Tecnología digital

La tecnología 5G llega a España: por ahora, para una minoría

El presidente de Vodafone España, António Coimbra, durante la presentación, este lunes, de los servicios 5G.

La tecnología 5G ha llegado a España. No para todo el mundo, no en todas las zonas, no para todas las compañías… y las ventajas que aporta, a día de hoy, son muy limitadas. Pero es el primer paso, aseguran los expertos, de una revolución que afectará a todos los órdenes de una sociedad ya de por sí hiperconectada. El 5G, abreviatura de la quinta generación de tecnologías de la telefonía móvil, además de conllevar un aumento de la velocidad más que exponencial, permitirá el desarrollo del llamado Internet de las Cosas: que aparatos y dispositivos que hasta ahora no estaban conectados a través de Internet se enchufen a la red global. Desde el coche, que podrá ser autónomo o conducido a distancia, hasta electrodomésticos de la cocina.

A día de hoy aún no se cuenta con la capacidad técnica para llegar a ese escenario, pero Vodafone ha decidido adelantarse a las previsiones y a partir de este sábado 15 de junio ofrecerá las primeras conexiones 5G: solo a determinados clientes con dispositivos muy específicos, y en zonas muy acotadas de las grandes ciudades españolas. La mayoría de usuarios de smartphones no pueden aún disfrutar de este nuevo servicio… aunque por poco tiempo. Con la ayuda de expertos, infoLibre intenta resolver las principales dudas acerca de la llegada de la nueva, y dicen que transformadora, tecnología móvil a España.

  ¿Qué compañías ofrecen 5G? ¿Con qué móviles se podrá disfrutar?

Desde el sábado 15, y por el momento, solo Vodafone. Únicamente tres modelos de Smartphone podrán usar la nueva generación de conectividad móvil: Samsung Galaxy S10, LG V50 ThinQ y Xiaomi Mi MIX 3. Huawei, protagonista de la guerra comercial y tecnológica entre Estados Unidos y China, ha quedado excluida: "Está pendiente de certificación", asegura António Coimbra, presidente de Vodafone España. Paradójicamente, el despliegue de la red por parte de la compañía se ha efectuado de la mano tanto de Huawei como de la sueca Ericsson.

Solo los usuarios de las tarifas de datos ilimitadas de Vodafone, y que tengan estos terminales, podrán disfrutar del 5G: tiene sentido, ya que con limitaciones de descargas al mes, la gran cantidad de información que puede transmitir una conexión de quinta generación casi al instante agotaría los megas contratados en el primer vídeo de calidad 4K que se pretenda visualizar. A día de hoy, y para particulares, estos contratos tienen un precio de 49,99 euros al mes. Junto una conexión de fibra óptica en  casa, el coste sube a 54,99 euros los tres primeros meses, para posteriormente pasar a 109,99 euros al mes.

  ¿Qué mejoras técnicas conlleva?

Más velocidad y mejor latencia. Estas dos características, en el futuro, prometen revolucionar el mercado de la telefonía móvil y de la tecnología, en general, pero por ahora no pasan de ser un capricho. La velocidad tanto de descarga como de subida de datos aumenta drásticamente: Vodafone promete multiplicarla por 10, aunque pruebas de laboratorio apuntan a que la mejora puede multiplicarse por 200. A efectos prácticos, con los servicios que consumimos en la actualidad, no es necesario, más allá de la práctica supresión de tiempos de carga para el consumo más exigente en cuanto a tráfico, como la visualización de vídeos: pero el futuro no está escrito y es posible que futuros desarrollos que traigan nuevos servicios conlleven nuevas necesidades.

La latencia, por otro lado, es el tiempo que transcurre entre que un usuario de un dispositivo digital envía una petición hasta que se recibe el primer bit de respuesta. Esto servirá para una navegación más fluida, pero la principal ventaja radica en operaciones que necesitan una latencia muy alta para evitar imprecisiones: por ejemplo, para el control de aparatos a distancia, como vehículos, maquinaria pesada o incluso brazos mecánicos dentro del quirófano. Un retraso entre la señal y la ejecución haría imposible dichas actividades.

Pero a día de hoy, y con el desarrollo actual de la tecnología, esos escenarios son ciencia ficción. La  ventaja que los usuarios del 5G pueden obtener de la mejora de la latencia solo pasa por el rendimiento de videojuegos en la nube, que necesitan que la orden que se transmite al protagonista de la acción (moverse, saltar, disparar) se ejecute casi al instante, para que la experiencia de juego no se resienta. Vodafone, de hecho, acompaña a sus tarifas de datos ilimitados con 5G un servicio de ocio digital de este estilo, para que sus usuarios noten la mejora de su conexión.

  ¿Dónde?

