El juez mantiene a Ábalos en libertad después de que se desvincule de los audios que le incriminan

El exministro de Transportes José Luis Ábalos ha vuelto este lunes al Tribunal Supremo para ser interrogado en el marco de la última derivada de un caso Koldo que ha terminado convirtiéndose en el caso Cerdán: el de la supuesta trama de adjudicación de contratos a cambio de mordidas. Era la tercera vez que el ex secretario de Organización del PSOE se sentaba ante el instructor, el magistrado Leopoldo Puente. Pero a diferencia de las anteriores, en esta ocasión ha sobrevolado durante días el fantasma de la confesión en busca de un pacto con la Fiscalía Anticorrupción, una puerta que él mismo ha dejado entreabierta. Sin embargo, apenas ha tirado de la manta. Ábalos, según fuentes jurídicas presentes en la declaración, no se ha reconocido en las grabaciones incautadas a su exasesor Koldo García, quién por su parte se ha acogido a su derecho a no declarar. Es más, ha insinuado que podrían estar manipuladas.

Tras las comparecencias, y después de una espera que se ha prolongado hasta la hora de la comida, el instructor de la causa ha decidido dejar a ambos en libertad. La acusación popular había solicitado en ambos casos el ingreso en prisión provisional, frente a una Fiscalía Anticorrupción que solicitaba el mantenimiento de las medidas cautelares dictadas hasta el momento —prohibición de abandonar el territorio nacional con retirada de pasaporte y comparecencias en el Alto Tribunal cada quince días—.

El último informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha sido demoledor para el exministro y su exasesor, Koldo García. En él, los investigadores sostienen que ambos "habrían percibido" con "mediación" del también ex secretario de Organización socialista Santos Cerdán "altas cantidades de dinero" como consecuencia "de la adjudicación de determinados contratos de obra pública, llegando incluso a asociar dichos pagos a licitaciones concretas en las que, como denominador común, resultó adjudicataria Acciona Construcción".

Hasta ahora, los indicios contra el exministro se centraban en el supuesto disfrute de una casa en Cádiz a cambio de interceder en adjudicaciones y en el pago por parte de la trama, que por el momento había girado alrededor del empresario Víctor de Aldama, del alquiler de un piso de lujo en el centro de Madrid para la que hubiera sido pareja de Ábalos. Sin embargo, las grabaciones intervenidas por la Guardia Civil a Koldo García han terminado por extender la mancha a muchos más contratos y han ampliado las sospechas de cobro de comisiones.

Para los investigadores, los audios que estaban en posesión del exasesor "evidencian la percepción de cuantías dinerarias" tanto por parte de Ábalos como del propio Koldo. "La cifra advertida ascendería, al menos, a un millón setenta euros (1.070.000 euros) para Ábalos de los cuales se habrían cobrado, al menos, 620.000 euros", apunta el informe de la Unidad Central Operativa.

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Las comparecencias de este lunes en el Alto Tribunal habían generado una enorme expectación. Sobre todo, después de que unas declaraciones de Ábalos en la Cadena Ser a finales de la pasada semana hubiesen agitado el fantasma de la confesión y del pacto con el Ministerio Público. Durante su comparecencia en sede judicial, el exministro ha insistido en su intención de colaborar. Pese a ello, ha negado todos los indicios en su contra. Así, ha asegurado no reconocerse en las grabaciones intervenidas a Koldo, en algunos casos señalando que no identificaba su voz en las mismas. Es más, el exministro ha llegado a deslizar que los audios podrían estar manipulados.

El exministro, según detallan fuentes presentes en la sala, se ha mostrado abatido. En parte, por los actos de vandalismo registrados en su domicilio en las últimas horas. De ahí que haya comenzado su intervención diciendo que no estaba en condiciones de declarar. Sin embargo, al final ha decidido responder a las preguntas del juez, de su abogado y del fiscal jefe Anticorrupción, Alejandro Luzón. Una comparecencia en la que lo ha negado “todo”. Así, por ejemplo, ha desvinculado a Cerdán de las adjudicaciones del Ministerio de Transportes que Ábalos capitaneaba, negando que el último ex número tres del PSOE tuviera influencia más allá de la formación socialista. Unas adjudicaciones de las que él también se ha separado alegando que era ajeno a los procedimientos de contratación.

El exministro también ha sido preguntado por el rescate de Air Europa, sobre el que ha negado injerencias para beneficiar a la compañía. Y por su relación con una chica que fue contratada supuestamente de forma irregular por Logirail, empresa pública dependiente de Renfe. Tras la comparecencia de Ábalos, ha sido su asesor quien se ha sentado ante el instructor. Sin embargo, en su caso ha preferido acogerse a su derecho a no declarar.

El exministro de Transportes José Luis Ábalos ha vuelto este lunes al Tribunal Supremo para ser interrogado en el marco de la última derivada de un caso Koldo que ha terminado convirtiéndose en el caso Cerdán: el de la supuesta trama de adjudicación de contratos a cambio de mordidas. Era la tercera vez que el ex secretario de Organización del PSOE se sentaba ante el instructor, el magistrado Leopoldo Puente. Pero a diferencia de las anteriores, en esta ocasión ha sobrevolado durante días el fantasma de la confesión en busca de un pacto con la Fiscalía Anticorrupción, una puerta que él mismo ha dejado entreabierta. Sin embargo, apenas ha tirado de la manta. Ábalos, según fuentes jurídicas presentes en la declaración, no se ha reconocido en las grabaciones incautadas a su exasesor Koldo García, quién por su parte se ha acogido a su derecho a no declarar. Es más, ha insinuado que podrían estar manipuladas.

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