Partido Popular

Tellado, el leal 'soldado' de Feijóo encargado de poner el PP al servicio del líder

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (i), y el portavoz del PP, Miguel Tellado, en el Congreso

Miguel Tellado se convertirá en el próximo secretario general del Partido Popular tras el congreso que el partido celebra este fin de semana. Ubicado en el ala dura del PP, sustituirá a Cuca Gamarra en el cargo, aunque según diversas fuentes ya venía desempeñando ese rol de manera oficiosa desde hace tiempo. Lo suyo es controlar el funcionamiento del partido. Es un fontanero puro —bajo esa denominación se conoce a los dirigentes que han hecho de la vida orgánica su profesión—, no un estratega, aseguran quienes le conocen.

Nacido en Ferrol en el año 1974 —a sus 51 años es una “persona joven” a ojos de Feijóo—, en su trayectoria política hay un antes y un después de 2003, el año en el que vio la luz de la derecha. Fue entonces cuando este licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad de Santiago con pretensiones de periodista, que había hecho sus pinitos en emisoras municipales, prensa comarcal y televisión local y se movía con soltura en ambientes de la izquierda nacionalista, aceptó la mano tendida del entonces alcalde del PP en Ferrol, Juan Juncal, y se convirtió en jefe de prensa del Ayuntamiento. De un extremo al otro de la escala ideológica con solo 29 años.

Desde ese puesto, Tellado fue escalando posiciones a través de la Deputación de A Coruña y la Consellería de Traballo del primer Gobierno de la Xunta de Alberto Núñez Feijóo. El hoy líder del PP vio enseguida en él las dos cualidades que le han convertido en su lugarteniente: agresividad implacable y lealtad absoluta. En 2012 ya era diputado autonómico, en 2014 portavoz del partido en Galicia —cargo al que llegó en el momento de mayor debilidad política de su jefe de filas, justo cuando salió a la luz su estrecha amistad con el narcotraficante Marcial Dorado— y en 2016 el propio Feijóo le convirtió, para sorpresa de propios y extraños, en el secretario general de su formación.

El hasta ahora portavoz del PP en el Congreso llegó a Madrid acompañando a Feijóo, como parte de su núcleo de colaboradores más estrecho. Un círculo que permanece inamovible desde hace años, al que no ha logrado ingresar nadie más, y del que forman parte tres periodistas: Mar Sánchez, su mano derecha desde los tiempos de Correos; Luis de la Matta, director de comunicación, y Marta Varela, asesora y redactora de discursos, además de Álvaro Ortiz, especializado en Derecho. Todos, salvo De la Matta, ocupan hoy escaño en la Cámara Baja.

Tellado, aseguran quienes le conocen de cerca, asume su condición de peón aplicado e incansable, hasta el punto de no tener ambiciones propias. Vive por y para Feijóo. Solo unas horas antes de ser anunciado como el nuevo secretario general del PP, fuentes de su entorno aseguraban que estaba “muy cómodo” en el Congreso pero que siempre estaría “a disposición” de su jefe de filas. Y en ese papel es feliz: construyendo hipérboles y difundiendo bulos de pseudomedios, por los que tiene predilección, para agitar las redes.

Cuando Feijóo le situó como secretario general del PP de Galicia, hace nueve años, lo presentó como el hombre que necesitaba para sacar adelante con éxito la doble convocatoria electoral de aquel año, generales y autonómicas. Una decisión que dice mucho de la que ha tomado ahora en el PP estatal: un perfil con dedicación exclusiva porque, en palabras del líder del partido, “una persona que ostenta muchos cargos no desempeña ninguno con pleno rendimiento; hay personas que llevan mucho tiempo trabajando para que otros brilláramos”.

Control férreo en el grupo parlamentario y sin interlocución con otros portavoces

Tellado llegó a Madrid como senador en el año 2022 junto a Feijóo, por designación autonómica. Un año más tarde, cuando Feijóo confeccionó las candidaturas del PP para las elecciones generales, situó en puestos de salida a su núcleo duro. Un grupo de políticos de absoluta confianza con los que llevaba años trabajando en Galicia. Entre ellos estaba Pedro Puy, el que hasta ese momento había sido el portavoz de su grupo en el Parlamento de Galicia, al que supuestamente Feijóo planeaba situar al mando del PP en el Congreso en caso de llegar a La Moncloa. Él era la cara amable, pero Puy nunca se llegó a estrenar en ese cargo.

El líder conservador se quedó corto en las urnas y vio cómo Pedro Sánchez reunía una nueva mayoría para ser investido presidente tras fracasar él en su propia investidura. Así que hubo cambio de planes y Génova dijo adiós al tono conciliador para dar la bienvenida la crispación. La nueva estrategia requería a Tellado, especialista en la bronca permanente, un puesto que ahora pasará a estar en manos de Ester Muñoz, que también ha hecho de sus agresivas intervenciones contra el Gobierno su seña de identidad. Según apuntan fuentes de su entorno, va a seguir la misma línea marcada por Tellado, sin ceder ni un milímetro al Gobierno. La principal incógnita es si mantendrá el mismo equipo del gallego o si apostará por uno de su confianza.

El hasta ahora portavoz del PP en el Congreso lleva dos años demostrando sus cualidades. Es uno de los más duros en la sesión de control de los miércoles. Se extiende en descalificaciones en las ruedas de prensa que convoca los martes. Somete a la presidenta de la Cámara, Francina Armengol, a un cuestionamiento permanente en todas las sesiones a puerta cerrada que celebran semanalmente la mesa y la junta de portavoces. Según explican a infoLibre fuentes presentes en esas reuniones, Tellado “acapara el turno” con “intervenciones larguísimas” en las que, a juicio de las fuentes consultadas, “parece que esté dando un mitin”. “En esas reuniones se ordena el pleno de la semana, no se va a debatir”, resumen.

