La sanidad escala puestos como el mayor problema... ¿pero las protestas movilizan por sí solas el voto contra Ayuso?
La masiva manifestación celebrada el domingo en Madrid reunió a más de 200.000 personas —según datos de la Delegación de Gobierno y 670.000 según los convocantes— en defensa de la sanidad "pública, universal y de calidad". Una manifestación convocada por el movimiento de barrios y pueblos de Madrid, vecinos que durante los últimos años han protagonizado protestas en diferentes puntos de la región, con la que se pretendía denunciar "el caos" provocado por el gobierno regional con su nuevo modelo de urgencias extrahospitalarias, que recorta personal.
Los partidos de la izquierda madrileña secundaron la protesta y algunos dirigentes como Alejandra Jacinto, la candidata de Podemos a las autonómicas, vieron en la alta participación la posibilidad de que haya un vuelco electoral para la izquierda- “¿Y si se puede ganar Madrid?”, preguntó Jacinto en su cuenta de Twitter. Una interpretación similar a la que lanzó Mónica García, portavoz de Más Madrid y jefa de la oposición a Isabel Díaz Ayuso: “La sociedad madrileña está diciendo que basta ya", aseguró. También lo percibió así el portavoz socialista, Juan Lobato, al señalar que hace falta “un cambio” tras 28 años de gobiernos ininterrumpidos del PP.
El Partido Popular madrileño lleva desde el domingo intentando minimizar el impacto de la manifestación a través de distintos portavoces. La presidenta Díaz Ayuso ha seguido con esa estrategia este lunes, al señalar que la manifestación fue un “boicot” de la izquierda que no busca defender la sanidad pública sino reforzar “un nuevo liderazgo” tratando así de generar un enfrentamiento entre García y Lobato. “Si hubiera sido una manifestación por la sanidad pública hubieran acudido dos millones de madrileños, no conozco un solo madrileño que no esté orgulloso de su sanidad pública”.
Sin embargo, la preocupación por el estado de la sanidad ha aumentado en los últimos meses. Según una encuesta municipal publicada el pasado mes de abril, el 23,9% de los madrileños considera que en Madrid faltan más servicios, más sanitarios y profesionales y existe una alta lista de espera. La encuesta fue encargada por el consistorio que dirige José Luis Martínez Almeida y elaborada por la empresa demoscópica Sigma Dos. Esa misma encuestadora realizó otro estudio para el diario El Mundo, publicado la pasada semana, en el que los madrileños situaron la sanidad como la primera preocupación, por delante de la subida de precios, el paro, la Educación o la inmigración. Entre los votantes del PP, un 40 por ciento lo identificaron como su mayor problema.
Este temor también se percibe a escala nacional: el estado de la sanidad pasó de ser la octava preocupación de los españoles a subir a la tercera posición en el mes de julio, según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). En los dos últimos estudios, el de septiembre y el de octubre, los encuestados ya la sitúan en el segundo lugar, por detrás de la crisis económica y por delante del paro. Una tendencia que confirma otra encuesta impulsada por el Sindicato de Enfermería (Satse) y realizada por la empresa IO Investigación, que cifra en 48% los españoles que creen que la sanidad pública ha empeorado desde la pandemia.
"Ni la izquierda lo tiene todo hecho ni la derecha debería despreciar a los manifestantes"
A juicio de Javier Lorente, profesor en Ciencia Política por la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y experto en opinión pública, las manifestaciones “sirven para poner temas en la agenda política y mediática”. “Una manifestación no es un procedimiento electoral. Si lo comparamos con el censo electoral, es cierto que participa poca gente. Sin embargo, España es de los países más movilizados y la participación se sitúa, de media, en un 15%, eso es mucho en comparación con otros países europeos”, explica el profesor en declaraciones a infoLibre.
Sobre los anhelos de la izquierda de conseguir desalojar al PP de la Comunidad de Madrid, Lorente asegura que “una manifestación no va a cambiar unas elecciones” pero sí cree que “da ventaja” a las fuerzas progresistas si saben cómo utilizarlo para desgastar al Ejecutivo de Díaz Ayuso. “Ni la izquierda lo tiene todo hecho ni la derecha debería despreciar a los manifestantes. La protesta tuvo un carácter transversal que el PP niega. Se nota que han perdido el control de la agenda”, valora Lorente.
