la gestión de una catástrofe

Vicente Mompó: el testigo clave que puede devolver a Mazón al centro de la investigación de la dana

Vicente Mompó, a su llegada a los juzgados de Valencia este pasado martes.

El presidente valenciano, Carlos Mazón, ha sostenido diferentes versiones sobre lo que hizo la tarde del 29-O mientras 227 ciudadanos de localidades del oeste y el sur de València perdían la vida por la dana. Primero aseguró que llegó al Centro de Cooperación Operativa Integrada (Cecopi) pasadas las 19.00 —se convocó dos horas antes- para que nadie pudiera pensar que la máxima autoridad del territorio no había supervisado la gestión de la catástrofe—. Pero después, cuando la jueza de Catarroja que investiga las muertes centró su instrucción en el mensaje Es Alert "errado y tardío" enviado desde el organismo que coordinaba la emergencia a las 20.11, el presidente se apresuró a alejarse de la escena explicando que, en realidad, apareció en el Cecopi a las 20.28, aportando una imagen de la cámara de seguridad de la sede de Emergencias en L'Eliana (València) que así lo demostraría. Tanto el propio Mazón, como su exconsejera de Emergencias, Salomé Pradas, y el ex secretario autonómico de Emergencias Emilio Argüeso (estos dos últimos en su declaración como imputados) han negado que el presidente hubiera participado en la confección y el envío de ese mensaje.

De todo ello, el presidente de la diputación de València, Vicente Mompó, fue un testigo privilegiado. Mompó no es competente en materia de Emergencias pero estuvo en el Cecopi junto a Pradas desde que el organismo coordinador se convocó. En una entrevista en el programa Salvados, de La Sexta, emitida a principios de diciembre —Mazón cambió su versión el pasado 26 de febrero—, el presidente provincial aseguró que el máximo dirigente de la Comunitat Valenciana, al contrario de lo que sostiene ahora, sí tuvo la última palabra sobre el envío de ese mensaje. Que tanto Pradas como él le consultaron varios detalles técnicos sobre los territorios a los que debía enviarse y las instrucciones que tenía que contener. El pasado martes, Mompó estaba citado para declarar como testigo ante la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Catarroja, Nuria Ruiz Tobarra. El interrogatorio, finalmente, fue suspendido debido a la emergencia por el apagón del día anterior, pero a las puertas del edificio judicial aseguró que "pretendía aclarar todo lo que ocurrió el día de la dana". Está por ver si cuando declare mantiene la misma versión que en los medios. Como testigo, tiene la obligación legal de decir la verdad.

Mompó habló con Mazón del mensaje

El presidente valenciano ya había terminado, teóricamente, su comida en El Ventorro durante la que ofreció, supuestamente, la dirección de la televisión autonómica a una periodista. Pero Mazón todavía no había aparecido por el Cecopi. Fue antes de las 19.00 cuando el presidente de la Diputación de València le llamó para discutir sobre la gestión del mensaje. “Le preguntábamos sobre la alerta, sobre si el mensaje tenía que alertar a una parte de la provincia, a unas comarcas concretas, o a toda la provincia. Teníamos que tomar decisiones para alertar a la población”, aseguró Mompó durante su entrevista en Salvados. El presentador del programa, Fernando González, Gonzo, le pidió que comprobara en su teléfono cuándo había realizado esa llamada, pero el presidente provincial había borrado el registro de conversaciones. Tampoco recuerda lo que le dijo Mazón en ese momento.

Los continuos cambios de versión de Mazón han convertido las declaraciones de Mompó —pese a que en todo momento trató de ayudar a su presidente autonómico y compañero del PP— en incómodas. Cuando a principios de este mes los medios informaron de que, efectivamente, ambos dirigentes habían hablado del mensaje Es Alert, el presidente de la Generalitat anunció acciones legales tratando de negar la realidad. Se da por seguro que esa conversación, sus interlocutores y su contenido serán objeto de preguntas de las partes en la declaración como testigo de Mompó. Si mantiene su versión de que habló con Mazón antes de las siete de la tarde sobre el mensaje, el presidente provincial volverá a desmentir al jefe del consell, esta vez en sede judicial y en medio de una investigación por 227 homicidios imprudentes.

El presidente de la diputación también ha asegurado públicamente que Pradas también discutió el contenido del mensaje con Mazón, pero claro, en el momento en que lo dijo, el pasado diciembre, lo que venía bien para alicatar la anterior versión del president era que sí estaba al mando e informado de la emergencia pese a su incomparecencia en el Cecopi. Sus declaraciones contradicen lo manifestado por la exconsellera en su interrogatorio como imputada cuando aseguró que la única responsable de la decisión de enviarlo fue ella, que el contenido y el momento lo decidieron los técnicos y que en ningún momento se recabó el permiso del presidente de la Generalitat.

