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Del 'Cara al sol' a los ataques homófobos, la otra cara del macroencuentro de jóvenes católicos en Lisboa

El papa llegando a una vigilia para jóvenes en la JMJ de Lisboa

Laura Prieto

Esta semana ha terminado el mayor evento de jóvenes católicos del mundo, las Jornadas Mundiales de la Juventud, que se han celebrado en Lisboa. Este macroencuentro, con tintes festivaleros, ha contado con su propio hashtag #JMJ2023, un trend de Tiktok y cientos de influencers que se han trasladado hasta la capital lusa para tratar de dar una imagen más moderna y renovada de la Iglesia.

Entre los vídeos que más se han viralizado encontramos desde un supuesto milagro de la Virgen de las Nieves (en el que una mujer ciega aseguró recuperar la vista), a una emotiva petición de mano o la "Catholic Session" del apodado "cura DJ" con temazos como el "Aleluya" o "Jerusalema". Hace tiempo que, desde el Vaticano, buscan abrirse paso en el mundo digital, un impulso que se ha hecho más evidente con el papa Francisco, que se ha animado hasta a participar en un documental de Disney+. Aunque estos cambios no gustan a los sectores más conservadores, son muchos los religiosos que se han sumado a la ola abriendo sus propios canales de Youtube, podcast o cuentas de Tiktok.

Paula Vega (@llamameyumi) es una de ellas, de hecho, mientras estudia enfermería, se dedica también a llevar la red social Redentorista. Vega participó junto con otros 600 influencers en el primer Festival de infuencers católicos de las JMJ. Ella fue la encargada de dar la bienvenida al actor Jonathan Roummie, protagonista de The Chosen, una serie que arrasa entre las juventudes cristianas. "Participé de la JMJ en Madrid, cuando tenía quince años. Obviamente, esta JMJ ha sido muy diferente porque venía como responsable, con lo cual se vive como entre bambalinas", explica a infoLibre. Como la mayoría, asegura que sufre odio por su trabajo, aunque sorprende que la mayoría de casos provengan de personas católicas". La mayoría de los comentarios negativos que recibo son de otros hermanos católicos, que señalan, juzgan e incluso llegan al insulto si algo no les gusta".

De todas las delegaciones presentes en Lisboa, la española fue la más numerosa con alrededor de 100 mil jóvenes, superando hasta a la anfitriona Portugal. Marcos Saladrom (25 años, Madrid) fue uno de ellos: “Es mi primera vez y la experiencia ha sido brutal. Me ha sorprendido la cantidad de gente que había y era divertido que, fuera donde fueras, pudieras hablar español porque éramos la mayoría de aquí”, reconoce a infoLibre. Aunque es muy seguidor de Hakuna y no dudó en acudir al concierto que dieron en Lisboa, se muestra algo más escéptico respecto a este proceso de "evangelización" digital, por el riesgo a los mensajes se radicalicen. Cree que el papa está haciendo bien dejándose ver en más medios de comunicación y cree que la Iglesia debe aceptar "a todos".

Mensajes ultras y ataques el colectivo LGTBIQ

Precisamente el pontífice, la figura central de las JMJ, ha aprovechado su estancia en Portugal para reunirse con víctimas de abusos sexuales y ha enviado un mensaje muy claro a las nuevas generaciones: "Todas las personas deben tener hueco dentro de la Iglesia". De este lema han querido hacerse eco desde las comunidades LGTBIQ católicas, que lamentan haberse sentido inseguras y discriminadas en ciertos momentos. 

En un comunicado conjunto, las asociaciones portuguesa, española y estadounidense han denunciado haber sufrido agresiones físicas y verbales por parte de algunos asistentes. “Pensamos erróneamente que la vigilia papal era un acto seguro, donde todos teníamos cabida, pero, a la vista de lo sucedido, nos organizaremos para ir juntos, juntas y juntes en otras ocasiones”, han lamentado.

