Elecciones autonómicas

El PSOE se estanca, Unidas Podemos se hunde y la izquierda soberanista los supera a ambos en Galicia y Euskadi

Ana Pontón durante la comparecencia ante los medios de comunicación en la noche electoral, que ha confirmado a su partido como segunda fuerza política de Galicia.

PSOE y Unidas Podemos, las fuerzas que forman las coalición de Gobierno presidida por Pedro Sánchez, retrocedieron globalmente este domingo en las elecciones vascas y gallegas en favor de la izquierda soberanista, BNG y EH Bildu. El resultado de las dos votaciones está muy por debajo de las expectativas que los socialistas tenían en Galicia y el País Vasco y suponen un durísimo castigo a las marcas de los morados en ambas comunidades autónomas.

El estancamiento del PSOE y la debacle de Unidas Podemos han tenido una correspondencia similar en Galicia y en Euskadi con grandes subidas de las formaciones que representan a la izquierda soberanista: BNG y EH Bildu rentabilizan la crisis de la izquierda estatal y la visibilidad que les ofrece el trabajo de sus diputados en el Congreso de los Diputados.

En el caso del País Vasco, el PSE-PSOE tendrá el consuelo de seguir siendo el complemento que el PNV necesita para gobernar, como ya ocurrió durante la legislatura que acaba de terminar, lo que permitirá apuntalar los pactos que los nacionalistas vascos firmaron en enero con los socialistas en el Congreso de los Diputados. Idoia Mendía apenas ha conseguido aumentar en apoyo popular (de un 12% a algo más de un 13,6%) y ha pasado de nueve a diez escaños en el Parlamento de Vitoria, cifras muy por debajo de las expectativas que los socialistas vascos tenían a comienzos de año, antes de la pandemia, cuando esperaban beneficiarse del viento de cola de Pedro Sánchez en la Presidencia del Gobierno.

Mucho peor le ha ido a Elkarrekin Podemos. La marca vasca de Pablo Iglesias, que en los últimos cuatro años ha sufrido varias crisis internas, ha sido castigada por los votantes: seis diputados y un 8% de los votos, lo que significa que ha perdido en una legislatura cinco escaños y seis puntos porcentuales de apoyo popular.

En conjunto, los partidos de la izquierda estatal pierden presencia: de 20 a 16 diputados y del 26% al 21%. ¿Quién ha rentabilizado ese retroceso? En gran parte EH Bildu, que consolida su liderazgo en la oposición, pasa de 17 a 22 diputados y de un 21,2 a un 27,8% de los votos.

En Galicia ha pasado algo parecido. El Partido dos Socialistas de Galicia (PSdeG-PSOE) tenía grandes esperanzas de rentabilizar el Gobierno de Pedro Sánchez —es una circunstancias que tradicionalmente impulsa las candidaturas socialistas autonómicas— y de recuperar el liderazgo de la oposición, perdido hace cuatro años. Pero se ha quedado muy lejos de conseguirlo. El PSdeG conserva los 14 escaños que tenía pero sufre por segunda vez en su historia el sorpasso del BNG —la primera vez fue en 1997, con otro Caballero como cabeza de cartel, el hoy alcalde de Vigo—. Es verdad que aumenta su porcentaje de votos, pero tan poco (del 17,8 al 19,3%) que no supone ningún consuelo.

Fracaso

El fracaso del PSOE de Gonzalo Caballero es particularmente llamativo si se compara con el tirón que hace apenas un meses tuvo Pedro Sánchez en las generales, con un 31,28% de los votos, que entonces le permitía mirar cara a cara al PP (31,94%). La comparación revela que los socialistas han perdido desde noviembre doce puntos porcentuales de apoyo ciudadano.

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En el lado de la marca gallega de Unidas Podemos, el hundimiento es completo. La coalición Galicia en Común, con Antón Gómez-Reino como candidato, paga las numerosas batallas internas que ha librado la llamada izquierda rupturista y desaparece del Parlamento de Galicia. Hace cuatro años, con otro formato, consiguieron liderar la oposición al PP y nada menos que 14 diputados. Este domingo no ha llegado en el conjunto de Galicia al 4%, un punto porcentual por debajo del mínimo legal para optar al reparto de escaños; donde más cerca estuvo de superar ese listón fue en Pontevedra, donde se quedó en el 4,6%.

El hundimiento de Galicia en Común tiene un claro beneficiario. La candidata nacionalista, Ana Pontón, culminó este domingo la difícil tarea de reconstruir el espacio político soberanista en Galicia, sometido a fuertes tensiones desde la ruptura con su líder histórico, Xosé Manuel Beiras, hace ocho años. Los electores premian al Bloque, que regresó al Congreso en noviembre, y lo impulsan hasta los 19 escaños y el 24,8% de los votos. Eso es un punto porcentual menos pero un escaño más que el que hasta ahora era el mejor resultado histórico del nacionalismo gallego, conseguido hace 23 años, en 1997, con Xosé Manuel Beiras como candidato y Abel Caballero, el hoy alcalde de Vigo, como cabeza de cartel de los socialistas gallegos. 

Las direcciones del PSOE y de Unidas Podemos analizarán en los próximos días unos resultados que están muy por debajo de lo esperado, sobre todo en el caso de los de Pablo Iglesias. El vicepresidente segundo y Pedro Sánchez tendrán que decidir también si lo ocurrido en Galicia y en Euskadi se traduce en un cambio de estrategia de la acción de Ejecutivo.

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