Memoria histórica
Sánchez presenta la reforma legal para que el Estado asuma la recuperación de las fosas y la identificación las víctimas del franquismo
En el Paredón de Paterna (València), donde fueron asesinadas 1.238 personas y en compañía de dirigentes socialistas y familiares de las víctimas. Ese fue el lugar elegido por el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, para presentar la reforma de la ley de la memoria histórica con la que, diez años después de su aprobación en el Congreso, los socialistas quieren impedir que el Gobierno del PP, o cualquier otro, pueda seguir incumpliéndola impunemente.
“Nada se puede construir desde el olvido, desde una memoria fragmentada”, defendió Sánchez, porque “el olvido representa el triunfo de la injusticia”. Ese olvido, subrayó el líder del PSOE, está en el origen “del auge de la extrema derecha en toda Europa. El odio nace de ahí”, destacó.
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La reforma legal del PSOE —cuyo texto concreto no se hará público hasta este viernes— ha sido negociada durante meses con organizaciones y colectivos vinculados a la memoria histórica y defiende entre otras cosas, según Sánchez, la constitución de una Comisión de la Verdad, “garantizar el cumplimiento efectivo de la norma frente a la actitud de quien la paraliza conscientemente”, que el Estado asuma su tarea tomando el relevo de las asociaciones en la localización de las fosas, la creación de un banco público de ADN y de un censo nacional de víctimas y la paertura definitiva de los archivos estatales que todavía permanecen vedados.
“Las únicas heridas abiertas”, argumentó Sánchez, “son las de las fosas cerradas. La memoria no es de izquierda ni de derechas, es patrimonio de los demócratas y una democracia no puede ser plena si los poderes se ponen de perfil”, advirtió.
Se dijo primero, recordó el líder de los socialista, que era “demasiado pronto” y luego que “demasiado tarde” y la ley ha acabado siendo ignorada. El PP “ha demostrado no tener voluntad política”, hasta el Punto de ignorar desde las resoluciones de la ONU a las del Consejo de Europa. “Es una aberración ignorar el derecho a recuperar la identidad robada”, subrayó en referencia a los niños robados, “o el de dar digna sepultura a los suyos”.