Raúl Peña, responsable de prensa de la asociación CRISMHOM, relata a infoLibre lo sucedido: "Por un lado, el 5 de agosto, en una Eucaristía que organizamos, un grupo de 15 personas, vestidas de negro, con velos gruesos y el pelo rapado, entraron en la Iglesia y empezaron a cantar en latín con crucifijos gigantes, tratando de boicotear el rito, hasta que intervino la policía. Las personas que estaban dentro se pusieron nerviosas porque era bastante amenazante. Nos dijeron 'contra los homosexuales -porque el resto de las siglas no las conocen- no tenemos nada, es contra la ideología de género'. Además de este suceso, la delegación de Estados Unidos se vio obligada a entrar al evento sin banderas arcoíris, después de que un grupo de personas les increparan y se las retiraran por la fuerza. Algo parecido les pasó a los de Portugal. Un grupo de hombres corpulentos les rompieron las banderas, les empujaron y hasta les tiraron piedras pequeñas que había en el suelo, al grito de 'pecadores, sois el demonio etc.' No tuvieron reparo ni en tirar al suelo a una de las integrantes, que sufría Parkinson y es claramente vulnerable".

Esta es la primera vez que las asociaciones LGTBIQ católicas acuden organizadas a unas JMJ y, a pesar de que, por errores en la forma, no han podido tener un espacio dentro del evento, sí que organizaron actos de este tipo. Desde CRISMHOM les gustaría ver una condena clara y explícita por parte de los responsables cuando suceden estas situaciones tan lamentables y aseguran que ya han remitido toda la información al Vaticano y los organizadores de las jornadas.

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Más allá de estas denuncias, los discursos ultras han vuelto a tener su espacio en las jornadas y, esta vez, lo han hecho con un prelado español como protagonista. El obispo de Orihuela, José Ignacio Munilla, fue el encargado de iniciar la primera catequesis, que debía haber versado sobre "ecologismo integral", pero que finalmente acabó siendo un discurso homófobo, en contra de las personas trans y el feminismo. Munilla comenzó criticando a aquellos que arriesgan su vida por “salvar ballenas y focas”, pero luego defienden el aborto”, para pasar a negar la existencia de las personas trans: “Dios no se equivoca, nadie nace en un cuerpo equivocado (...) Hay quienes denuncian los transgénicos, mientras defienden a los transgénero”.

Peña lamenta tener que seguir escuchando esta serie de mensajes que, dice, "provienen de una persona dañada por dentro". Guillermo Carnicero, actualmente residente en Brighton, se sorprendió al escuchar estas declaraciones. "Si me vas a dar un mitin de Vox, dilo abiertamente, porque has venido a romper el diálogo sobre ecología”, critica en declaraciones a infoLibre. El que antes fuera obispo de San Sebastián, no es parte de la imagen de "misionero digital" que quieren transmitir desde el Vaticano, pero cuenta con más de cien mil seguidores en su cuenta de Twitter, desde la que habitualmente niega el cambio climático, ataca a las personas trans y denuncia la "ideología de género".

Guillermo asegura que, aunque la experiencia fue muy positiva, durante los seis días que pasó en Lisboa, se respiraba un ambiente "bastante politizado", entre los grupos de españoles. En redes sociales han corrido como la pólvora algunos vídeos en los que se ve a jóvenes entonar el cara al sol o el reciente "el que te vote Txapote", incluso en pleno directo con la televisión portuguesa. Desde la Conferencia Episcopal han querido restar importancia a estos hechos, que califican como "puntuales", pero Guillermo asegura que eran unos gritos normalizados "entre canción y canción". “Los cánticos eran algo generalizado, casi de fiesta por las noche. Había gente de hasta 15-16 años que se unian porque era parte del ambiente. Se notaba que algunas no sabían ni qué decían. También tengo que decir que la mayoría eran grupos muy masculinos, prácticamente de hombres y claramente de extrema derecha, de hecho, me sorprendió ver mucha bandera del imperio español", reconoce.

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