El futuro de Cataluña

Sánchez defiende en Estrasburgo el diálogo con el independentismo pero insiste en que debe ser dentro de la ley

Eurodiputados catalanes muestran carteles a favor de los presos del 'procés' durante la intervención de Pedro Sánchez en el pleno de Estrasburgo.

Fernando Varela

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, intentó este miércoles hacer pedagogía en el Parlamento Europeo en torno a la situación en Cataluña en su respuesta a los diputados de diferentes grupos, no todos ellos españoles, que se mostraron indignados con el encarcelamiento de los dirigentes independentistas a los que el Tribunal Supremo va a empezar a juzgar dentro de unos días por haber intentando hacer realidad su proyecto secesionista en Cataluña.  Algunos parlamentarios, militantes del PDeCAT, de Esquerra, del PNV o del grupo flamenco N-VA, entre otros, llegaron a emplazar en sus mesas carteles amarillos con los rostros de algunos de los procesados por rebelión.

En Cataluña, explicó con cierto detalle el presidente, “no hay una mayoría social en favor de la independencia” aunque si haya una mayoría parlamentaria. Lo que hay, aseguró, es “una mayoría a favor de fortalecer el autogobierno”. En su opinión, lo que tiene que hacer el independentismo es “aceptar la realidad y hablar con la parte no nacionalista”.

El independentismo “tiene que abrir un diálogo sincero con la otra parte de Cataluña que no es independentista y el Gobierno tiene que facilitar ese diálogo. A diferencia de épocas pasadas”, recordó el presidente en referencia a Mariano Rajoy, “sí tenemos firme voluntad de resolver el conflicto mediante el dialogo”, pero dentro de la ley.

 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Pleno del Parlamento Europeo. Al fondo, varios diputados exhiben carteles con la imagen de los dirigentes independentistas acusados de rebelión.

Ya en rueda de prensa, y preguntado sobre el encarcelamiento de dirigentes independentistas, Sánchez subrayó que los gobiernos “no dictan sentencias”, lo que hacen, “es encontrar soluciones políticas a crisis políticas”. Defender la segregación de Cataluña es una posición política legítima, subrayó, no quebrar la unidad protegida por la Constitución. “Y eso es lo que se está viendo en el Tribunal Supremo. Los políticos procesados incumplieron reiteradas sentencias del Constitucional, añadió. Y “lo que no tenemos que hacer es judicializar la política y politizar la justicia”.

“Van a tener todas las garantías para explicarse” ante los tribunales. Mientras tanto, pidió, “demos una oportunidad a lo política y para eso”, reiteró, “tienen que aceptar que no tienen mayoría social” y hablar con la otra mitad de catalanes que no son nacionalistas. En ese camino, el Gobierno colaborará en busca de una solución que, “ya adelanto, siempre será un reforzamiento del autogobierno”.

Las tensiones territoriales, razonó el presidente en el Pleno, no son un fenómeno exclusivo de España. la diferencia con otros lugares, explicó, es que en el caso español los independentistas no “han acatado las sentencias. Lo que han hecho es quebrar unilateralmente el Estatuto y la Constitución”.

El diálogo Gobierno-Generalitat se atasca en la composición de la mesa de partidos para discutir el conflicto catalán

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Emplazado por el portavoz del Partido Popular Europeo, Manfred Weber, a abordar el tema catalán, Sánchez emplazó a este grupo político a hacer una reflexión sobre el PP y Cataluña. En su opinión, “el orden del día de las derecha lo marca la ultraderecha en dos cuestiones fundamentales: el agravio territorial y usar Cataluña como ariete contra el Gobierno de España”. Todo lo contrario que el PSOE, recordó, que “será siempre leal con la Constitución en la oposición y el Gobierno”.

Contra Sánchez tomaron la palabra varios eurodiputados del PP. El más duro, Esteban González Pons, que le acusó de pactar “con la extrema izquierda,los independentistas y antiguos terroristas” y de “haber sido incapaz de defender la unidad de España“ durante su intervención en la sesión plenaria.

 La réplica se la dieron otros tantos del PSOE, el más vehemente José Blanco: “Ser patriota no consiste en gritar ¡viva España! y no ir de la mano de quien quiere destruir” la Constitución. El PP, reprochó, llegó al Gobierno “al grito de ¡se rompe España! y recibimos una España más rota que nunca. Lamentamos que no contribuyan a generar espacios de convivencia, que es lo que esta fomentando el Gobierno de España”.

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