El nuevo Gobierno

Sánchez consagra al consultor Iván Redondo como el motor de Presidencia

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, posa junto al secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños; el director de su Gabinete, Iván Redondo, y su secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver.

“Más que comunicar, conectar”. Esta declaración de intenciones, que habla por sí sola, figura en el frontispicio de Redondo & Asociados, la agencia de comunicación fundada por el consultor de moda, Iván Redondo, el cerebro gris que va a gobernar buena parte de la maquinaria política que se mueve en el entorno del presidente del Gobierno. La nueva estructura de la Presidencia, el núcleo más próximo a Sánchez, otorga amplias funciones a este experto en comunicación política y le convierte en el alto cargo más influyente del nuevo Gobierno, de acuerdo con la estructura de Presidencia publicada este martes en el BOE.

Redondo tiene 37 años, se formó en Humanidades y Comunicación en Deusto y lleva ya algún tiempo en el entorno de Sánchez, al que ha ido asesorando desde que ganó las primarias a Susana Díaz. No falta quien le atribuye la redacción de la hoja de ruta que construyó la mayoría política que derribó a Mariano Rajoy y aupó al PSOE a la Presidencia del Gobierno. 

En mayo de 2017, justo cuando Sánchez gano las primarias, anticipó ese escenario en su blog The War Room: “Si enfocamos bien el ajedrez político que se avecina deben saber que hay altas probabilidades de que Sánchez puede ser presidente. Bien a través de una moción de censura (si se suceden más escándalos en el seno del PP y se conforma esa mayoría alternativa) o tras el resultado de unas elecciones anticipadas”.

Ahora gobernará una de las dos patas sobre las que Sánchez aspira a caminar durante los dos próximos años para ganar las próximas elecciones generales, que él mismo acaba de situar en el año 2020.

La primera es la secretaria general de Comunicación, al frente de la cual está el periodista Miguel Ángel Oliver —muy conocido como conductor de los informativos de Cuatro durante los últimos trece años—. Es un puesto clave, porque de él dependen las relaciones con los grandes medios de comunicación, muchos de los cuales son muy dependientes de contratos, concesiones y licencias y también de la distribución de la publicidad institucional.

No obstante, el cargo de mayor influencia, como ya ocurría en tiempos de Mariano Rajoy, volverá a ser el de director del gabinete del presidente —uno de los mejor pagados de la administración: por encima de los 100.000 euros—. Al frente de este departamento estará Redondo.

 

Pedro Sánchez, en el centro, despacha en la Moncloa con el director de su gabinete, Iván Redondo, (a la izquierda), la vicepresidenta, Carmen Calvo, la portavoz parlamentaria, Adriana Lastra, y su secretario de Comunicación, Miguel Ángel Oliver.

Un experto en comunicación política con competencias sobre áreas decisivas de la actividad del presidente: asistencia política y técnica, acceso a sus programas, planes y actividades, y capacidad para asesorarle en toda clase de asuntos, desde la política económica a la seguridad nacional. A su cargo tendrá la organización y la seguridad de las actividades de Sánchez dentro y fuera de España y hasta la supervisión de su equipo médico.

Por debajo de él está casi toda la estructura del presidente: la Secretaría General —que se ocupa del protocolo y de la seguridad—, la Dirección de Análisis y Estudios e incluso el Departamento de Seguridad Nacional que se aloja en el búnker construido en el subsuelo de La Moncloa, así como una Secretaría General de Asuntos Internacionales, Unión Europea, G20 y Seguridad Global.

Una estructura creada por Rajoy

Estos asuntos ya formaban parte del gabinete de la Presidencia en el Gobierno de Mariano Rajoy, que fue quien impulsó esta asesoría todopoderosa para entregársela a a su mano derecha, Jorge Moragas, que la abandonó en diciembre y fue relevado por José Luis Ayllón. Los perfiles de Moragas y de Redondo, sin embargo, no puede ser más diferentes: el primero llevaba vinculado al PP desde la época de Aznar y Redondo es un profesional de la comunicación sin ideología conocida que ha trabajado para el PP en Cataluña y en Extremadura, para disgusto de algunos dirigentes socialistas.

De hecho, su número dos en Redondo & Asociados, Francisco Gómez, desató la semana pasada una intensa polémica al anunciar en Twitter que iba a ser su jefe de Gabinete. Gómez borró su cuenta después de ser señalado por Elplural.com como el autor de tuits insultantes contra el PSOE, sin que hasta la fecha Moncloa haya confirmado ni desmentido su nombramiento como parte del círculo más íntimo del presidente Sánchez.

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La novedad de la estructura de la Presidencia de Sánchez no es sólo la irrupción de este experto sino la desaparición de la Oficina Económica del presidente, cuya existencia se remonta a los tiempos de José Luis Rodríguez Zapatero, y la creación de dos altos comisionados.

El primero se ocupará de luchar contra la pobreza infantil, un mal de nuestro país que Sánchez destaca con frecuencia en sus discursos. A su frente estará la hasta ahora senadora Luisa Carcedo, médico, asturiana, fiel a Sánchez en sus horas más bajas y miembro de su dirección, en la que se ocupó de diseñar la propuesta de ingreso mínimo vital que el PSOE ha hecho suyo.

El segundo alto comisionado, anunciado este martes, es el que se ocupará de impulsar la contribución de España a la llamada Agenda 2030, un compromiso de Naciones Unidas para retomar los fracasados Objetivos de Desarrollo del Milenio. Incluyen metas tan diversas como la erradicación de la pobreza extrema y del hambre, promover la igualdad de género o universalizar la enseñanza primaria.

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