Cae la noche de este último miércoles en Madrid y, en la Plaza Mayor, el tenor Plácido Domingo sube al escenario para, junto a la Banda Sinfónica Municipal de la ciudad, interpretar una de las piezas del repertorio que estaba ofreciendo la agrupación como parte de su concierto especial con motivo de las fiestas de San Isidro.
Durante la interpretación de la banda, dirigida por el maestro Jan Cober, se ofreció un repertorio compuesto por piezas y fragmentos representativos de la ciudad, con obras como La chica del 17; La Gran Vía o Madrid, Madrid, Madrid.
La actuación de Domingo, compartida con las sopranos María Rodríguez y Ana San Martín, el barítono Gerardo Bullón y el tenor Alberto Porcel, no estaba prevista en el programa de actividades de las fiestas, tampoco se adelantó ni se anunció de ninguna forma, y, por ello, fue una gran sorpresa para el público de la Plaza Mayor. Una sorpresa que estaba a cargo del Ayuntamiento de Madrid.
Pero ese "regalo" del consistorio, presidido por José Luis Martínez-Almeida, también supone una paradoja en su estrategia de lucha contra la violencia sexual, que el propio Ayuntamiento se ha encargado de promocionar durante todas las fiestas. Como parte de ese despliegue, el consistorio informó de la puesta en marcha de Puntos Violeta tanto en la Pradera de San Isidro, en coordinación con la Junta Municipal del Distrito de Carabanchel, como en otros lugares donde está prevista la celebración de festejos.
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Esos Puntos Violeta, dice el propio Ayuntamiento, están pensados como "espacios informativos y de sensibilización ciudadana contra la violencia sexual", "configurados como un puesto de información y, al mismo tiempo, como recurso de asesoramiento a víctimas de agresiones en los que se presta el acompañamiento adecuado a las mujeres".
Sin embargo, esa intención del Ayuntamiento del PP contrasta con el pasado de Domingo, el cual admitió en 2020 "toda su responsabilidad" en los casos de violencia sexual que denunciaron varias mujeres contra él. "Respeto que estas mujeres finalmente se sintieran lo suficientemente cómodas para hablar y quiero que sepan que realmente lamento el dolor que les causé. Acepto toda la responsabilidad de mis acciones", dijo en un comunicado.
Sus palabras llegaron después de que 20 mujeres le acusaran de besarlas, agarrarlas o acariciarlas por la fuerza sin su consentimiento durante la década de los 80. Muchas de ellas no hablaron antes por el temor de que esas denuncias terminaran con su carrera profesional por el poder que Domingo tenía en la industria. De hecho, durante años Domingo negó todas estas acusaciones, hasta que finalmente las admitió, teniendo que dimitir como director de la Ópera de Los Ángeles y retirándose de los escenarios en los meses posteriores a las acusaciones.
Cae la noche de este último miércoles en Madrid y, en la Plaza Mayor, el tenor Plácido Domingo sube al escenario para, junto a la Banda Sinfónica Municipal de la ciudad, interpretar una de las piezas del repertorio que estaba ofreciendo la agrupación como parte de su concierto especial con motivo de las fiestas de San Isidro.