Ciudadanos

Los tránsfugas de Cs: diputados de tres autonomías que dejaron el partido por su "giro a la derecha"

El exdiputado de Ciudadanos en el Parlamento cántabro Juan Ramón Carrancio (i).

El Parlamento cántabro dio luz verde este 22 de diciembre a los Presupuestos para 2018. Las cuentas del Ejecutivo autonómico, fruto del acuerdo entre el PRC de Miguel Ángel Revilla y el PSOE de Pablo Zuloaga, salieron adelante gracias al respaldo de los 12 diputados regionalistas, los 5 socialistas y el voto favorable –clave para contar con la mayoría absoluta requerida– del exparlamentario de Ciudadanos y antiguo coordinador regional del partido Juan Ramón Carrancio, que ejerce sus funciones como independiente desde que el pasado mes de junio decidiera abandonar la formación capitaneada por Albert Rivera junto a dos concejales naranjas del Ayuntamiento de Santander, David González y Cora Vielva. "Estamos en un partido que traiciona a sus principios y a sus votantes, que traiciona a todo el mundo", fue el motivo esgrimido por Carrancio.

El pleno estuvo cargado de reproches contra el que se ha convertido en la llave del Ejecutivo cántabro. Los más duros llegaron, como es lógico, desde las filas de Ciudadanos. Rubén Gómez, único diputado que queda a los de Rivera en el Parlamento regional, cargó contra el Gobierno autonómico por apoyarse en su antiguo compañero para dar luz verde a los presupuestos, llegando a acusarles de comprar a un "tránsfuga" y de manchar la institución. "Nos han querido convencer de que la tierra era plana, de que vivimos en el mundo al revés y de que el voto de un tránsfuga es el más digno... Vaya teatrillo cutre. Se han mofado de esta Cámara en un alarde de prepotencia y soberbia", soltó Gómez desde la tribuna. 

Sin embargo, el caso de Carrancio no es, ni mucho menos, el único que le ha estallado en las manos al partido naranja. Desde las elecciones autonómicas y municipales de 2015, y hasta el pasado mes de julio, Ciudadanos acumulaba "146 casos de transfuguismo", según los datos que la formación facilitó a El Periódico. La lista negra la conformaban 7 diputados provinciales, 6 diputados autonómicos –de los 93 que consiguió en 2015–, un consejero comarcal y 132 concejales. Esta última cifra, sin embargo, difiere si se compara el número de ediles que obtuvieron en las municipales –1.527– con los 1.316 que aseguraron tener en Twitter el pasado mes de junio. En ese caso, la sangría habría que situarla en 211 concejales menos.

 

Bajas en los Parlamentos

En la decisión de Carrancio de abandonar las filas naranjas tuvo mucho que ver, según reconoció en rueda de prensa, la forma de designar a Félix Álvarez (el humorista conocido con el nombre de Felisuco que actualmente ejerce como diputado en el Congreso) como portavoz y líder de la formación en Cantabria. Sin embargo, el parlamentario regional también puso sobre la mesa el "giro a la derecha". Varios meses antes de que estallara el partido en suelo cántabro, los de Rivera decidieron redefinir ideológicamente Ciudadanos. En la Asamblea celebrada a comienzos de marzo, el presidente consiguió imponer sus tesis. Con el apoyo del 70% de los compromisarios, se eliminaba de su ideario la socialdemocracia y abrazaba el liberalismo progresista.

Este viraje ha sido el detonante de los otros cinco abandonos de diputados autonómicos. Cuatro de ellos eran parlamentarios valencianos que, integrados en la corriente crítica Transc’sparencia, desde el primer momento acusaron a la dirección de estar cometiendo un "error estratégico y un fraude ideológico" al "excluir al votante de centro-izquierda" y llevar así al partido a convertirse en "la marca blanca del PP". Esta confrontación se llevó por delante a Alexis Marí, que fue relevado del puesto que ocupaba como portavoz en Les Corts. Unas semanas después, abandonó Ciudadanos junto a los diputados David de Miguel, Alberto García y Domingo Rojo. Ya como independientes, han respaldado al Gobierno de Ximo Puig en cuestiones tan fundamentales como los presupuestos.

