LIDERAZGOS POLÍTICOS
Por qué la valoración de Feijóo cae y la de Sánchez se mantiene un año después de su 'periodo de reflexión'

Tras la caída de Pablo Casado en febrero de 2022, el PP se agarró a Alberto Núñez Feijóo como su gran salvación. El partido, herido tras derrotas en las urnas y por el pulso interno entre Génova y la Puerta del Sol, encumbró al gallego como su apóstol. Pero la hoja de ruta escrita por los barones conservadores no se materializó. Las elecciones del 23J supusieron un shock para una formación que ya se había repartido hasta los despachos ministeriales.
Los populares creyeron, no obstante, que la legislatura sería imposible y que los pactos posteriores de Pedro Sánchez con independentistas y soberanistas se romperían en meses, además de que la presión pública sería insostenible por medidas como la ley de amnistía. Otro saco roto. También pensaron que la carta del presidente amagando con dimitir, además de las investigaciones judiciales de su entorno, serían un antes y un después. Pero cuando se cumple un año de aquel periodo de reflexión, las encuestas señalan que el liderazgo del socialista se mantiene y que es Feijóo quien tiene más problemas de imagen (empezando por sus propios votantes).
Según los datos en bruto de la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el presidente del Gobierno tiene una valoración media de 4,10, por encima de la imagen de Núñez Feijóo, con una puntuación de 3,78. El socialista apenas ha perdido puntuación respecto al barómetro de abril del año anterior, en el que tuvo un 4,22 (-0,12). El líder del PP, en cambio, se ha dejado por el camino 0,36 puntos, ya que estaba en el 4,14.
Y hay un dato que preocupa especialmente a los populares: Feijóo es el líder nacional al que menos puntúan sus propios votantes, que le dan un 5,98. En cambio, los socialistas otorgan un 6,91 a Sánchez, mientras que el electorado de Vox sitúa a Santiago Abascal con un 7,3 y el de Sumar cita a Yolanda Díaz con una media de 6,22.
La imagen del expresidente de la Xunta, frente al potencial de su partido en las encuestas, se va apagando entre los suyos conforme pasa el tiempo. En el primer barómetro como recién elegido líder del PP tras el congreso extraordinario del PP en abril de 2022, Feijóo tenía una puntuación que llegaba al 7,02 entre los que cogen la papeleta popular. Hace un año, pasado el periodo de reflexión de Sánchez, esa cifra bajaba al 6,53, según los datos sin cocina del CIS. Y hoy ya está por debajo del 6 con ese 5,98. El líder de los populares tiene un principal talón de Aquiles: los hombres de entre 25 y 34 años que viven en las grandes ciudades son los que peor nota le dan (un caladero, en cambio, en el que se mueve con gran potencia Vox).
"Ha fracasado en el objetivo de sacar a Sánchez de La Moncloa"
Alejandro Solís Rodríguez, politólogo y miembro del think tank Ideas en guerra, reflexiona: “Feijóo es el principal perjudicado en el último año, pero es una cuestión que va más allá de este tiempo. Proviene de las elecciones del 23J. Fue un líder que llegó al poder del PP con un único propósito: sacar a Sánchez de La Moncloa. Fracasó a pesar de ganar las elecciones con un resultado mejor que el de Pablo Casado. A la larga ha ido generando una sensación de hastío entre su propio electorado, que confiaba en él y a la vez ve más evidente que Sánchez va a mantenerse”.
Además, apunta otro factor: “Ayuso es como el elefante en la habitación del PP. Está ahí y es un problema para Feijóo. El principal competidor para él está entre sus filas y es ella, mientras que los rivales de los otros líderes son personas de otros partidos. Feijóo se mantiene protegido por el poder institucional del partido, pero por sí mismo no tiene aval para seguir al frente”. “Por otra parte, Sánchez tiene, frente las críticas de la oposición, el respaldo de los suyos. Puede ser muy odiado por los otros grupos, pero sus millones de votantes le valoran bien y lo siguen prefiriendo como presidente. Es el principal sustento para un liderazgo”, afirma el politólogo.
“A Feijóo solo le queda una última bala en las próximas elecciones generales. Si no llega al Gobierno, está muy claro que se irá del liderazgo del PP”, observa Solís Rodríguez, que precisa que el líder del PP tiene un problema asimismo en valoración entre votantes de Vox, que debería ser su espacio para crecer; en cambio, Díaz Ayuso tiene más tirón entre la ultraderecha. Y añade otra línea de análisis: “Apenas hay votantes del PSOE que prefieran a Feijóo que a Sánchez, algo que sí se apreciaba antes del 23J. Hay una valoración positiva de su líder entre los socialistas, hay un apoyo muy incondicional”.
"Sánchez tiene buena exposición mediática y enamora a los suyos"
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También aborda la situación Gabriela Ortega, consultora política y experta en campañas electorales. La primera reflexión que hace, “con una visión de águila”, es que la valoración media de los líderes políticos es baja y ninguno aprueba, lo que es síntoma de “una desafección política evidente”. Cita, en este sentido, que en la última encuesta de DYM para 20 minutos se refleja que un tercio de los españoles no quiere ni a Sánchez ni a Feijóo como presidente.
Citando los datos del CIS, Ortega pone sobre la mesa que Sánchez mantiene su nivel de valoración en el último año y cita como factores su “buena exposición mediática” y que “enamora a los suyos a pesar de no gustar al resto”. En cambio, indica que Núñez Feijóo solo logra “flashes mediáticos” y no “siempre son buenos”. “Tenía una bala con el apagón y, en cambio, ha sufrido un efecto bumerán. Nunca le va a ir bien criticar una crisis porque tiene detrás la gestión de la dana hecha por el PP valenciano”, radiografía Ortega.
Y cose esta idea: “El liderazgo de Sánchez es incuestionable dentro del PSOE. En cambio, en el PP es un asunto más colectivo y hay nichos de liderazgo. Están Alfonso Rueda, Isabel Díaz Ayuso y Juanma Moreno en sus territorios. El estilo del líder del PP es que cada uno gestione su parcela. Esto le perjudica en un contexto de polarización y de liderazgos carismáticos. Ese perfil conservador no permea, al contrario que Ayuso, ni en las bases ni en la opinión pública”.