Portada de mañana
Ver
Israel utiliza por primera vez a gran escala la inteligencia artificial en la invasión militar en Gaza

Vox acusa por delito de odio a un tuitero que deseaba ver a Abascal y Monasterio "colgados" como Mussolini

Santiago Abascal y Rocío Monasterio, en una manifestación de agricultores.

La formación ultraderechista Vox, cuyo líder, Santiago Abascal, califica de “expresión coloquial” afirmar que el pueblo querrá “colgar de los pies” a Pedro Sánchez, acusa desde 2021 por delito de odio a un tuitero que había publicado un mensaje casi idéntico pero con una diferencia. Y esa diferencia consiste en que lo que escribió el tuitero se refería a Santiago Abascal y a la jefa del partido en Madrid, Rocío Monasterio. Adjunto a una foto de Mussolini y su amante, Clara Petacci, colgados de los pies tras su ejecución, en el texto se leía lo siguiente: “Abascal y Monasterio colgadxs del puente de Vallekas como sus ídolos italianos”.

Firmado como AdrianVK en la red social Twitter –hoy, X–, el mensaje hizo que el autor fuese detenido por la Policía a comienzos de marzo de 2021, en la precampaña de las elecciones autonómicas de Madrid. Un juzgado de instrucción abrió diligencias por un presunto delito de odio. Transcurrido un año, las archivó al tiempo que ordenaba incoar procedimiento por presunto delito leve de amenazas, cuya pena máxima se eleva a tres meses de multa frente a los hasta cuatro años de cárcel que prevé la ley para los delitos de odio.

Vox recurrió aquel archivo: aquello debía ser tratado como delito de odio o, en su defecto, como un delito de amenazas pero –sostenía– el caso se había cerrado sin practicarse las diligencias necesarias. En noviembre de 2022, la Audiencia Provincial de Madrid dio la razón al partido de Abascal y obligó al juzgado de instrucción 36 de la capital a reabrir el procedimiento. Hace dos semanas, eldiario.es publicó que Vox pide casi seis años de cárcel para el autor del tuit. Y que se le expulse de España mientras cumple condena pese a que es de nacionalidad española. El tuitero disponía en la red social Twitter –ahora X– de 573 seguidores. El contexto en que Abascal presagió que Pedro Sánchez puede acabar colgado de los pies es una entrevista concedida a Clarín, el diario argentino de mayor tirada. Según sus propios datos, su web recibe 19,4 millones de visitantes únicos.

En su sentencia, la Audiencia introdujo un párrafo que ahora podría poner contra las cuerdas a Abascal, jefe máximo de un partido cuyas declaraciones xenófobas no se han traducido en condenas por delito de odio y contra quien el PSOE ha anunciado que interpondrá denuncia ante la Fiscalía por delito de odio. Ese párrafo es el que sigue: “Analizando el supuesto objeto del recurso, en cuanto a los elementos objetivos del tipo penal del delito de odio, el nuclear del hecho delictivo consiste en la expresión de epítetos, calificativos, o expresiones, que contienen un mensaje de odio que se transmite de forma genérica, la realización de una conducta que provoca, directa o indirectamente, sentimientos de odio, violencia, o de discriminación, y en este caso, nos encontraríamos ante una presunta conducta del investigado incitando (que debe entenderse como influir vivamente en una persona) al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra unas personas determinadas por referencia a su ideología política”.

El abogado del tuitero trató de evitar que el asunto volviera al juzgado de instrucción por un delito de odio. Lo intentó aduciendo que ni Abascal ni Monasterio poseen “la condición de minoría o de vulnerabilidad que se exige para el delito de odio”. Pero la Audiencia concluyó que tal doctrina “no puede tener acogida”. Y lo hizo invocando una sentencia donde el Tribunal Supremo remarcaba que “es la igualdad y dignidad de todos, no de algunos, lo que se protege ante el discurso del odio, ya que no puede dejar de ser típica [desde el punto de vista penal] la conducta cuando se odia a un “no vulnerable” pero que está en uno de los grupos identificados en el tipo penal”.

Aquella sentencia del alto tribunal, dictada en mayo de 2022, proseguía así: “Lo que es objeto de castigo en los delitos de odio, no puede ser la expresión de una idea sino cuando se haga de modo que incorporen una provocación al odio, a la discriminación o a la violencia”.

Lo que Santiago Abascal afirmó en la entrevista que concedió al diario Clarín durante su viaje a Argentina para la toma de posesión del ultra Javier Milei como presidente del país fue esto: “Yo tengo unos principios. No puedo venderlos. Sánchez no tiene ninguno. Puede pisar las leyes, puede hacer cualquier cosa, puede poner en riesgo la unidad nacional. Eso le da una ventaja competitiva. Habrá un momento dado que el pueblo querrá que querrá colgarlo de los pies". Pero no acabó ahí: “Yo –agregó el jefe de Vox– no sé si llamarles zurdos de mierda, si llamarles canalla o cómo calificarlos”.

Más sobre este tema
stats