En este mapa de Vodafone se puede comprobar qué zonas de España contarán a partir de este sábado con cobertura 5G. Solo estará disponible en 15 ciudades: Barcelona, Bilbao, Gijón, A Coruña, Logroño, Madrid, Málaga, Pamplona, San Sebastián,  Santander, Sevilla, València, Vigo, Vitoria y Zaragoza. Dentro de las ciudades, solo barrios y manzanas muy concretas disfrutarán de la nueva conexión. Por ejemplo, en Madrid, la cobertura se limita al distrito centro,  la zona de negocios alrededor del Paseo de la Castellana, el barrio de Las Tablas donde se ubican las oficinas de Telefónica, los alrededores del Palacio de la Moncloa, el campus de la Universidad Complutense de Madrid y algunos puntos aislados del sur de la ciudad. En Málaga, por poner un ejemplo de ciudad más pequeña, el 5G llega a prácticamente el conjunto de la franja litoral y al Parque Tecnológico, situado a las afueras.

Federico Ruiz, presidente del Observatorio Nacional de 5G, explica que la idea es que, progresivamente, la cobertura 5G se vaya ampliando, mediante la instalación de repetidores a todas las zonas donde ya existe cobertura 3G y 4G, para posteriormente sobrepasar su campo de acción.

  ¿Qué se espera a medio plazo?

Ruiz asegura que "es razonable pensar que a mediados de 2021 la oferta de 5G se generalizará" entre todos los usuarios de smartphonessmartphones y otros dispositivos inteligentes en nuestro país. Para ello, tendremos que resintonizar de nuevo nuestros televisores: el espacio que ocupa en el espectro radioeléctrico la Televisión Digital Terrestre (TDT) se destinará a las nuevas tecnologías móviles, y así lo ha determinado el Gobierno mediante un decreto ley tramitado de urgencia en marzo. Una vez se libere ese espacio, el terreno estará abonado para que, también a mediados de 2021 según los pronósticos, "vayan apareciendo aplicaciones 5G en otros ámbitos", dando forma en el país a lo que se conoce como el Internet de las Cosas.

La nueva tecnología permite que un número mucho mayor de dispositivos se conecten a Internet simultáneamente, lo que no solo tendrá consecuencias en el ocio digital o las comodidades domésticas, sino que permitirá, por ejemplo, un gran avance en materia de teletrabajo, o en cuanto a la comunicación –casi instantánea, en cualquier lugar– en diversos ámbitos profesionales.

  ¿Y qué problemas pueden surgir?

Vodafone ha desarrollado su red de 5G gracias a la tecnología de Huawei. La compañía china es el centro de la batalla, al principio soterrada y ahora a pecho descubierto, entre EEUU y China. La guerra es comercial, es de seguridad, es tecnológica y es política, todo a la vez. Si ahora mismo el desarrollo de la tecnología es, en parte, gracias a los adelantos de una empresa vetada por Estados Unidos, ¿eso no puede frenar la implantación de la red en países como España? "No debe afectar, y el éxito de estos primeros pasos de Vodafone lo demuestra", opina Ruiz.

Vodafone lanzará el 15 de junio la primera red comercial 5G de España en 15 ciudades

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Depende de la posición de las compañías europeas ante el conflicto. El país norteamericano teme que China, dado el adelanto de años del que disfruta, se haga con la hegemonía del nuevo sistema de comunicaciones: y lo aproveche para espiar, instalando capas ocultas en toda la tecnología que ponga en mercados extranjeros. Algo que desmienten desde el Lejano Oriente, claro. También hay un interés económico: quien gane la carrera, gana para sí todos los beneficios que conlleva la transición hacia la quinta generación en todos los países desarrollados.

La preocupación se amplía hacia las consecuencias de una sociedad –aún más– hiperconectada, donde la conexión a Internet se establezca desde la ropa, el lavavajillas, el televisor, el reloj, el móvil o el vehículo privado. A más conexiones, más datos sobre nuestra rutina y nuestros hábitos que las grandes empresas que hacen negocio con ellos –Faceboo, Google– pueden extraer y usar… a veces con nuestro consentimiento, implícito o explícito, y a veces sin él, como en el caso de Cambridge Analytica.

Y además, cuantos más dispositivos conectados, más dispositivos vulnerables a ataques informáticos que puedan, incluso, guardar registro ilícitamente de nuestras actividades más íntimas o dejar inoperativo un número mayor de aparatos: no solo el móvil o el ordenador. "Las consideraciones de seguridad de la red 5G están evolucionando al ritmo que evoluciona la red. Y la Comisión Europea, más allá de las acciones de los Estados miembro, está examinando con cuidado esta cuestión", asegura el director del Observatorio Nacional de 5G.

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