Ayuntamiento de Madrid

La Ingobernable trata de impedir su desalojo este miércoles con una jornada de "apoyo popular" tras 845 días de okupación

Fachada de La Ingobernable.

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El colectivo La Ingobernable buscará este miércoles frenar su desalojo por parte del Ayuntamiento de Madrid con una jornada de "apoyo popular" con diversas actividades, que comenzarán con un desayuno con el objetivo de atraer a los afines para que "defiendan" el centro que cumple 845 días desde que se instalasen en el inmueble situado entre las calles Gobernador y Paseo del Prado en mayo de 2017, informa Europa Press.

Este apoyo popular, con el que La Ingobernable asegura contar, es la principal baza que jugará el colectivo, como ya adelantó el pasado agosto, tras la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de que el Consistorio de la capital se apresuraba y cambiaba la fecha del desalojo del 2 de septiembre al 28 de agosto.

Así, desde La Ingobernable entienden que este adelanto de la fecha es una forma de "restarles fuerza" ya que Madrid tiende a "vaciarse" durante el mes de agosto. Aún así, desde la Corporación local expusieron que este miércoles efectivos municipales se personarían en la calle Gobernador simplemente para constatar que el inmueble sigue okupado y que posteriormente "se acudiría a la vía judicial".

Se espera el apoyo de diversas plataformas y colectivos afines a La Ingobernable. Por su parte, el concejal de Vox Pedro Fernández también estará presente en el desalojo para constatar "la firmeza o no" del nuevo Gobierno municipal ante "la ilegalidad de la ocupación de edificios, así como la reacción de la izquierda radical que la apoya y fomenta", según han indicado desde el grupo municipal.

Esta no es la primera vez que La Ingobernable ha buscado el apoyo ciudadano para hacer frente a las amenazas de desalojo. En abril del año pasado organizaron una chocolatada con churros a la orden de desalojo fechada para ese día y que la Corporación municipal del momento de Ahora Madrid, liderada por Manuela Carmena, aseguró que no ejecutaría.

El desalojo, objetivo prioritario del nuevo ayuntamiento

A lo largo de la campaña electoral, una de los mensajes más repetidos por el actual alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, fue que sería inflexible contra la okupación; especialmente contra el colectivo de la calle Gobernador a cuyos miembros llegó a tildar de "desgarramantas" .

Esta advertencia a La Ingobernable y La Dragona, los dos centros que más tiempo han estado autogestionados, se hizo realidad cuando en el primer Pleno ordinario de la legislatura, tras la llegada a Cibeles de PP y Ciudadanos, la delegada de Obras, Paloma García Romero, avanzó que se fijaban el 2 de septiembre la fecha para el desalojo de La Ingobernable, condicionado al "éxito de las notificaciones" a entregar en este centro okupado desde 2017.

Señaló que se destinaría a equipamientos necesarios para el distrito Centro, aún por determinar, mientras que el inmueble de La Dragona, a un equipamiento de Seguridad. En la segunda, okupada desde 2014, están pendientes de una resolución de incidencia relativa a la sentencia judicial que corrobore que es conforme a derecho.

El colectivo, que se declaró en "fase de alerta" con la toma de poder de Martínez-Almeida, avisó a la nueva corporación de que serían "indesalojables". Así, a lo largo de la escasa andadura del nuevo Ejecutivo ha habido varios momentos de tensión entre el Ayuntamiento y La Ingobernable.

Entre ellos el protagonizado por la delegada de Deportes de la capital, Sofía Miranda, que definió al colectivo como "parásitos" por redes sociales y les anunció que "se les acaba el chollo", a lo que los okupas respondieron asegurando que, de no haberse instalado en el inmueble, "estaría demolido y en manos de un amigo Aznar-Botella".

Edificio vacío desde 2012

Del museo de arquitectura de Ambasz, acordado durante la etapa de Ana Botella como alcaldesa, hasta la biblioteca de mujeres que planteaba Ahora Madrid, con Manuela Carmena al frente, el inmueble ha contado con varios proyectos que, por distintas razones, no cuajaron. Así, el centro social autogestionado La Ingobernable cumple ya 845 días de vida en la calle Gobernador.

Vacío desde el año 2012, el edificio acogió dependencias de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y un centro de salud para Retiro hasta reservarse para el Museo del Arte, Arquitectura, Diseño y Urbanismo (MAADU), impulsado por el argentino Emilio Ambasz en un controvertido acuerdo firmado por la que fuera alcaldesa de Madrid Ana Botella.

En marzo de 2013, Ambasz y Botella firmaron un convenio de colaboración por el que el Consistorio cedía el inmueble por 75 años para fines culturales mientras que la Fundación Ambasz se hacía cargo de la construcción y mantenimiento por un montante de 10 millones de euros.

El edificio de Paseo del Prado 30 esquina con Gobernador estaba incluido en el lote de inmuebles que el Ayuntamiento puso a la venta. El arquitecto se interesó por él y le escribió una carta a Botella. La decisión municipal fue sacarlo de ese catálogo para dar cabida al museo teniendo en cuenta su ubicación estratégica.

Biblioteca de mujeres

En octubre de 2018, el entonces Ejecutivo de Ahora Madrid firmaba el acuerdo con la Fundación Ambasz y hacía un anuncio: parte del edificio se destinaría a la biblioteca de mujeres Marisa Mediavilla, con 30.000 volúmenes, y a otras necesidades del distrito, todo ello dentro de un plan a elaborar de forma participativa.

La idea de Ahora Madrid pasaba por "combinar distintos usos en un espacio muy grande" pero todo dentro de un marco regulado y regulador como la ordenanza de Cooperación Público-Social.

Pocas semanas antes de las elecciones, la entonces portavoz del Gobierno, Rita Maestre, confirmaba la existencia de conversaciones con el tejido social para el futuro del centro social autogestionado, que rechazó la propuesta que le hizo el Ayuntamiento.

La Ingobernable lanzó un hilo de Twitter en el que publicó el documento de trabajo enviado por el Ayuntamiento. "Sin margen de maniobra, sin tiempo para continuar hablando, sin una propuesta de proyecto por su parte, nos obligan a un todo o nada. Lo tomáis o lo dejáis. Plata o plomo. ¿Chantaje? ¿Presión? ¡Dinámicas chungas!", escribía el centro social.

Manuela Carmena "quiere la mitad de la Ingo sin diálogo saltándose los procesos colectivos. Ni sabemos para qué", decían. Rita Maestre contestaba que la voluntad del Ejecutivo pasaba por recuperar el edificio.

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"Pelotazo"

El colectivo lleva funcionando desde hace más de dos años en este edificio y mantienen que, gracias a esta okupación, se destapó "otro pelotazo del PP, que había regalado el edificio público a una fundación afín".

Por el edificio pasan más de 150 colectivos ecologistas, feministas, defensores de la vivienda y antifascistas. Semanalmente acuden a las actividades realizadas en el centro más de mil personas, según datos del centro social.

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