"Enviad la alerta de una puta vez"

La tesis de la investigación que dirige la jueza de Catarroja es que la Generalitat, única administración al mando en una emergencia de grado II, no alertó en tiempo y forma a la población de la tragedia que se iba a producir pese a que organismos como la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y la Confederación Hidrográfica del Júcar, ambos organismos dependientes del Ministerio de Transición Ecológica, o el propio servicio autonómico de Emergencias 112 informaron con antelación o en tiempo real de lo que iba a ocurrir y finalmente ocurrió. El mensaje Es Alert se envió finalmente a las 20.11, cuando gran parte de las víctimas ya habían fallecido, según el testimonio judicial de sus familiares. Además, su texto pedía evitar desplazamientos en lugar de solicitar que la gente se dirigiera a los puntos más altos donde el agua no pudiera llegar. Y todo ello pese a que los medios informaron en directo de la evolución de la riada durante todo el día. La cadena À Punt, dependiente de la Generalitat, organizó un especial informativo ante la magnitud del suceso que, sin embargo, el Gobierno valenciano no supo calibrar.

Antes de conocerse que ese retraso y esa falta de diligencia podría tener consecuencias penales para Mazón y otros posibles cargos de la Generalitat, no parecía descabellado reconocer que el Gobierno autonómico no había actuado con la suficiente premura. Así lo hizo Mompó en sus entrevistas y declaraciones. El presidente de la Diputación aseguró en Salvados que, en la conversación que tuvo con Mazón antes de las siete de la tarde, que el propio presidente niega, el dirigente provincial transmitió al de la Generalitat su preocupación "por las cosas que faltaban y tardaban" o que "no funcionaban". El pasado febrero, en una entrevista en La Vanguardia, relató cómo, tras decidirse enviar el mensaje, en el Cecopi se suscitó un debate sobre a quién enviarlo. "Ese mismo día, me acuerdo perfectamente que nos pusimos todos a hablar, ya no solo de cómo enviar el mensaje sino de a quién o qué palabras utilizar", afirmó. Después concluyó: "Me acuerdo que fui yo mismo el que verbalizó la necesidad de enviar cuanto antes la alerta".

Lo hizo mediante una alocución que muestra la impotencia y el nerviosismo que se vivía en ese momento: "Enviad la alerta de una puta vez". Varias personas presentes en la reunión aseguraron tanto a La Vanguardia como a Televisión Española que el retraso en el envío se debió al bloqueo de Salomé Pradas, que se negó a dar la orden hasta no contar con el visto bueno de Mazón. Ella lo ha negado en la declaración y ha decidido asumir toda la responsabilidad asegurando que el president no tuvo nada que ver, pero Mompó podrá explicarlo en su interrogatorio. Pradas, al declarar como investigada, puede no contestar o mentir durante su declaración. Mompó irá como testigo con obligación de responder a todo y decir la verdad.

Falta de organización y deficiente gestión de la información

Algunas de las declaraciones públicas de Mompó, anteriores a que Mazón cambiara de versión y decidiera distanciarse de la gestión de la catástrofe, muestran la deficiente operatividad del dispositivo de Emergencias de la Generalitat. En sus entrevistas, Mompó ha concedido que el president "se equivocó yéndose de comida" el día de la dana, "y que él mismo lo sabe". También ha tratado de justificar la tardanza del consell en actuar por una supuesta "falta de información". El Gobierno valenciano ha llegado a culpar a la confederación hidrográfica de no informarle sobre el desbordamiento del Barranco del Poyo, el epicentro de la catástrofe, pese a que se había declarado la alerta hidrológica en ese punto a las 12.20 de la mañana, lo que imponía a la administración autonómica la obligación de controlar los cauces. Sin embargo, Mompó, que estuvo en el Cecopi desde que se constituyó, aseguró que él sí sabía que esa rambla se había desbordado a las 18.10 porque le informó de ello el dirigente de la Diputación del que dependen los bomberos.

Además de mediante su intervención en el Cecopi y a través de correos electrónicos, la Confederación del Júcar emitió información continuada sobre el estado de los caudales a través del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH). El presidente de la Diputación ha asegurado —apuntalando la versión de la juez de Catarroja— que nadie en el Cecopi que dirigía Salomé Pradas estaba controlando esas comunicaciones automáticas. Mompó también es un testigo privilegiado de todo lo que ocurrió en el centro de emergencias en las desconexiones con los organismos estatales que la Generalitat forzó. Se trata de otro de los misterios de esta tragedia que este testigo clave puede ayudar a aclarar.

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