Niños, mayores y jóvenes observan a un hombre que toca el laúd en medio de la multitud. Detrás del músico, Hames Bitar, hay un mural que reza: “Gaza. ¡Basta ya!”. Esta escena se ha producido en la céntrica Casa Árabe de Madrid, al lado del Parque del Retiro, donde se ha colocado ese mural, bien visible, todo el día, desde las once de la mañana, para que todo el que quisiera pudiera escribir lo que siente ante la situación que vive Gaza.
Esta iniciativa, dirigida por el colectivo Boa Mestura, y que han puesto en marcha seis ONG españolas (Médicos Sin Fronteras, MPDL, Oxfam Intermón, Save the Children, UNICEF, UNRWA) busca reclamar que se tomen medidas contra el genocidio que Israel está llevando a cabo en Gaza.
Chema Vera, de UNICEF, explica a infoLibre: “Nos une el horror ante la carnicería y, en específico, la carnicería de niños y niñas”. Además, ha recordado: “Somos las organizaciones humanitarias y somos los que estamos dentro, estamos apoyándonos entre nosotros y en esa presión por hacer que la ayuda humanitaria entre”.
Raquel Martí, de la comisión española de UNRWA, cuenta a este medio que la unión de todas las organizaciones “parte de la frustración que sentimos las organizaciones" y que se trata de una forma de "unir nuestras voces porque esto es insoportable, lo es desde hace muchos meses, pero estamos en una situación que no tiene precedentes, es un sistema perverso y nos hemos unido para alzar nuestras voces para gritar ‘Basta ya’”.
Martí denuncia que la situación en la Franja es crítica también para las organizaciones humanitarias: “La ayuda que entra no nos permite repartirla, y los puntos militarizados de ayuda financiados por Estados Unidos e Israel son los que se están encargando de repartir unas pocas cajas diarias a una población absolutamente hambrienta”.
“Hace falta de todo. Hace falta comida y combustible, y sin combustible no pueden funcionar los hospitales. Es una catástrofe”, añade Martí, que también denuncia el desplazamiento forzoso al que se están viendo sometidos: “El 82% de las personas están desplazadas, y no están dejando que entren tiendas de campaña o mantas, están teniendo que dormir en la calle. Tampoco tienen medicamentos y nos cuentan que están teniendo que racionar las anestesias”.
Por todo ello, los convocantes piden la unión de todos los líderes europeos, los medios de comunicación y la sociedad civil para presionar al Gobierno de Israel y lograr que cese el genocidio en Gaza, que supone una violación de las leyes internacionales. El manifiesto expresa: “Alzamos nuestras voces porque en Gaza, con cada día que pasa, algo esencial de nuestra humanidad se desmorona”. “Este manifiesto no es una súplica. Es un grito. Es un puño sobre la mesa de la indiferencia. Es un llamamiento urgente a la conciencia del mundo”, recoge el documento.
El genocidio en Gaza continúa
Aunque estas semanas han sido eclipsados en los telediarios por el conflicto armado entre Irán e Israel, con la colaboración de Estados Unidos, lo cierto es que las bombas y el hambre en la Franja de Gaza continúan.
Esta misma semana, el diario israelí Haaretz ha revelado que el Gobierno de Israel ordena que se dispare deliberadamente a gazatíes en los centros de reparto. En las últimas semanas, 549 personas han fallecido intentando obtener ayuda y 4.066 han resultado heridas, con los hospitales colapsados por la ingente cantidad de pacientes o destruidos por las fuerzas israelíes.
Muchos de los gazatíes no saben lo que está sucediendo en los centros de reparto, debido al apagón informático que sufren, por lo que siguen acudiendo a las ayudas, debido a que es lo único a lo que pueden optar.
Estos centros están controlados por fuerzas israelíes y estadounidenses, debido a que los centros están bajo la tutela de Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), que tiene el respaldo de Estados Unidos e Israel, a pasar de las protestas de UNRWA, cuyo principal responsable, Philippe Lazzarini, los calificó el pasado martes en una rueda de prensa en Berlín de “abominación que hiere y mata a seres humanos. Es una trampa mortal que cuesta más vidas de las que salva”.
Chema Vera, de UNICEF, explica: “En el momento en el que la ayuda humanitaria es bloqueada por una parte, que es quien pretende proveer los recursos a través de su propia organización, se rompe con los principios de neutralidad e independencia”. De esta forma, Vera denuncia que la instrumentalización de los recursos lleva al “uso de los suministros para fines militares, para provocar el desplazamiento a una cierta zona y la inseguridad yendo a los puntos de distribución”.
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Los datos hablan por sí solos: 56.000 gazatíes han sido asesinados desde el 7 de octubre y, al menos, 127.000 han resultado heridos, mientras los hospitales que quedan en pie son incapaces de funcionar a pleno rendimiento.
De los gazatíes asesinados, 18.000 eran niños o niñas. Además, otros 41.000 han perdido a alguno o ambos progenitores. El manifiesto que se ha leído en Madrid recoge esta situación: “El impacto mental es inenarrable, los niños y niñas nos hablan de una desesperanza total hacia el futuro. Y todavía seguimos buscando palabras que estén a la altura de este infierno, porque ya no alcanza el lenguaje para describir tanto dolor”.
Ese documento pide como medidas: un alto al fuego inmediato y definitivo, proteger a las población según exige el derecho internacional humanitario; abrir los pasos fronterizos para garantizar que pueda llegar la ayuda humanitaria; el respeto a la UNRWA para restablecer su pleno mandato y al resto de agencias humanitarias para que puedan actuar sin obstrucciones o criminalizaciones políticas; y la prohibición de que se use el hambre o el desplazamiento forzado como arma de guerra.
Niños, mayores y jóvenes observan a un hombre que toca el laúd en medio de la multitud. Detrás del músico, Hames Bitar, hay un mural que reza: “Gaza. ¡Basta ya!”. Esta escena se ha producido en la céntrica Casa Árabe de Madrid, al lado del Parque del Retiro, donde se ha colocado ese mural, bien visible, todo el día, desde las once de la mañana, para que todo el que quisiera pudiera escribir lo que siente ante la situación que vive Gaza.