Unidas Podemos confía en que el "proyecto de país" que prepara Yolanda Díaz ponga fin a su declive electoral

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La marca Unidas Podemos cotiza a la baja. Tanto es así que están dispuestos a renunciar a ella. No es un fenómeno nuevo, pero el resultado de las elecciones en Castilla y León, en las que los morados han perdido 50.000 votos y solo han logrado retener un procurador, obligan a los dirigentes del partido a hacer una reflexión sobre el futuro del espacio. Y todas las voces señalan en la misma dirección: Yolanda Díaz.

La vicepresidenta segunda es la líder del espacio en el Gobierno y fue la señalada por su antecesor en el cargo, Pablo Iglesias, para representar a la formación en unas elecciones generales. Pese a las reticencias iniciales, la ministra de Trabajo quiere poner en marcha la construcción de un "proyecto de país" que "supere las dinámicas de los partidos" y que salga de la "esquinita" del espectro electoral a la izquierda del PSOE. Un discurso que recuerda al primer Podemos, el que obtuvo 69 escaños y más de cinco millones de votos en el año 2015.

Ese es el principal objetivo de una formación que no para de acumular fracasos electorales desde entonces. Sucedió en las generales de abril de 2019, en las que los morados obtuvieron 42 escaños, y en la repetición de ese mismo año, cuando bajaron hasta los 35. Pero también los comicios autonómicos y municipales que se han celebrado desde 2016. La única excepción es la Comunidad de Madrid, donde Pablo Iglesias logró mejorar el resultado obtenido dos años antes, pero tampoco consiguió el objetivo prioritario de impedir que el PP renovase el Gobierno.

La alcaldía de Barcelona, con Ada Colau al frente, es de las pocas que el espacio revalidó en las municipales celebradas en 2019 tras la ruptura con los denominados 'alcaldes del cambio'. Actualmente los morados forman parte del Gobierno de la Comunidad Valenciana, Aragón, Baleares, Navarra, La Rioja y Canarias. Falta –como mucho– año y medio para que se celebren elecciones en esos territorios y los morados son conscientes de que les hace falta un "revulsivo electoral" que ponga fin a ese declive.

Lo cierto es que la principal baza electoral del espacio es su presencia en el Gobierno del Estado. Y el diagnóstico que hacen los principales dirigentes de Podemos es que su socio de coalición, el PSOE, tiene que hacer "políticas más audaces" y "más valientes" para que no se repita la debacle de la izquierda en Castilla y León. "A la ultraderecha no se la frena con una gran coalición, sino con derechos, haciendo políticas sustentadas en la justicia fiscal y social", fueron las palabras de Pablo Fernández, portavoz nacional de la formación y candidato de Unidas Podemos en los comicios celebrados el domingo.

Sin embargo, fuentes de la dirección del espacio confederal admiten a infoLibre su "decepción" por el hecho de que iniciativas como la reforma laboral y la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a 1.000 euros, no les hayan reportado más votos en la región. Ambas cuestiones fueron impulsadas, precisamente, por Díaz. En ese sentido también lamentan que la buena valoración que tiene entre la ciudadanía la vicepresidenta segunda tampoco haya influido. En la dirección de Podemos no esconden que les hubiera gustado estrenar el proyecto de Díaz en estos comicios.

La vicepresidenta segunda tuvo un discreto papel en la campaña. Solo acudió en una ocasión, el pasado jueves. Visitó la localidad de Castronuño, un municipio vallisoletano de 825 habitantes gobernado por Izquierda Unida y de tradición comunista. Su escasa participación contrasta con el protagonismo de Ione Belarra, secretaria general de Podemos; Irene Montero, ministra de Igualdad, y Alberto Garzón, líder de Izquierda Unida y titular de la cartera de Consumo. Aun así, desde el espacio confederal aseguran que los electores sí relacionan a Díaz con la marca Unidas Podemos.

Pablo Fernández asegura que "respetan" los tiempos de Díaz y defiende que el "único camino posible" para revitalizar a la izquierda es la conformación del "frente amplio" para, en un contexto "complicado" para el arco progresista, agregar a más fuerzas políticas y colectivos. Fuentes de la dirección aseguran que la apuesta por ese frente común de izquierdas es necesario para frenar a Vox y sitúan la pelota en el tejado de Íñigo Errejón.

Díaz retrasa la puesta en marcha del "proceso de escucha"

La vicepresidenta segunda prevé realizar una gira de "escucha activa" por toda la geografía española en busca de ideas y de alianzas. Sin embargo, según confirman fuentes de su entorno a infoLibre, no hay una fecha predefinida para comenzar. Las elecciones de Castilla y León no han cambiado ese objetivo y ella tampoco se siente "presionada" para hacerlo cuanto antes.

Esto contrasta con los planes iniciales de la gallega, que apuntaban al primer trimestre de 2022 como el momento idóneo para recabar opiniones y apoyos de la sociedad civil en torno a su proyecto político. En las últimas semanas se había transmitido que ese proceso no comenzaría hasta el mes de junio. Ahora en el equipo de la vicepresidenta evitan dar fechas concretas.

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La hoja de ruta escogida por Díaz tiene por delante un doble reto: terminar de distanciarse oficialmente de los partidos que componen su espacio político y que la auparon hasta la vicepresidencia sin desatar la enésima tormenta de la izquierda española, y alumbrar un nuevo artefacto político sobre el que asentar su candidatura.

Una 'gira' internacional en defensa de la subida del SMI

La 'gira' que ha priorizado Díaz es una de ámbito internacional. Este martes visitará Burdeos (Francia) para "defender la posición del Gobierno" respecto a la subida del SMI en la reunión del Consejo Informal de Ministros de Empleo, Política Social, Sanidad y Consumidores (EPSCO). Está previsto que también vaya a Bruselas, Alemania y América Latina, según concretan fuentes de su equipo.

La agenda legislativa del Ministerio de Trabajo no acaba con la reforma laboral. Díaz también prevé realizar reformas de calado relacionadas con el ámbito laboral e impulsar la puesta en marcha de un nuevo Estatuto de los Trabajadores del siglo XXI, ahondar en el concepto de "democratización de las empresas" que ya abordó durante su encuentro con el economista Thomas Piketty, y aprobar una Ley de Usos y Tiempos en el Trabajo, que busca la conciliación de la vida familiar y profesional, entre otros proyectos.

La marca Unidas Podemos cotiza a la baja. Tanto es así que están dispuestos a renunciar a ella. No es un fenómeno nuevo, pero el resultado de las elecciones en Castilla y León, en las que los morados han perdido 50.000 votos y solo han logrado retener un procurador, obligan a los dirigentes del partido a hacer una reflexión sobre el futuro del espacio. Y todas las voces señalan en la misma dirección: Yolanda Díaz.

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