A finales de noviembre, las tres jornadas de huelga convocadas en la Atención Primaria por la por la federación sanitaria de la Confederación Intersindical Galega (CIG-Saúde) –apoyadas por asambleas de médicos y algunas sociedades científicas y organizaciones profesionales– volvieron a tener un seguimiento muy dispar según quien hiciese la evaluación.
La central nacionalista –sindicato mayoritario en la sanidad gallega, el Sergas– advirtió de un "importante seguimiento" de los paros y de las “numerosas” protestas que tuvieron lugar en diversos puntos de Galicia, mientras que profesionales sanitarios, especialmente personal médico, presumen de un amplio apoyo a los paros.
En paralelo, los datos facilitados por la Consellería de Sanidade no concordaban en nada ni con las declaraciones sindicales, ni con el balance de muchos profesionales de manera particular. Tampoco con las imágenes de personal sanitario concentrado a las puertas de centros de salud y de los PAC. Más bien al contrario, los números sólo denotaban el rotundo fracaso de la convocatoria. Porque las tablas que el Sergas usa para contabilizar el seguimiento, algunas de ellas comprobadas por Praza.gal, incluyen entre el personal que no va a la huelga a trabajadores ausentes o en servicios mínimos; profesionales a los que les es imposible secundarla.
Según las cifras facilitadas por el Sergas, en ninguna de las seis rondas de la huelga –de mañana y tarde cada uno de los tres días– se superó el 7% del seguimiento en el conjunto de Galicia, siendo el mínimo porcentaje el del 3,5% en la tarde del día 27.
Además, y según estos mismos datos, en el área de Ourense, por ejemplo, se habrían dado en varias ocasiones seguimientos que rondaron el 1%, mientras que en la de Lugo, A Mariña y Monforte, en la tarde del miércoles 26 y del viernes 28, no habría hecho huelga nadie, siempre teniendo en cuenta los comunicados oficiales del Sergas.
CIG-Saúde acusó a la Consellería de Sanidade de "manipular los datos, facilitando cifras de participación sin discriminar al personal que no puede hacer huelga e incluso incluir en el cálculo de porcentajes a las personas trabajadoras en ausencia justificada". O'Mega, por su parte, habló de "datos no reales", advirtiendo también de que el Sergas hizo los cálculos "sobre el total del personal".
La Asamblea de Médicos de Familia del Área Sanitaria de A Coruña, por su parte, acusó también a la Xunta de "manipulación" con los datos y trasladó sus propios cálculos, señalando que el seguimiento real en el conjunto de la Atención Primaria en el área sanitaria en la primera jornada de huelga había llegado al 18% y que en el caso del personal médico había rozado el 60%. O'Mega también advirtió de que entre los y las facultativas de este mismo área el seguimiento del paro fue de al menos el 60% y que podía acercarse al 75%.
Todos alertaron de que los cálculos del Sergas se hacen sobre el total de profesionales, incluyendo las ausencias justificadas (bajas, permisos o vacaciones) y aquellos trabajadores en servicios mínimos que, aun apoyando los paros, no pueden ejercer su derecho a huelga. O'Mega añadió otra casuística, la de personal médico en prórroga, que en caso de secundar las protestas puede perder las condiciones retributivas mensuales o anuales acordadas.
Preguntada por estas acusaciones, la Consellería de Sanidade se remitió a las declaraciones del conselleiro, Antonio Gómez Caamaño, que aseguró que su departamento recibe los datos de las diferentes áreas sanitarias "y los comunica, simple y sencillamente".
"Cuando una cifra no interesa siempre se dice que se manipula; la cifra es la que es, no entiendo por qué tiene que haber esa discrepancia", dijo, para añadir en otra jornada que lo que "sí parece manipulación" es "querer dar por hecho que una persona que está de mínimo o que está de días libres, o de vacaciones, apoya la huelga".
Sindicados y organizaciones médicas advierten, por el contrario, de lo inexacto e injusto que es contabilizar como personas que no secundan la huelga a aquellos que ya no tienen que acudir ese día a su puesto de trabajo por estar de vacaciones o de día libre.
Una tabla de las que emplea el Sergas para cuantificar el seguimiento de la huelga en una de las áreas sanitarias, a la que tuvo acceso Praza.gal, confirma ese modus operandi. En este caso, y en una de las rondas de tarde durante los paros, Sanidade especifica que del total de 25 médicos de familia en el cuadro de personal, uno de ellos está ausente de manera justificada y 22 están incluidos en los servicios mínimos fijados. Por tanto, quedan dos profesionales con posibilidad real de hacer huelga y uno de ellos la secundó, pero las cuentas de la Xunta indican que el seguimiento fue del 4%, al calcular el porcentaje sobre el total: un facultativo de entre los 25.
Así figuró en los datos oficiales hechos públicos aquel día. Fuentes sindicales y conocedoras del procedimiento llevado a cabo explican que lo lógico sería que el Sergas "indicase que la participación fue del 50% porque una de las dos personas que podía hacer huelga la hizo". Además, explican estas mismas fuentes, "muchas de las personas en servicios mínimos también estaban en huelga, por lo que la participación podía ser muy superior". Pero la Xunta las incluye siempre en el mismo lado: el de los que no siguen las protestas.
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Esa circunstancia es también detallada por profesionales médicos que apoyaron y secundaron la huelga, en algún caso ausentándose en su jornada, pero que en otros tuvieron que cubrir los servicios mínimos, especificando que harían la labor mínima exigida por estar en paro. Aun así, explican, fueron contabilizados como personal que no siguió la convocatoria de los sindicatos. Incluso participando en las concentraciones de protesta.
"Enorme enfado"
"La mayoría de los profesionales que secundaron la huelga tuvieron que hacer servicios mínimos; apoyaron los paros y las reivindicaciones pero no fueron contabilizados como tal, lo que provocó un enorme enfado, especialmente entre el personal médico, que vio cómo sus protestas fueron infravaloradas", explican las mismas fuentes, que van más allá. "No sabemos si la Consellería es consciente de que estos mismos médicos y médicas a los que luego va a pedir voluntariedad para cubrir las brechas del sistema son los que se están viendo maltratados y ni siquiera tenidos en cuenta por el Sergas", añaden, advirtiendo de que el "clima favorable" que Sanidade debería buscar para el futuro de la Atención Primaria "no es posible actuando así".
El caso de esta área sanitaria es sólo uno más de los que se dieron en otras durante la contabilización del seguimiento de la huelga. A pesar de que el personal médico parecía mayoritariamente de acuerdo con la huelga, ya fuese con servicios mínimos o ausentándose del trabajo, las cifras que facilitó la Consellería daban a entender que el apoyo era prácticamente nulo.
A finales de noviembre, las tres jornadas de huelga convocadas en la Atención Primaria por la por la federación sanitaria de la Confederación Intersindical Galega (CIG-Saúde) –apoyadas por asambleas de médicos y algunas sociedades científicas y organizaciones profesionales– volvieron a tener un seguimiento muy dispar según quien hiciese la evaluación.