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El futuro de la izquierda

Podemos teme que Yolanda Díaz actúe "como Carmena y no responda ante nadie"

La exalcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y el fundador de Podemos, Pablo Iglesias

Sobre las cenizas de partidos machacados por el desprestigio se alzan candidatos carismáticos de todo tipo, más dados a someterse al juicio directo de los votantes que a lidiar con los engorros de la vida interna de las organizaciones políticas. Le pasó a Manuela Carmena en 2015, una exjueza que dio el salto a la política municipal como independiente a través de un partido instrumental, que tomó el nombre de Ahora Madrid, integrado por el colectivo Ganemos Madrid, Podemos e Izquierda Unida (IU). Carmena logró más de medio millón de votos y 20 concejales, que junto a los 7 del PSOE se unieron para desalojar al PP del consistorio madrileño.

Tras cuatro años al frente del Ayuntamiento de la capital con frecuentes conflictos internos y rupturas en la disciplina de voto —sobre todo de los concejales de Ganemos—, Carmena optó por fundar un nuevo partido, Más Madrid, de la mano de Íñigo Errejón, a escasos meses de la celebración de los comicios de 2019. La exjueza no logró revalidar la plaza pese a que la dirección de Podemos decidió no competir contra ella —IU sí presentó candidato— "por responsabilidad". Esa experiencia, que generó un cisma interno con Errejón, fue una de las peores para el seno del partido. Ahora no son pocas las voces, empezando por la actual líder del partido, Ione Belarra, que trazan un paralelismo entre lo que hizo Carmena y los planes de la actual vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz. Es más, la exalcaldesa ha manifestado sus simpatías por el proyecto de Díaz en diversas ocasiones.

"Creo mucho en los debates colectivos y que lo colectivo es lo que nos da la fuerza, por eso hemos propuesto primarias, porque los proyectos personalistas no responden luego bien, ya se vio con Manuela Carmena,a lo que quiere la ciudadanía", señalaba este martes Belarra ante los micrófonos de Radio Nacional de España (RNE). En una tribuna, el cofundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, también aludía a la exalcaldesa de Madrid para explicar la situación actual. A su juicio, los desencuentros entre la dirección de Podemos y Díaz van a perjudicar a ambas partes, pero sobre todo a la gallega. "El precio mas alto lo va a pagar Yolanda Díaz porque se le disipa la frescura que tuvo, le acerca al fantasma egoísta del errejonismo y al vaivén innecesario de Manuela Carmena y no va a poder explicar por qué siendo la elegida para sumar todos los fragmentos de la izquierda, se ha empeñado en parecer querer dejar fuera al fragmento más grande", explicaba.

Fuentes cercanas a la dirección de Podemos señalan a infoLibre que no se pueden permitir caer en el mismo error y aseguran que es necesario "un compromiso" entre las fuerzas políticas y las personas a las que se les pide la dirección electoral del proyecto, como es el caso de Díaz. "No es sencillo, pero es un desafío que la nueva política tiene que enfrentar". Para ilustrarlo, ponen el ejemplo del presidente francés, Emmanuel Macron. El líder galo se desligó de una estructura tan potente como la del Partido Socialista y consiguió ser presidente de la República dando a luz a En Marcha, el proyecto con el que se presentó a las elecciones. "Las listas de Macron no responden ante nadie. Y eso en la izquierda no puede ser", abundan las citadas fuentes.

Sobre el caso concreto de Carmena, trasladan que "una vez elegida alcaldesa, con el apoyo central de Podemos, entendió que no respondía ante nadie. Y eso no es bueno para una candidatura democrática. Se trata de que aprendamos todos de los errores y hagamos mejor las cosas".

Lo que une a Manuela Carmena y Yolanda Díaz

Al igual que ahora, las primarias también fueron uno de los motivos de disputa. En 2015, Ahora Madrid celebró unas primarias abiertas que, además, estuvieron basadas en un sistema electoral con efectos muy proporcionales. Esta característica, unida al hecho de que se prohibió que una sola corriente pudiera monopolizar la lista final, dio como resultado un grupo municipal muy plural en el que Carmena estuvo acompañada por seis concejales del ala oficialista de Podemos, una de Equo, tres de IU, cinco independientes o procedentes de los movimientos sociales y otros tres próximos a la corriente anticapitalista de Podemos. De cara a la reelección, la exalcaldesa quiso tener mucho más control sobre quién formaba parte de su grupo municipal y sustituyó el formato de 2015 por unas primarias "participadas" que blindaban tanto al equipo de Carmena como al de Errejón, al tiempo que impedía a nadie de Podemos participar.

