Detrás de la historia

Guinea Ecuatorial 1916: cuando miles de alemanes buscaron asilo en la colonia española

Tropas de Camerún durante la I Guerra Mundial.

José Carlos Huerta

El 15 de febrero de 1916, en torno a mil alemanes y 46.000 cameruneses cruzaron la frontera entre el Camerún alemán y Guinea Ecuatorial (en aquel entonces colonias alemana y española, respectivamente). Huían de las fuerzas aliadas francesas e inglesas en el marco de la Primera Guerra Mundial

Durante el conflicto, las tropas coloniales francoinglesas rodearon rápidamente Camerún, y el ejército alemán allí ubicado se quedó con una única opción: avanzar hacia la estrecha frontera con la Guinea española, con la esperanza de que España, neutral en la guerra, les diera asilo

En el lado español de la frontera sólo se encontraban entre 100 y 200 soldados, que rápidamente se vieron sobrepasados por la situación, aunque la rendición y entrega de las armas por parte de los alemanes fue pacífica. El gobernador de la colonia, Ángel Barrera, decidió devolver al otro lado de la frontera a 25.000 de los cameruneses, quedando unos 27.000 refugiados en su territorio.

 

Fronteras entre Camerún y Guinea ecuatorial, muy similares a las de 1916.

Mientras tanto, Inglaterra y Francia hacían presión diplomática: temían que los soldados que habían cruzado la frontera (unos 500 alemanes y 6.000 nativos) pudieran reactivar el conflicto armado. Así, el Ministerio de Estado y la Embajada instan a Barrera a que traslade a los refugiados a la isla de Fernando Poo. 

De las más de 25.000 personas que buscaron asilo en Guinea, entre 800 y 1.000 eran alemanes (sólo la mitad de ellos soldados), 6.000 eran áskaris (soldados cameruneses nativos), y el resto personal de servicio (como porteadores, mayordomos o intérpretes) y civiles (principalmente las familias de los soldados). 

12.000 refugiados en Fernando Poo

En Fernando Poo, los refugiados se distribuyeron en varios campamentos alrededor de la ciudad de Santa Isabel (actual Malabo). Los datos varían de una fuente a otra, pero en esos campamentos se instalaron entre 11.000 y 12.000 personas, y Barrera envió un documento al ministro de Estado en el que detallaba que se trataba de 11.774 personas.

Los campamentos fueron organizados por los propios alemanes bajo supervisión de los oficiales españoles, y seguían una estructura y jerarquía militar. Se organizaron varios hospitales, aunque las condiciones higiénicas y alimentarias de los campamentos, sumadas a que algunos de los internos llegaron heridos de la guerra y la travesía arrojó el balance de 1.031 muertos.

La presencia de tantos alemanes en la isla, cercana al continente, y organizados, ponía nerviosos a franceses e ingleses. Los embajadores elevaban continuas protestas a las autoridades españolas exigiendo el traslado de todos los refugiados a la Península. 

Los soldados nativos regresaron a Camerún en 1917, pero los oficiales alemanes permanecieron en Fernando Poo hasta después del final de la guerra, cosa que ocasionó más protestas diplomáticas francesas, principalmente contra Barrera, al que acusaban de germanófilo. Tal fue la presión que el Gobierno español acabó apartando temporalmente al gobernador en mayo de 1918, que se mantuvo alejado de Camerún hasta el final de la guerra. No obstante, parte de los nativos presentes en Fernando Poo nunca quisieron regresar a Camerún al final de la guerra, y se quedaron a vivir en la isla.

Prisioneros alemanes en España

 

Prisioneros alemanes interrogados por ingleses durante la I Guerra Mundial.

Las otras diputadas de la Segunda República

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El 5 de mayo llegaban a España 856 refugiados (incluido el gobernador alemán de Camerún) por Cádiz. Muchos de ellos se quedaron en Madrid, aunque algunos fueron trasladados a la también neutral Holanda, y de ahí a Alemania. 783 alemanes fueron distribuidos inicialmente en tres centros de internamiento: en Alcalá de Henares, Pamplona y Zaragoza

En un primer momento, los alemanes fueron ubicados en barracas, aunque con el tiempo se les permitió residir en las ciudades y acudir a los centros periódicamente. Esta laxitud permitió que algunos de ellos huyeran, como oficiales de marina, llegando al extremo de que incluso 20 de ellos huyeron por Vigo en la goleta Virgen del Socorro

Cuando terminó el conflicto, más de 500 alemanes seguían en España, y la mayoría regresó a su patria, aunque un número indeterminado de ellos decidió quedarse en España, donde comenzaron una nueva vida.

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