Esta lista se completa con la diputada en el Parlamento de Andalucía Carmen Prieto, alineada en el sector crítico y muy dura tanto con el líder de la formación en la región, Juan Marín, como con la cúpula nacional. El pasado mes de marzo, Prieto anunció en rueda de prensa que abandonaba el partido y que seguiría en la Cámara autonómica como diputada no adscrita. El motivo alegado fue, además de los "bandazos" que estaba dando Ciudadanos, la "persecución y marginación" que, según dijo, llevaba sufriendo desde agosto de 2015. Unos días antes de que comunicara su salida, Ciudadanos decidió suspenderla de militancia al concluir que no cumplía con los principios éticos de la formación. Aunque tenía diez días para presentar alegaciones, Prieto decidió que el expediente se cerrase definitivamente con su deserción.

Salidas de diputados provinciales

Los de Rivera no sólo han perdido representación en los Parlamentos autonómicos. También han visto cómo poco a poco ha ido mermando su influencia a nivel provincial. Desde 2015, tienen al menos siete diputados provinciales menos. Uno de los casos más sonados fue la salida, en abril de 2016, de José Antonio de Miguel y Raúl Lozano, sus dos representantes en la Diputación de Soria, que mantienen su puesto como no adscritos. En pleno debate sobre la necesidad de mantener o eliminar las diputaciones, ambos apoyaron, junto al PSOE y el PP, una moción en la que se defendía la continuidad y modernización de la institución soriana. Este posicionamiento les costó un expediente disciplinario que se resolvió con su expulsión. "Tenemos la conciencia tranquila de haber hecho lo correcto", aseveraron.

Los naranjas se han quedado también sin la única representación que ostentaban en las Juntas Generales de Álava. Días antes de la decisión tomada contra De Miguel y Lozano, el partido en Euskadi anunciaba que había decidido expulsar al juntero Miguel Ángel Carrera por "incumplir los estatutos" y por un comportamiento que "no se adecúa a las exigencias de un partido regenerador y democrático como C's". El diputado provincial fue expedientado y echado de la formación naranja por, de nuevo, las discrepancias con la dirección emitidas a través de un grupo de Whatsapp. De hecho, Carrera presentó una denuncia contra dos dirigentes a los que acusaba de haberle robado los datos de su móvil.

Estas tres bajas se suman, además, a las de sus representantes en las diputaciones de Huelva o Guadalajara, lo que les deja también sin influencia en las dos instituciones. El primero, Enrique Gallardo, fue expedientado y suspendido junto al presidente del Grupo de C's en el Ayuntamiento de Huelva tras conocerse que se había relevado a la portavoz en el consistorio mientras estaba embarazada y de baja. La segunda, Yolanda Ramírez –llave de gobierno del PP en la institución–, abandonó por correo electrónico el pasado mes de enero, aunque no renunció a su acta en la Diputación de Guadalajara. Mientras ella asegura que no "ha pactado nada con el PP", desde el partido la acusaron de no hacer "oposición" y de estar muy pegada a la formación conservadora.

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Fuga de concejales por toda España

Por último, Ciudadanos también tiene que lidiar con la fuga de concejales sufrida a lo largo de toda España. Hasta el pasado mes de julio, los de Rivera habían perdido más de un centenar de ediles. Según publicó eldiario.es, la mayoría de las bajas fueron por expulsión –alrededor de un tercio fueron por iniciativa propia–. Comunitat Valenciana, Castilla y León, Andalucía y Castilla-La Mancha fueron las autonomías con un mayor número de deserciones municipales sin devolución del acta de concejal –28, 20, 15 y 15, respectivamente–. De la primera comunidad, por ejemplo, se puede destacar el abandono del alcalde de Gátova (Valencia) al sentirse "engañado" por un partido convertido en "la marca blanca del PP".

También han pasado a ser no adscritos el alcalde y los cinco concejales que tenía en Almazán (Soria). Sin representación se ha quedado también en el Ayuntamiento de Jaén después de que sus tres ediles decidieran pasarse al grupo de no adscritos tras el expediente que les abrieron por aprobar, junto al PP, un aumento del sueldo. Sin embargo, no todas las bajas tienen que ver por su trabajo en las instituciones. Algunos concejales han sido echados por sus comportamientos poco éticos, como por ejemplo conducir con una tasa de alcohol mayor a la permitida (Vélez-Málaga), ser condenados por agresiones (Mérida) o tildar a una compañera de partido de "puta vaga" (Avilés).

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