Rueda se refugia del aluvión de preguntas sobre el caso Villares con ataques a BNG y PSdeG
El orden del día del pleno del Parlamento de esta semana se configuró en la mañana del 3 de junio, en la víspera de que Alfonso Villares dimitiera como conselleiro do Mar tras ser imputado en el Tribunal Superior de Xustiza por un presunto delito contra la libertad sexual. Al inicio de la sesión, este martes, el BNG intentó sin éxito introducir en el pleno una comparecencia del presidente de la Xunta para exigirle explicaciones sobre el caso, petición que tuvo el apoyo del PSdeG pero fue frenada por la mayoría absoluta del PP.
A pesar de ese freno, todos los debates de la primera jornada del pleno estuvieron salpicados por el caso Villares a través de referencias de la oposición. Más aún sucedió este miércoles en la sesión de control, para la que Ana Pontón y José Ramón Gómez Besteiro habían registrado preguntas sobre lengua y vivienda pero en la que se centraron en pedir cuentas a Alfonso Rueda por “ocultar” que Villares estaba denunciado desde enero, por el “homenaje” en su despedida y por la “filtración” del nombre de la denunciante. Un aluvión de preguntas –al contrario de otras ocasiones, no frenado desde la presidencia de la Cámara por no ajustarse al orden del día– y cuestionamientos sobre su valía para ser presidente ante lo que se refugió en ataques a nacionalistas y socialistas, sobre todo en clave estatal.
“Nunca pensé tener que decir esto en el Parlamento, encubrió usted durante meses a un presunto agresor sexual valiéndose de su cargo”, lamentó la portavoz nacional del Bloque, para quien cabe preguntarse si Rueda “está capacitado para seguir como presidente” tras “semejante indignidad moral y política”. El titular de la Xunta, censura, propició que Villares se marchase del Gobierno “entre aplausos y elogios, y encima filtrando el nombre de la víctima” mientras “no tuvo una sola palabra de apoyo y respeto” para la mujer denunciante.
“Esto se llama violencia institucional y revictimización” en la que, para Pontón, es ya la “página más indigna de dieciséis años de Gobierno del PP”. Para Rueda esto no es más que una “utilización partidista y descarada” del caso, una “falta de respeto a las víctimas” y un intento de la líder del BNG por erigirse en jueza o fiscal contra “una persona que, en cuanto hubo una imputación, dejó el cargo y se sometió a la justicia ordinaria”.
Ese argumento, el de la rapidez de la dimisión de Villares tras ser imputado, lo envolvió Rueda en intensos reproches al BNG por “no ser capaz de condenar comentarios machistas” –en referencia a una campaña de la CIG que en realidad Pontón sí criticó– ni “decir una palabra de todo lo que estamos viendo; los Koldos, las Jéssicas, los Aldamas, los Cerdanes, los pisos”, dijo aludiendo a casos y acusaciones de supuesta corrupción que salpican al PSOE en el Estado. “Y ahora vienen aquí a montar todo esto en relación a una persona que en cuanto hubo un pronunciamiento judicial dejó su cargo”, reitera.
Las referencias al Gobierno de España y a Pedro Sánchez abundaron también en la respuesta de Rueda a Besteiro, contra quien no obstante utilizó en mayor medida las imputaciones judiciales que lo mantuvieron apartado de la vida política durante siete años, los que tardaron en ser archivadas. El secretario general del PSdeG advirtió al popular de que “puede defender a su amigo y creer en su inocencia” siempre y cuando tenga en cuenta que “no es un particular” y como presidente “no puede hacer un seguimiento ciego de su amigo allá donde vaya”.
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“Tuvo en su Gobierno durante seis meses a un conselleiro denunciado por agresión sexual y lo ocultó”, resume el socialista en un contexto en el que “no nos corresponde analizar las cuestiones personales ni los asuntos judiciales”, pero sí las “cuestiones políticas” que el presidente está afrontando con un “silencio” que “hace pensar que tiene información problemática” sobre el caso Villares “y no la cuenta”. Se trata, dice, de un silencio que “produce vergüenza”, más aún porque deja sin aclarar las razones para que se “supiera la identidad de la denunciante” a los “pocos minutos” de la dimisión, contribuyendo a su “revictimización”.
A juicio de Rueda, Besteiro tiene “mucha cara y muy mala memoria” porque “es bueno recordar” que, cuando la jueza Pilar de Lara lo imputó, Besteiro continuó “cuatro, cinco meses” como secretario general del PSdeG. “Ya dice usted que el tema no son sus diez imputaciones, sino la denuncia de un conselleiro que en horas desde que entró en fase judicial, renunció; para eso hay que tener muy mala memoria”, reprocha el también líder del PPdeG. Más allá de que “cuando me imputaron yo ya no ostentaba un cargo público”, evoca Besteiro, “demostrará que no entendió nada si quiere mezclar los temas”. “Su silencio” sobre el caso Villares, reitera, “produce vergüenza” y “dolor”.
Artículo original en gallego disponible en este enlace.