Es decir: frente al modelo de 2015, donde la lista final se construyó mezclando las diferentes candidaturas, en 2019 la plancha se negociaba previamente para, después, ser ratificada por las bases. Este es, precisamente, el temor instalado en el seno de Podemos en la actualidad. Los morados reclaman a Díaz la celebración de primarias abiertas "a toda la ciudadanía" y reniegan de los pactos "de despacho", pese a que ellos mismos han utilizado esta fórmula para pactar los puestos de las listas con IU. La dirección de Belarra cree que si se impone el modelo de los pactos el peso de Podemos se acabará diluyendo porque Díaz priorizará a otras formaciones frente a la suya.

Otra de las similitudes de Carmena con Díaz radica en el papel que le confieren a los partidos. Carmena insistió desde el principio en que ella era una candidata independiente, ajena a las cuitas internas. Podemos no logró que la exalcaldesa usara su fuerza para apuntar la candidatura de Iglesias y esta fue tomando cada vez más distancias. "Mi vínculo con Podemos es muy ligero, casi inexistente. Podemos apoyó mi candidatura y lo agradecí, pero siempre dije que era independiente y que no recibo ni órdenes ni sugerencias de nadie", afirmó. Un mensaje que recuerda al que expresó la vicepresidenta del Gobierno en el acto del pasado domingo en el que rechazó las "tutelas" y reivindicó su liderazgo: "Yo no soy de nadie", dijo.

Entonces, al igual que ahora, el exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, aseguró que su formación fue clave para que Carmena llegase a ser la alcaldesa de Madrid. "Si no hubiéramos propuesto a Manuela no hubiera sido alcaldesa. Tiene que haber acuerdo entre todas las piezas para que ese puzzle tenga toda la fuerza para ganar", señaló. Se trata del mismo caso de Yolanda Díaz, a la que Iglesias designó de manera oficiosa cuando renunció a la vicepresidencia del Gobierno para competir contra Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid. Desde Podemos siempre insisten en que fue el empeño personal de Iglesias de formar coalición con el PSOE el que ha permitido a Díaz —y al resto de ministros— desplegar su labor legislativa.

La agrupación de electores, la fórmula que anhelaba Carmena y Díaz podría utilizar

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Desde Podemos también recuerdan que Carmena acabó admitiendo que "fue un error" fundar Más Madrid y aliarse con Errejón. Lo dijo en 2020, ya fuera de la política, tras la pregunta del que fuera candidato del PSOE en 2015 a la alcaldía, Antonio Miguel Carmona. "A mí me parecía imprescindible que hubiera una plataforma y que no tuviéramos una candidatura que fuera una especie de álbum de cromos de muchos partidos políticos, sobre todo porque yo había vivido una candidatura en la que el alcalde no había podido diseñar a las personas que me iban a acompañar en el gobierno”, explicaba la exalcaldesa con un discurso muy similar al que plantea ahora Díaz. "No podíamos tener concejales designados por partidos. Había que buscar personas de la sociedad civil, por supuesto con ideología, que pertenecieran a partidos pero que no fuera determinante la designación del partido. Me parecía tan lógico", insistía.

Carmena se arrepintió de no haber concurrido bajo la fórmula de una agrupación de electores, una idea que casaba con su intención de limitar la influencia de los partidos políticos en su acción de gobierno. Se trata de un instrumento que contempla la ley electoral para concurrir a los comicios, junto a las más clásicas opciones del partido político, la federación de partidos o la coalición. Un formato en el que los lazos que vinculan a los candidatos con la lista son más débiles: las agrupaciones de electores están formadas por personas que –incluso aunque pertenezcan a un partido político– se presentan a título personal, se constituyen única y exclusivamente para cada proceso electoral y quedan disueltas al día siguiente de las elecciones.

La vicepresidenta segunda todavía no ha revelado qué fórmula utilizará para concurrir a las elecciones, aunque sí ha dejado claro que quiere rehuir de la "sopa de siglas". La líder de Sumar siempre repite que su proyecto "no va de partidos políticos” y que incluso "puede haber dirigentes de otros partidos": "La inscripción en Sumar es individual", ha llegado a afirmar. En los estatutos de Sumar no se menciona el fin electoral y la propia Díaz aseguró que no sería el nombre del proyecto. Sin embargo, en su entorno ya deslizan que Sumar puede ser el "paraguas" en el que tengan cabida las diversas formaciones, respetando sus autonomías, dejando la puerta abierta a conformar una agrupación de electores. Carmena aseguró recientemente que la intención de Díaz de incorporar a personas que no están en partidos políticos persigue el mismo objetivo que tuvo ella.

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