Los obispos españoles evitan oponerse a una intervención armada en Siria e Irak

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Los obispos españoles eludieron posicionarse a favor o en contra de una posible intervención militar en Siria e Irak tras los atentados de París y se remitieron a la Santa Sede, pero creen que se van a agotar todos los medios para alcanzar la paz y que se tendrán que estudiar el principio de derecho de defensa y la cuestión de la injerencia humanitaria –intervención de uno o varios Estados mediante la fuerza armada para proporcionar a la población civil protección ante la violación masiva y sistemática de sus derechos humanos–, informó Europa Press.

"No puedo pronunciarme en esto, las instancias de la Santa Sede son quienes tienen los elementos, lo que siempre se va a buscar es la paz y se van a agotar todos los medios pacíficos que lleven a su consecución, lógicamente, hay principios que tendrán que estudiarse, como el derecho de defensa o la cuestión de la injerencia humanitaria, el principio de legalidad establecido a nivel internacional por quienes hacen ese liderazgo que fundamentalmente es el marco de la ONU, y el principio de proporcionalidad", subrayó el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, José María Gil Tamayo.

Durante la rueda de prensa posterior a la Asamblea Plenaria de los obispos, el portavoz ha precisado que "hay que ser coherentes" en las medidas que se tomen y "no estar invocando la paz y al mismo tiempo permitiendo la venta de armas de forma masiva e indiscriminada", unas armas que, según advirtió, "llegan a manos de quienes pueden usarlas perturbando el orden internacional y, sobre todo, afectando a poblaciones inocentes". Si bien, añadió que no puede descender a concreciones y que se remite a la Santa Sede.

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Gil Tamayo enumeró los que, a su juicio, son "dos de los grandes peligros para la paz: el laicismo y los fundamentalismos". "El laicismo que quiere excluir el hecho religioso de la vida social y reducirlo al ámbito privado y otro de los peligros está en los fundamentalismos que se aferran a la fe hasta el punto de querer imponerla por la fuerza o llevan el nombre de Dios para causas o intereses humanos hasta llegar a la violencia", explicó, al tiempo que insistió en que "no se puede matar en nombre de Dios".

Además, ante la crisis de refugiados, pidió que "no se asocie refugiados y delincuentes". "La figura del refugiado es una conquista de los derechos humanos y no podemos contagiarla con cuestiones delictivas y no podemos generalizar por una cuestión muy particular", subrayó.

En cuanto a la seguridad ante los atentados, Gil Tamayo precisó que la Conferencia Episcopal no ha dado ningún paso en este sentido y ha puesto toda la confianza de los obispos en las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

Los obispos españoles eludieron posicionarse a favor o en contra de una posible intervención militar en Siria e Irak tras los atentados de París y se remitieron a la Santa Sede, pero creen que se van a agotar todos los medios para alcanzar la paz y que se tendrán que estudiar el principio de derecho de defensa y la cuestión de la injerencia humanitaria –intervención de uno o varios Estados mediante la fuerza armada para proporcionar a la población civil protección ante la violación masiva y sistemática de sus derechos humanos–, informó Europa Press.

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