La inutilidad de las explicaciones y limitar los daños
Dos noticias han cubierto muchas de las páginas de los diarios de esta última semana y las opiniones en las tertulias: los testimonios ante el instructor del Supremo, Sr. Hurtado, de González Amador y su abogado defensor, Carlos Neira, y los audios de Leire Díez. Después de más de un año de instrucción en la causa que se investiga en el Tribunal Supremo contra el Fiscal General del Estado (y también del juez Peinado en la de Begoña Gómez), nadie puede negar que de las investigaciones en la instrucción se puede afirmar que pocas en la historia judicial han sido tan prolijas y extendidas como las llevadas a cabo por estos instructores, si tenemos en cuenta los delitos que se investigan y las penas asociadas a ellos. No es, pues, extraño que muchas opiniones y artículos bien fundados las tachen de investigaciones prospectivas.
En el caso de la instrucción de la causa contra el Fiscal General del Estado, el juez Hurtado se ha visto obligado por orden de la Sala a citar como testigos al querellante González Amador y a su abogado defensor, Carlos Neira, así como a cuatro periodistas que conocían ya el correo, a lo que se había negado con anterioridad. Las dos testificales de González Amador y Carlos Neira aclaran mucho en estos momentos sobre el porvenir de la instrucción del Juez Hurtado y sus esfuerzos desmesurados para sentar en el banquillo al fiscal general, García Ortíz.
Se ha informado profusamente sobre las contradicciones y desacuerdos entre el testimonio del abogado y el de su cliente. Más allá de esos desacuerdos, la confianza, que se mantiene intacta, entre González Amador y su abogado defensor, Carlos Neira, las testificales manifiestan el intento y el esfuerzo de ambos en limitar los daños que sus desacuerdos evidencian. Limitar sus responsabilidades. Con la obligación de decir la verdad por ambos, ésta la han manifestado “a medias”. González Amador ha declarado que desconoce el correo enviado por su abogado así como su redactado, con lo que no admitió la comisión de los delitos que se le imputan. Fue el intento para que el Juez Hurtado no levantara acta por falso testimonio. Al final, hemos sabido de su procesamiento por la jueza que instruye esos delitos. En el caso del testimonio del Carlos Neira, también tuvo que salvar su reputación y eludir su responsabilidad: su cliente le pidió pactar con la Fiscalía, como la forma “más rápida” y “con menor ruido” para causar el menor daño a su pareja, la presidenta Ayuso. Y admite el envío, sin conocimiento de su cliente, a un correo genérico de la Fiscalía. Como sabemos, Ayuso se saltó todos los velos.
Estos testimonios, a falta de las testificales de los periodistas, ponen al Juez Hurtado en un dilema: archivar la causa sin dilación ya, o, por encima de todo, buscar las razones para sentar en el banquillo al Fiscal General del Estado
Estos testimonios, a falta de las testificales de los periodistas, ponen al Juez Hurtado en un dilema: archivar la causa sin dilación ya, o, por encima de todo, buscar las razones para sentar en el banquillo al Fiscal General del Estado, su gran deseo, opinión muy generalizada.
A ello podían contribuir los audios que se han conocido esta semana de la “fontanera y pequeña Nicolasa” Leire Díez. Doy por supuesto lo de fontanera y pequeña Nicolasa. Si yo fuera un experto en interpretar los gestos y los movimientos de sus labios, la interpretación de sus palabras, su desenvoltura, no me queda ninguna duda de esas calificaciones. No me cabe ninguna duda de que es una afiliada al Partido Socialista muy lista, incluso inteligente y muy desenvuelta. Fernando Lázaro Carreter, en un artículo publicado en 1995, se refiere a la polémica entablada entre Clemente y Valdano, al que éste último se refiere del otro: “Tengo las diferencias con Clemente que todos conocemos en el terreno conceptual o filosófico”; dice Lázaro Carreter que no crean que se refiere a cuestiones de metafísica sino al hecho de preferir el juego vistoso a la sórdida eficacia sin salero. Y para confirmarlo, remarca que “de él procede, si no me engaño, como defensa del juego alegre, el calificar de “descarado, atrevido, desenvuelto, resuelto y adjetivos de esta gama, empleada como elogio al futbolista o al equipo que arriesgan sin sentirse inhibidos por el temor al fallo o al respeto”. Audaces fortuna iuvat. Pues eso me parece Leire. Se ha metido en el bolsillo no sé si a Cerdán, pero sí a Patxi López, que ha tenido que confesar que la conoce, y a otros cuantos dirigentes socialistas. Y transita por Ferraz como Pedro por su casa.
De inmediato se ha armado la marimorena y el PP y Vox han sacado a relucir toda su artillería contra el Partido Socialista y Pedro Sánchez, su interés primordial. Frente a datos, todavía confusos, Feijóo le ha llamado el “capo” de la mafia, Bendodo ha dicho que “el Gobierno es un gobierno mafioso con sede en Sicilia” y así uno a uno muchos otros dirigentes del PP y Vox. Feijóo ha convocado una concentración para el 8 de junio, invitando a la protesta a la “mayoría de los españoles decentes” “debido al estado de putrefacción de este Gobierno”. Esta es su teoría y no la van a cambiar, confiando en que sea con la que consigan el poder.
También de inmediato se han alzado las voces de sociólogos, líderes de opinión y tertulianos criticando la tardanza del Gobierno en dar explicaciones, urgiéndolas ante la gravedad de la situación. Creo que no atinan. La petición de explicaciones es una ingenuidad. En estos tiempos de tanta crispación, de una polarización agudísima, en los que la palabra cada vez está perdiendo más valor, lo racional ha dejado de existir, la política se guía por los emociones, las explicaciones son baldías, estériles. Para ser un poco objetivo: necesarias, pero contraproducentes. Porque no convencen –a los ya convencidos de antemano– a cambiar de opinión. Es el descrédito de las palabras. El partido Popular y Vox han escogido una hoja de ruta única desde el primer momento de esta legislatura para llegar al poder y no la van a abandonar. Terminado el artículo, oigo unas palabras de Leire: “Ayer han estado cariñosos conmigo y muy bien”. Otro síntoma de esta mujer alegre, dicharachera, simpática y a prueba de bomba para no desmoronarse. Por su parte, los medios de la derecha, sus periodistas, altavoces de opinión, y tertulianos creen que están dando en la diana y se regodean cada día más. Veremos.
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Felipe Domingo Casas es socio de infoLibre.