La portada de mañana
Ver
Un país en vilo: los escenarios que se abren a Pedro Sánchez y que marcarán "una nueva etapa política"

Feijóo consuma su plante al debate a cuatro con ataques a una RTVE en la que mintió en directo

Alberto Núñez Feijóo, en el plato del cara a cara organizado por Atresmedia.

El PP ha optado por tratar de desacreditar a RTVE con la excusa de que una de sus periodistas, Silvia Intxaurrondo, hizo este lunes su trabajo y puso en evidencia las mentiras de Alberto Núñez Feijóo. La ofensiva contra la televisión pública no es casual: se produce apenas unas horas antes de que la cadena acoja el debate entre los candidatos de las únicas cuatro formaciones que se presentan en toda España. El PP se ha negado a acudir con el argumento de que "son modelos incompletos y carecen de interés". Sí estarán los demás líderes políticos: Pedro Sánchez (PSOE), Santiago Abascal (Vox) y Yolanda Díaz (Unidas Podemos).

El vicesecretario de Política Institucional del partido, Esteban González Pons, llegó a publicar a última hora del lunes un tuit en el que descalificó a RTVE presentándola como un partido más, se jactaba de no ver la cadena y recomendaba a sus compañeros no acudir a sus programas. "Creo que RTVE va a perder las elecciones. Y espero que al día siguiente dimitan los dirigentes de ese partido, como se hace en todos los partidos cuando pierden las elecciones a las que se presentan. Mejor no ir. Yo ni la veo ni voy".

No es la primera vez en esta campaña en la que el dirigente del PP, uno de los más próximos a Feijóo, arremete contra la radio y la televisión públicas, cuyo consejo de administración también cuenta con representantes elegidos por su partido. Lo hizo también poco después de la convocatoria electoral para negarse a participar en un cara a cara con Pedro Sánchez organizado por RTVE.

Entonces acusó a la presidenta de la corporación, la periodista Elena Sánchez, de asumir la representación del PSOE a través del jefe de informativos de TVE. "No confiamos" en la "neutralidad" de la radio y la televisión pública ni en su imparcialidad, aseguró entonces González Pons. "Estaremos pendientes, con la Junta Electoral, de lo que esa televisión, pagada con los impuestos de los españoles, vaya a hacer con los debates en esta campaña".

La descalificación de RTVE se entiende mejor si se tiene en cuenta que el PP, desde el primer momento, quiso limitar los debates cara a cara a uno solo y organizado por Atresmedia, una corporación afín a sus intereses en la que Feijóo se siente mucho más cómodo.

Debate no, debate sí

El único debate que el PP estaba dispuesto a celebrar en RTVE, sin que en ese caso alegase temor alguno a su supuesta falta de neutralidad, era uno a siete (PP, PSOE, Vox, Unidas Podemos, Esquerra, PNV y Bildu) en el que estuvieran Feijóo y Sánchez y por el que no mostró interés alguno ninguna cadena, ni pública ni privada.

Con sus descalificaciones a TVE, el PP busca no sólo tapar la evidencia de que su líder ha mentido sino minar la credibilidad del debate de este miércoles, en el que estarán Sánchez, Abascal y Díaz y al que Feijóo no acudirá.

La paradoja es que el partido que está discutiendo la profesionalidad de RTVE es el mismo que somete a un férreo control los informativos de las cadenas públicas de las comunidades en las que gobierna. Hay dos casos particularmente señalados: Telemadrid y la Televisión de Galicia.

La reforma Ayuso

El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso afianzó su control sobre la radiotelevisión pública madrileña en abril de 2022, cuando todavía no tenía mayoría absoluta, consumando la segunda reforma de la Ley de Telemadrid en menos de un año. El cambio, entre otras cuestiones, rebajó la barrera para la elección del director general del ente público hasta la mayoría absoluta, de forma que el PP no se vea obligado a buscar consensos entre los grupos del bloque progresista. Al igual que sucedió con la primera, esta segunda modificación de la normativa salió adelante gracias a la abstención de Vox.

Telemadrid era el lugar de trabajo de la periodista que puso en evidencia las mentiras de Feijóo, Silvia Intxaurrondo, hasta que se atrevió a preguntar a Ayuso en una emisión también en directo de dónde iba a sacar los médicos para cubrir las necesidades del Hospital Zendal durante la pandemia del covid-19. En septiembre de 2021, la cadena fulminó a los presentadores de los informativos que elevaron la audiencia y la credibilidad de la cadena en los años anteriores.

El caso de la Compañía de Radio Televisión de Galicia (CRTVG) es paradigmático. La política de estricto control político que ejerció Feijóo sobre la CRTVG comenzó nada más llegar a la Presidencia de la Xunta con el nombramiento a dedo, en mayo de 2009, de su actual director, Alfonso Sánchez Izquierdo. No hubo acuerdo con PSOE o BNG, los otros dos partidos entonces representados en el Parlamento de Galicia.

Papel mojado

Sánchez Izquierdo sigue, catorce años y medio después, al frente de la televisión y la radio pública gallegas, pese a que su mandato caducó en 2014. Con el fin de blanquear semejante irregularidad, Feijóo optó por prorrogar su mandato de forma interina mediante una cláusula incorporada a los Presupuestos de Galicia de aquel año. Para hacerlo tuvo que saltarse su propia legalidad y no aplicar la ley reguladora de la CRTVG aprobada en 2011.

Sánchez y Díaz acudirán a los debates a cuatro de RTVE y Prisa sin Feijóo

Sánchez y Díaz acudirán a los debates a cuatro de RTVE y Prisa sin Feijóo

Una norma modélica, según todos los especialistas, que prevé el nombramiento de un consejo de administración de siete miembros, uno de los cuales será director general, elegido por mayoría parlamentaria de dos tercios en primera vuelta o de tres quintos en segunda. Y con un mandato de cinco años, para evitar su coincidencia automática con las legislaturas parlamentarias y los gobiernos de turno. Pero que es papel mojado.

De acuerdo con la misma ley, es el Parlamento de Galicia el que tiene que elegir a los siete miembros del Consejo de Administración de la CRTVG entre "personas con acreditada experiencia profesional y reconocido prestigio". En realidad, lo único que los siete tienen en común es su probada afinidad con los partidos políticos representados en la Cámara autonómica.

Cuatro de ellos (la mayoría de control del Consejo) han trabajado o lo hacen todavía para el PP o para la Xunta (uno de ellos era hasta hace poco Luis de la Matta, el actual jefe de comunicación de Génova). Lo mismo puede predicarse de los otros tres y de sus vínculos con el PSOE y el BNG

Más sobre este tema
stats