También lo percibe así Luis Miller, sociólogo y miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Según su análisis, el apoyo a la sanidad pública "es trasversal" y eso lleva sucediendo "desde hace más de una década". "Hoy la mayoría de votantes, también del PP, prefieren la pública. La excepción, Vox, que tiene un electorado prácticamente dividido por la mitad en cuanto a preferencia por la pública o privada", explica.
En ese sentido, Miller señala que la cuestión de la sanidad pública "divide al votante de derechas": "Primero porque el apoyo en el PP es mayoritario, pero no tanto como en la izquierda. Pero, sobre todo, porque los votantes de Vox están profundamente divididos, seguramente por lugar de residencia, renta, etc". El sociólogo cree que "la izquierda tiene hoy mucha más ventaja estratégica al tratar temas como la sanidad u otras políticas de bienestar por la división que existe en estas en el electorado de derecha".
El profesor de Ciencias Políticas también considera que esta protesta masiva beneficia a la izquierda "después de venir de un clima bastante derrotista" en el que el PP superó a la suma de las izquierdas en las pasadas elecciones autonómicas. "El hecho de movilizarse de esta manera puede dar cierta moral a los votantes", señala Lorente. A su modo de ver, lo que debería hacer la izquierda es "gestionar con inteligencia" esta crisis sanitaria: "Hay que aprovechar la inercia y no despreciar al rival".
Por su parte, Miller identifica dos marcos posibles para las elecciones de 2023: justicia social y bienestar social (el mensaje de la izquierda) frente a sentimiento nacional, seguridad personal y moral individual (el de la derecha) "El marco que predomine en las campañas favorecerá a un bloque u otro", vaticina.
El termómetro electoral de la sanidad
No son pocos los dirigentes que han equiparado la protesta del domingo con otras de las manifestaciones de la marea blanca en Madrid. Comenzaron a hacerlo en 2012, el año del mayor tijeretazo a los servicios públicos y el momento en el que el entonces presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, decidió llevar a cabo el mayor proyecto de privatización de la sanidad madrileña siguiendo la estela de su antecesora, Esperanza Aguirre. El dirigente conservador pretendía adjudicar la gestión de seis hospitales públicos —Infanta Leonor, Infanta Sofía, Infanta Cristina, Hospital del Henares, del Tajo y del Sureste— a empresas privadas, un proceso que, además del rechazo social, provocó el del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), que suspendió cautelarmente la adjudicación. Una decisión que, además, se llevó por delante al entonces consejero de Sanidad de la Comunidad, Javier Fernández-Lasquetty.
Pese a las movilizaciones y a la aparición de formaciones como Podemos y Ciudadanos, en los siguientes comicios electorales el PP volvió a ganar en la región, esta vez de la mano de Cristina Cifuentes. Era el año 2015. Cifuentes perdió la mayoría absoluta que obtuvo cuatro años antes Aguirre, pero formó un pacto con Ciudadanos para seguir conservando la presidencia del Ejecutivo. El PP obtuvo el 33,10% de los votos en la región madrileña, pasando de los 72 diputados de 2011 a 48.
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Según Lorente, hay que saber calibrar el impacto electoral de las manifestaciones. "Sin ir más lejos, después de las protestas del 15M en el año 2011 arrasó el PP. Una cosa son las protestas y otras las elecciones", valora. Aun así, el politólogo cree que estas movilizaciones "sí crean climas que la izquierda puede explotar a su favor", aunque sea a largo plazo. En el caso concreto de la marea blanca, Lorente señala que fueron los tribunales, y no la acción en las calles, los que forzaron la dimisión de Lasquetty: "La marea blanca buscó buenos abogados para convencer de que esa privatización era contraria a derecho", recuerda.
Con todo, el profesor de la URJC cree que el PP no está sabiendo gestionar bien la crisis que, en parte, "rompe" con "el relato de comunidad rica": "En Madrid tienes trabajo pero no atención primaria", sintetiza. En ese sentido cree que la región tiene las "condiciones demográficas" para dar buenos servicios públicos. "La población de Madrid es más joven que la de otras autonomías y, por tanto, recurre menos a la sanidad".
Lorente también destaca que el Ejecutivo de Ayuso "ha apostado mucho por lo hospitalario, cuando el sistema se basa en justo lo contrario, se basa en reforzar la atención primaria": "Así se ahorraría muchísimo dinero. La primaria te hace de filtro de los casos graves y los leves", explica. A juicio del experto, los conservadores "están instalados en la soberbia" con este asunto y "deberían rectificar" porque "corren riesgo de perder el apoyo de los propios médicos" que "no son particularmente progresistas" y son percibidos como "figuras de autoridad" para la población.