13F | Elecciones en Castilla y León

Casado cierra la campaña con un discurso duro mientras el PP alienta una movilización de última hora

Feijóo, Casado, Mañueco y Ayuso en Valladolid en el cierre de campaña del PP.

Pidiendo la hora. El PP llegó exhausto este viernes al final de la campaña electoral de Castilla y León con la mayoría de sus dirigentes temiendo haber convertido una oportunidad en un desastre por no haber sabido gestionar bien las expectativas. 

Cuando convocaron las elecciones, en Génova estaban convencidos de que Alfonso Fernández Mañueco llegaría al 13 de febrero al borde la mayoría absoluta. El viernes, en cambio, echaban cuentas para calcular el daño que puede hacerles Vox. Y multiplicaban los mensajes llamando a la movilización de todos los militantes, incluso durante la jornada de reflexión, incluso el mismo día de la votación.

El propio Pablo Casado, con la ayuda de Isabel Díaz Ayuso y Alberto Núñez Feijóo, se empleó a fondo en el cierre de campaña en su versión más dura abanderando los temas favoritos de Vox: de ETA a la ocupación de viviendas, pasando por la denuncia de un “pucherazo” inventado en el Congreso o la memoria histórica.

Si la campaña conservadora dio muestras de desinflarse en los primeros compases —los bulos sobre la carne no funcionaron como Génova esperaba y las acusaciones sobre los fondos europeos han sido sistemáticamente rechazadas en Bruselas— la última semana se ha convertido en una sucesión casi diaria de tropiezos. Desde el fracaso, por culpa de uno de los propios diputados del PP, de la operación para echar por tierra la reforma laboral del Gobierno y dinamitar la legislatura, al fallido intento de convertir lo ocurrido en un “pucherazo” o de acusar a Pedro Sánchez de utilizar su cargo con fines electorales, desmentido por la Junta Electoral. Con la guinda de la presidenta de Madrid, Isabel Diaz Ayuso, desbaratando la estrategia oficial al apostar abiertamente por un pacto de gobierno con la ultraderecha Vox. Algo que este viernes, más disciplinada, evitó en su intervención de cierre electoral.

Así las cosas, Casado ha tenido que afrontar la recta final de la campaña huyendo de los periodistas. Y limitando su actividad a vídeos fabricados por su equipo de comunicación que se distribuían a la prensa. Con ETA, la organización terrorista que abandonó su actividad hace más de una década, otra vez como mensaje central.

Casado ha ido acusando cada día al Gobierno de “demonizar” prácticamente todos los sectores productivos: la carne, el vino, la remolacha, las granjas, el azúcar, la producción de alimentos o la industria de la automoción. 

Nada parece haber funcionado. Pero en Génova aún cruzan los dedos y se encomiendan a los indecisos. A estas alturas creen tener asegurado el puesto de partido más votado y una sólida mayoría de derechas en la asamblea regional, pero cada vez son menos lo que creen posible alcanzar el objetivo de que el PP sume por sí solo más escaños que el conjunto de la izquierda.

Si al final el PP se queda más cerca de los 30 procuradores que de los 40 en unas Cortes en las que la mayoría absoluta está en 41 asientos, Mañueco quedará en manos de Vox y la decisión de adelantar las elecciones habrá sido un fracaso.

En primer lugar porque las elecciones anticipadas habrán llevado al PP de un incómodo gobierno de coalición con Ciudadanos a una dependencia muy complicada de gestionar con la extrema derecha. Y en segundo lugar, porque Casado no habrá conseguido repetir el efecto Madrid que buscaba para impulsar su propia candidatura hacia las generales.

No es casual que lo que en un principio era una campaña al servicio de Casado, protagonizada por él con el objetivo de anotar al presidente del PP el éxito del resultado, haya acabado siendo la campaña de Mañueco. “Que yo sepa Casado no se presenta a estas elecciones”, resumió el jueves el portavoz del partido y alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. 

Pendientes de Vox

Si el resultado es el que prevén las encuestas, el domingo por la noche todas las miradas estarán puestas en Vox. Los de Santiago Abascal se saben ganadores de la cita con las urnas, de la que pueden salir con al menos diez diputados. 

Y los estudios de opinión acreditan que suyo es el mérito de las vía de agua que amenaza al Partido Popular. De ahí los mensajes del cierre de campaña, sin mencionar a Vox pero llamando a la unidad de la derecha.

Desde que Vox les dio las presidencias de Andalucía, Madrid y Murcia sin pedir prácticamente nada a cambio, en el PP han dado por hecho el apoyo de la ultraderecha. Así que la gran incógnita a partir del lunes es si Vox, tal y como ha anunciado, esta vez va a querer hacer valer su peso, especialmente si el PP no obtiene por sí solo más escaños que la izquierda. 

En ese caso, el plan de Vox es someter a Mañueco, entrar en la Junta y ensayar en Castilla y León lo que Abascal quiere conseguir en el gobierno de España a partir de 2023: una coalición de Gobierno.

Sánchez pide concentrar el voto

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pidió este viernes concentrar el voto “en el único partido que pude liderar un cambio” en Castilla y León, el Partido Socialista, para evitar “que se pueda repetir la historia de 2019”, donde fueron la formación más votada en la comunidad, con 35 escaños, a seis de la mayoría, pero no pudieron formar gobierno.

“En 2019 el PSOE ganó las elecciones pero no gobernamos. Sabemos que ganar no significa gobernar”, recordó Sánchez, porque desde “los cuarteles generales de Madrid la derecha lo impidió”. De ahí la importancia de ir a votar el día 13, porque “independientemente” de los recursos del Gobierno que puedan llegar a la comunidad, es necesario que Castilla y León “tenga un presidente que crea en las potencialidades de esta tierra” y eso “sólo” se puede conseguir de la mano de Luis Tudanca.

El candidato del PSOE a la Presidencia de la Junta cerró la campaña vaticinando que los castellanos y leoneses “van a dar una lección que no va a olvidar en muchísimo tiempo” a Mañueco. “Se nos ha ido ensanchando la sonrisa y a ellos, el enfado”, subrayó. Tudanca llamó a la izquierda a conseguir en las urnas una “mayoría suficiente para, esta vez, gobernar” y “cambiar esta tierra, por fin”. “Se huele en el ambiente”.

Belarra advierte contra el PSOE

La protagonista del cierre de campaña de Unidas Podemos fue la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, junto a los también ministros Alberto Garzón e Irene Montero y el candidato a la Presidencia de la Junta, Pablo Fernández. Y en su discurso no sólo censuró con dureza a Alfonso Fernández Mañueco, sino también, de un modo especial, al PSOE, informa Europa Press. A su juicio, “no valen las medias tintas” y aplicar en las últimas semanas la “geometría variable, pactar con la derecha”, como ocurrió con la reforma laboral.

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“Fijaos lo que nos costó sacar adelante la ley de vivienda o la ley trans. Fijaos que ya empiezan a esconderse detrás del informe de expertos para no cumplir el acuerdo de gobierno sobre la reforma fiscal”, proclamó.

Arrimadas pide un castigo al PP

La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, deseó que el PP reciba en las elecciones el “castigo” que, a su juicio, se merece por “jugar” con Castilla y León y defendió que Cs es la única opción de “centro” que representa “verdad, honradez y profesionalidad”.

 En el cierre de campaña, la líder naranja aseguró que se siente orgullosa de la gestión realizada por Cs en Castilla y León. Y previendo lo que puede venir, afirmó: “Ante la adversidad lo mejor que se puede hacer es fortalecernos y estar unidos”.

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