Sanidad

Uno de cada seis euros del gasto sanitario público termina en empresas privadas a través de conciertos

La ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, en el último Consejo Interterritorial de Salud.

Uno de cada seis euros del gasto sanitario público dedicado a las tres grandes partidas asistenciales (hospitales, atención medicalizada y residencial y atención ambulatoria) se destina a conciertos con establecimientos sanitarios de titularidad privada. Es decir, a pagar a empresas para que se encarguen de prestar esos servicios incluidos en la cartera del sistema público de salud. En cifras absolutas son 10.647 millones de euros de un total de 57.013, el 18,7%. Así lo recoge el informe Sistema de Cuentas de Salud correspondiente al ejercicio de 2015 [consultar, aquí] hecho público recientemente por el Ministerio de Sanidad.

Por tipo de servicio, el propio documento de Sanidad destaca que "más de la mitad" del gasto sanitario público dedicado a financiar la asistencia prestada en establecimientos de atención medicalizada y residencial (residencias asistidas para la tercera edad, centros de salud mental y adicciones...) corresponde a conciertos. De los 4.352 millones de dinero público invertidos en este concepto, 2.311 los gestionaron empresas privadas. En porcentaje es el 53,1%. 

La cooperación con la sanidad privada también es significativa en el ámbito de los proveedores de atención ambulatoria, entre los que se encuentran los centros de salud, los consultorios odontológicos y de otros profesionales sanitarios, los laboratorios médicos y de diagnóstico o la atención domiciliaria. Así, de los 12.655 millones de euros destinados a esta área asistencial en 2015, se dedicaron a conciertos un total de 3.695 millones de euros. El porcentaje alcanza el 29,2% del total.

Más limitada es la colaboración con la sanidad privada en el ámbito hospitalario. Según este documento, durante 2015 el conjunto de las administraciones públicas (principalmente las comunidades autónomas, que tienen la competencia en materia de sanidad) dedicaron 4.641 del total de 40.006 millones de euros invertidos en este concepto a conciertos (derivaciones de consultas, operaciones...). En este caso, el porcentaje es del 11,6% del total.

Menos inversión que en 2011

Durante 2015 se invirtieron un total de 71.036 millones de euros de dinero público en el conjunto de la sanidad, incluyendo además de las tres principales partidas asistenciales citadas, el dinero invertido en farmacia, en programas de salud pública, en formación del personal sanitario o en investigación y desarrollo en el ámbito de la salud. Esta estadística del Ministerio de Sanidad –que sigue la misma metodología que la OCDE y Eurostat– refleja un aumento del gasto sanitario público respecto al año anterior, 2014, cuando se destinaron 66.799 millones de euros de dinero público a sanidad (+6,3%).

Sin embargo, no se puede obviar que la sanidad pública es uno de los servicios básicos que más afectado se ha visto por los tijeretazos de la crisis económica. Y aunque las últimas cifras oficiales sí constatan una cierta recuperación, la inversión sigue manteniéndose por debajo de la registrada antes de los grandes recortes. De hecho, en 2011 se la inversión de todas las administraciones públicas en sanidad alcanzó los 73.261 millones de euros, 2.225 más que en 2015. 

Lo que prácticamente sí se ha recuperado en el período analizado es el volumen de gasto destinado a contratar con el sector privado, que pasó de 10.698 millones de euros en 2011 a 10.647 en 2015. Es decir, apenas 51 millones de euros menos. En porcentaje supone una reducción del 0,5%, por tanto, inferior a la registrada en el conjunto de la inversión pública en sanidad. En consecuencia, los recortes en sanidad también han afectado a la colaboración con el sector privado, si bien de una manera más leve.

Crece el gasto privado

Por otro lado, el informe Sistema de Cuentas de Salud también pone de manifiesto cómo mientras el gasto sanitario público sí ha acusado un cierto desgaste en los últimos años –2.225 millones de euros menos en 2015 respecto a 2011, un descenso del 3%–, el gasto sanitario privado (lo que invierten familias o empresas) sigue creciendo. Los datos oficiales evidencian que ha pasado de 25.930 millones de euros en 2011 a 28.937 en 2015. El aumento es, por tanto, del 11,6%. En números absolutos son 3.007 millones de euros.

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El total del gasto sanitario alcanzó en 2015 el 9,3% del producto interior bruto (PIB): un 6,6% financiado con recursos públicos y un 2,7% con recursos privados. En relación a 2011 la inversión del sector público creció dos décimas y la privada tres en términos de PIB. 

Además, las familias fueron quienes soportaron el mayor peso en la financiación sanitaria privada. Así, el consumo final en sanidad de los hogares (medicinas, seguros privados, dentistas...) ascendió en 2015 a 23.887 millones de euros. Es decir, hicieron frente al 82,54% del total del gasto privado. Estas cifras concuerdan con hechos como que el médico haya sido el único ramo del sector de los seguros que ha crecido durante todos los años de la crisis.

Por otro lado, el auge de la sanidad privada se refleja también en el terreno que ha ido arañando al sector público. En 2011, el gasto privado representaba el 26,1% del gasto total en sanidad y las estadísticas reflejan cómo año tras año ha ido subiendo, hasta situarse en el 28,9% en 2015. Sí es cierto que ese ejercicio se produjo un descenso de un punto respecto a 2014, cuando representó el 30%. Por el contrario, en el mismo período, el peso del gasto público descendió 2,8 puntos al pasar del 73,9% al 71,1%.

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