza los mensajes del Ejecutivo cuando afirma que España está saliendo de la crisis porque “los españoles son más pobres que en 2019 y probablemente no consigamos la misma riqueza hasta el 2024”. “Somos el país de Europa con la peor economía“, sentenció, y un “Gobierno distraído, con gravísimos problemas ideológicos internos”, sometido a “partidos independentistas” que le impiden situar los asuntos de Estado entre sus prioridades.

Durante su mandato en Galicia, aseguró, ha “intentando que el nacionalismo gallego no pudiese gobernar porque” sabe “perfectamente que el PSOE está dispuesto a gobernar con cualquier partido, sea nacionalista, independentista, regionalista o provincialista”.

Como el derrocado presidente del PP, Feijóo también quiere acuerdos de Estado con el Gobierno, pero no con sus socios. “Lo que pretendemos en este año y medio [que queda hasta las elecciones] es poner los asuntos de Estado por encima de cualquier otra prioridad”. Pero siempre y cuando sean para “proteger principios constitucionales, europeístas y atlantistas”. En ese caso, explicó, “es evidente que tengo la obligación de escuchar, reflexionar y responder”. 

Aunque, hasta donde él sabe, “no hemos tenido estas propuestas nunca”. Seguramente, aventuró, “porque dentro de la coalición de gobierno hacer esos pactos no es fácil”. Pero si el PSOE “es capaz de pactar en su Gobierno y ofrecer estos pactos a la oposición, evidentemente el PP será el último en levantarse para intentar pactar algunas cosas que son muy importantes para nuestro país” y que no precisó. 

En línea también con Casado, el presidente de la Xunta marcó las diferencias con Vox en el Estado Autonómico, la Unión Europea y “el populismo que cuestiona las instituciones de nuestro país y de la UE”. Y ratificó la misma estrategia: a Vox se le combate, explicó, “explicando a la gente nuestro proyecto político, explicando que es necesario unirse y tener unas grandes mayorías. Hemos de conseguir captar en su mayoría a los votantes de Vox para que” la ultraderecha “no sea una amenaza para un partido de gobierno de centroderecha que es el PP”. “Cuanto más dividamos el voto”, remató repitiendo los argumentos de Casado, “más PSOE y más populismo e independentismo habrá en España”.

Reunificar la derecha

La estrategia con la que aspira a triunfar, y con la que Casado había fallado hasta ahora, es reunificar todo el voto a la derecha del PSOE bajo las siglas del PP, como ocurría antes de la irrupción de Ciudadanos y el partido de Santiago Abascal. “Tengo una inmenso respeto a los votantes de Vox porque la inmensa mayoría votaba al PP. Se nos han ido, pero no comparto el discurso de Vox: el PP y Vox no son lo mismo, el PP nunca ha sido un partido antiautonomista, euroescéptico y populista. Cuantos más votos tenga Vox, más posibilidades tendremos de que el PSOE se mantenga en el Gobierno”, insistió repitiendo casi las mismas palabras que hasta ahora utilizaba Casado.

“Creo en los partidos que sean capaces de aglutinar mayorías. Y las mayorías no son lineales, no leen el mismo catecismo, no tienen las mismas sensibilidades, las mismas prioridades”, explicó. Lo que el PP necesita es “conectar con una base común y sustentar sobre esa base común esas mayorías. Y si no tenemos partidos con mayorías naturales como pretendemos que vuelva a ser el PP, es cuando empiezan los pactos, las discusiones, las coaliciones de intereses y cuando empezamos a tener problemas de prioridades”. 

La política española es “mucho más compleja, tiene más aristas y más puntos de vista que la gallega”, admitió. Consciente de que la fama le precede y de que “hay gente que dice” que tiene “una ideología confusa, que no se sabe muy bien” lo que piensa y “por tanto que hay riesgos” en sus “decisiones”, les responde afirmando que se ha impuesto el reto de “saber interpretar cada mañana lo que opina la mayoría de los españoles”. 

Igual que Casado, Feijóo dejará la decisión de pactar con Vox en Castilla y León y de darle entrada por primera vez en un gobierno en manos del barón local, Alfonso Fernández Mañueco. Pero el todavía presidente de la Xunta no aclaró si mantendrá el bloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial decretado por su antecesor y que amenaza con colapsar el trabajo del Tribunal Supremo. Tampoco explicó si el PP combatirá, en todas partes, la ofensiva ultra contra las leyes que tratan de proteger a las comunidades LGTBi o de luchar contra la violencia machista. Ni si, igual que Casado y que Vox, considera ilegítimo el Gobierno con el argumento de que el PSOE se presentó a las elecciones diciendo que no llegaría a acuerdos con Unidas Podemos, con Bildu o con el independentismo catalán. O si modificará la posición del PP contra las leyes reguladoras de la eutanasia o el aborto.

Donde dije digo, digo Feijóo: los motivos por los que en 2018 no dio el paso y que siguen plenamente vigentes

Donde dije digo, digo Feijóo: los motivos por los que en 2018 no dio el paso y que siguen plenamente vigentes

Entretanto, Casado ya trabaja en la búsqueda de diputados y senadores de su confianza para dirigir los grupos parlamentarios del PP en lo que queda de legislatura. Y en la fórmula que elegirá para tener presencia institucional, que con toda probabilidad será hacerse con una de las plazas de representación autonómica que ocupa el PP por Galicia en la Cámara Alta. 

Entre sus prioridades está “reorganizar el grupo” en el Congreso, explicó este jueves, para lo que ya “ha pedido información” con el fin de “analizarlo en detalle”. “Entiendo que entre los que han trabajado con mayor celeridad y compromiso hay currículums lo suficientemente claros”, apuntó sin dar nombres.

A lo que no está dispuesto es a seguir dando pábulo al interés de Ayuso en que el PP sancione a quienes dudaron de ella, entre los que están Casado y García Egea. “No tenemos derecho a seguir distrayéndonos con las cuestiones internas del partido”, zanjó. 

Más sobre este tema
stats