El 24 de julio de 2013 descarriló en la compostelana curva de Angrois un tren Alvia procedente de Madrid. En el accidente murieron 79 personas y otras 143 resultaron heridas, como consta en los hechos probados de la primera sentencia judicial sobre el siniestro, dictada hace un año con condenas en igualdad de condiciones por homicidio y lesiones por imprudencia para el maquinista del convoy y el entonces jefe de Seguridad de Adif.
Cuando sucedió el siniestro, Mariano Rajoy era el presidente del Gobierno de España. "Con nosotros los trenes funcionaban", bromeó Rajoy este pasado fin de semana en el congreso del PP, propiciando la indignación de las víctimas de aquel accidente organizadas en la Plataforma Víctimas Alvia 04155. "Hay que tener poca vergüenza", sintetizan.
Rajoy también era presidente cuando, en junio de 2012, Adif autorizó la desconexión a bordo de los Alvia del sistema de control constante de la velocidad ERTMS porque en ocasiones fallaba en otros puntos de la línea, provocando demoras como las que actualmente el PP considera intolerables. Ese sistema estaba previsto también en las vías en todo el trazado de la línea de alta velocidad Ourense-Santiago, pero el proyecto fue modificado y el ERTMS, se suprimió en ese punto aludiendo a razones técnicas. La modificación, clave en la condena del excargo de Adif por "omitir la evaluación del riesgo" de autorizarla, sucedió aún con el PSOE en el Ejecutivo central, pero el gabinete de Rajoy no tomó decisión ninguna para revertirla.
Desde escasas horas después de la tragedia el Gobierno de Rajoy se lanzó a defender con intensidad una verdad oficial sobre lo ocurrido en Angrois: lo sucedido había tenido como única causa un despiste del maquinista. Esa argumentación incorporó declaraciones políticas de tono diverso, pero fue mucho más allá. Incluyó una investigación técnica de la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF), órgano técnico entonces dependiente del Ministerio de Fomento, que también apuntó en exclusiva contra el conductor.
Las conclusiones de CIAF fueron desmontadas en 2016 en un duro informe de la Agencia Ferroviaria Europea gracias a la cual la dependencia gubernamental de la Comisión fue reformulada. El informe vio la luz a pesar de las acreditadas maniobras del Gobierno de Rajoy ante la Comisión Europea para intentar frenar o, cuando menos dilatar, la difusión y amortiguar su impacto político.
Con todo este telón de fondo, Rajoy aprovechó su discurso en el cónclave que reeligió a Alberto Núñez Feijóo como líder del PP para ironizar sobre el sistema ferroviario aprovechando los atrasos y averías de los últimos meses. "Con nosotros los trenes funcionaban y llegaban en hora", afirmó, mientras que ahora "un viaje en tren es una aventura, una rifa; puedes quedar tirado sin salir de la estación o en medio del trayecto", señaló entre risas del público.
"Lo único asegurado es que nadie se va a preocupar de ti, nadie te va a dar una solución y nadie te va a dar una disculpa", continuó mientras el auditorio celebraba una intervención respondida poco después a través de las redes sociales por parte de la principal plataforma de víctimas de Angrois. "Durante su Gobierno ocurrió el accidente de tren más grave de la historia de la democracia" y "trece meses antes, Adif desconectó el sistema de seguridad que lo evitaría", censuraron antes de recordar que "Rajoy ascendió a todos los responsables".
Por parte de aquel Gobierno, agregan, no obtuvieron "ninguna disculpa", pero sí "mentiras, ocultaciones y presiones". Los populares con Rajoy al frente, igualmente, bloquearon sistemáticamente la comisión de investigación sobre el accidente en el Congreso de los Diputados, que después de múltiples intentos acabó abriendo cuando, tras las primarias de 2017 que supusieron la vuelta de Pedro Sánchez al liderazgo, el PSOE cambió de criterio y pasó de bloquear la comisión a apoyar su celebración.
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Las consideraciones de Rajoy y el tono en el que las hizo también generaron reproches por parte del BNG. "No tienen vergüenza ni corazón", lamentó su portavoz nacional, Ana Pontón. "Rajoy, Pastor y Feijóo tuvieron un comportamiento vergonzoso con las víctimas de Angrois, empatía cero. Aún recuerdo cuando Feijóo mandó a la policía a la concentración de familiares de las víctimas", resaltó la eurodiputada del Bloque, Ana Miranda, que en el Parlamento Europeo canalizó múltiples iniciativas y reclamaciones de la Plataforma Víctimas Alvia 04155.
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El 24 de julio de 2013 descarriló en la compostelana curva de Angrois un tren Alvia procedente de Madrid. En el accidente murieron 79 personas y otras 143 resultaron heridas, como consta en los hechos probados de la primera sentencia judicial sobre el siniestro, dictada hace un año con condenas en igualdad de condiciones por homicidio y lesiones por imprudencia para el maquinista del convoy y el entonces jefe de Seguridad de Adif.