Tellado también ha ejercido un férreo control en el grupo parlamentario del PP en el Congreso, hasta el punto de haber prohibido a sus diputados que hablasen con los periodistas, según trasladan a este periódico fuentes del grupo. Su relación con el resto de portavoces no es mucho mejor. "Genera cero simpatía", asegura uno de sus homólogos en la Cámara Baja, que también apunta a las escasas dotes negociadoras de Tellado, con el que no tiene interlocución más allá de cuestiones puntuales. "Para lo único que sirve es para confrontar con el Gobierno. Nada más".

Artífice de la ruptura total con el PNV

Tras las generales, Feijóo miró en primer lugar hacia el PNV en busca de apoyos, ya que los nacionalistas vascos apoyaron los últimos Presupuestos del expresidente Mariano Rajoy —aunque días después respaldaron la moción de censura impulsada por Pedro Sánchez—, pero los jetzales no tardaron ni 24 horas en cerrarle la puerta. Durante su debate de investidura, el entonces portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, se mostró crítico con el presidente del PP y dijo que “algún día” contaría lo que le llegó a ofrecer para apoyar su investidura. Según publicó El Diario Vasco meses después, el PP les ofreció el Ministerio de Industria, aunque Génova lo desmintió.

Pasadas ocho semanas, en su discurso en la gala de los periodistas parlamentarios del año 2023 —en la que recibió el premio a senador del año—, Esteban bromeó al afirmar que le había faltado "hablar euskera en la intimidad" para llegar a ser presidente, en referencia a la famosa frase de José María Aznar sobre el catalán tras los pactos con el entonces president de la Generalitat catalana y líder de Convergència, Jordi Pujol. Sin embargo, ese buen entendimiento aparente se fue diluyendo y acabó licuado en la campaña de las elecciones autonómicas. Poco antes de los comicios, en los que el PNV revalidó su mandato con Imanol Pradales a la cabeza, Feijóo llegó a pronosticar un declive electoral para los nacionalistas vascos por culpa de sus acuerdos con el PSOE, lo que afirmó acabaría dando paso a una hegemonía de EH-Bildu en el País Vasco.

Tellado no consiguió, precisamente, apaciguar después los ánimos en el Congreso. En la diputación permanente que se celebró en agosto de 2024, el portavoz del PP recriminó a los peunevistas que no les apoyaran para sacar ninguna petición de comparecencia adelante. Según aseguran fuentes del grupo, el PNV se había comprometido a votar con ellos pero después cambiaron de opinión. Eso generó un choque en redes entre Tellado y Esteban, en el que el primero acusó al PNV de convertirse en "el encubridor del Gobierno de Sánchez" para "evitarle comparecencias parlamentarias", mientras el segundo le reprochó su "torpeza". "Si con tweets como este queréis lograr el voto del PNV a futuro... Torpe, que eres un torpe", escribió el jetzale en su cuenta.

Reproches que fueron aumentando a medida que avanzaba la legislatura, hasta que, en enero de este año, el portavoz del PP acusó directamente a Esteban de ser un "aprovechategui" después de que el Gobierno vasco negociara con el Ejecutivo de Sánchez la devolución de la que fuera su sede en en París, incautada por la Gestapo, lo que soliviantó al PP. El conservador les acusó de buscar únicamente "hacer caja" y calificó este comportamiento como "miserable" y "asqueroso", a lo que el PNV respondió haciendo mofa de Tellado con una imagen del portavoz del PP con cuerpo de ave frente a la sede del PP. "¿Es una gaviota? ¿Es un charrán? ¡Es Tellado! Pían, luego cabalgamos".

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Casi medio año después, y ya con Esteban fuera del Congreso, la situación no ha mejorado. Pese a los intentos del hombre fuerte de Feijóo de "retomar la relación" con ellos en la ronda de contactos que el PP inició este martes con los aliados del Gobierno —con escaso éxito—, el líder del PP vasco, Javier de Andrés, acusó este miércoles a un empresario vinculado al PNV de estar “en medio de la trama de Cerdán”. Unas palabras que, según señaló el dirigente del PP, comparte la dirección de su partido, que también reclama explicaciones al partido de Esteban. Desde la formación jetzale acusan a los de Feijóo de "romper todos los puentes", un escenario al que se ha llegado con la necesaria colaboración del próximo secretario general del PP.

Esa ruptura, sin embargo, no será un problema para Tellado en su nuevo cometido. A partir de ahora, su trabajo ya no será negociar con otros partidos, sino afinar al máximo la maquinaria del PP para optimizar resultados el día que se celebren las elecciones generales. Una tarea de movilización en la que el escudero de Feijóo está bien entrenado porque fue la que desarrolló con éxito durante varios años en Galicia.

Muchos esperan que aplique ahora a la organización el férreo control que le caracterizó en el grupo parlamentario. Esta vez, sin embargo, tendrá que lidiar con barones con mucho poder electoral y de partido —el PP gobierna en la mayoría de las comunidades y algunos de ellos están poco acostumbrados a someterse a las órdenes de la dirección nacional—. Cuando Pablo Casado lo intentó, a través de Teodoro García Egea, soliviantó a muchos territorios y acabó sentando las bases de la conjura que puso fin al mandato del antecesor de Feijóo. Tellado, no obstante, no es García Egea. Tiene mucha experiencia en el manejo de los resortes del partido y es un perfil pragmático en el que el líder del PP confía absolutamente para conseguir que no quede nadie sin arrimar el hombro y que, todos a una, lo lleven hasta La Moncloa.

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