Latinoamérica: Motivos para la esperanza, en tintaLibre septiembre

El curso político ha comenzado con una Europa preparada para resistir el largo invierno de la crisis energética y estudiando cómo se puede convivir con la guerra de Ucrania. Mientras tanto, todas las miradas se han desplazado a Latinoamérica, una región que parece decidida a afrontar de una vez por todas el combate por la democracia y contra la desigualdad. Desde los tiempos fundacionales de Simón Bolivar no se veía una fiebre reformista tan elevada. 

La primera parada de tintaLibre es Colombia donde por fin el Pacto Histórico de Gustavo Petro y Francia Márquez ha logrado algo que parecía utópico hace muy poco: la izquierda entra con todos los papeles en regla en el Palacio de Nariño y se dispone a acometer una profunda agenda de cambios: reformas agraria y fiscal, proceso de Paz, relaciones con Venezuela, ecología y medioambiente, puntos que sin perder un minuto acomete ya el nuevo gabinete estos días de esperanza. El escritor Santiago Gamboa se pregunta en nuestras páginas sobre las posibilidades de Petro para hacer una Colombia distinta a lo acostumbrado que el uribismo dejó en la UCI.

La segunda estación es Brasil, un continente dentro del continente, que en septiembre y octubre vive dos acontecimientos de gran calado: el bicentenario de la Independencia, de gran poder simbólico aunque según la historiadora Lilia M. Schwarz fue una independencia distinta a las demás repúblicas vecinas, y las elecciones a dos vueltas que comienzan a principios de octubre con un resucitado Lula dispuesto a descabalgar al régimen de Bolsonaro. Un periodo el suyo marcado por una legislación neofascista que llegó incluso a negar hasta el covid-19.  

Chile, que este primer domingo de septiembre refrenda su nueva Carta Magna que despide a la de Pinochet de 1980, es otro foco de atención importante. Soplan nuevos aires y un nuevo estilo en el Palacio de la Moneda. Gabriel Boric y un equipo joven que representa también a las etnias y a las mujeres del país quieren dar una vuelta de timón a esa historia reciente donde bajo las formas de una aparente democracia formal latía un gran descontento social. La escritora santiagueña Alejandra Costamagna reflexiona sobre el nuevo ciclo que se abre.

También en este número latinoamericano hay otras crónicas: el escritor boliviano Maximiliano Barrientos analiza los claroscuros del MAS, el Movimiento al Socialismo creado por Evo Morales que parece perdido en contradicciones internas y disputas simbólicas durante el presente gobierno de Luis Arce. Peor andan las cosas por Ecuador donde el movimiento indígena se planta y pide por todos los medios dejar de ser un elemento folclórico y decorativo para participar de una vez en el proceso democrático. Lo analiza el profesor Nicolás Buckley. Javier Valenzuela se va esta vez a La Habana a buscar las huellas de Lorca que viajó allí y se enamoró de la esencia afrocaribeña en 1930. Por su parte, la Argentina de los Fernández (Cristina y Alberto) es retratada con humor y rigor en un cómic de Fer Calvi y Francisco de Zárate, idóneo para quienes se siguen preguntando por los misterios del peronismo. Y son muchos.

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