Yolanda Díaz alargará su "escucha" hasta fin de año y valora no presentar su proyecto hasta las generales

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, en el Congreso

El futuro de Unidas Podemos pasa por Yolanda Díaz. Y la formación morada lo sabe. "No hay una candidata mejor", repiten sus dirigentes. Tanto es así que la dirección del partido está dispuesta a prescindir de las siglas para facilitar el camino a Díaz. Ella es más ambiciosa y pide una "refundación integral" para salir de la "esquinita" del espectro electoral a la izquierda del PSOE. Un discurso que recuerda al primer Podemos, el que obtuvo 69 escaños y más de cinco millones de votos en el año 2015.

La vicepresidenta segunda del Gobierno fue la señalada por su antecesor en el cargo, Pablo Iglesias, para representar a la formación en unas elecciones generales. Pese a las dudas iniciales y los recientes desencuentros entre ambos, la ministra de Trabajo ya ha anunciado la fecha de inicio de un "proceso de escucha" que la llevará por todos los rincones de España para reunirse con colectivos, asociaciones, ONG y representantes de la sociedad civil.

La intención con la que trabajan en el equipo de Díaz es que todo ese proceso desemboque en algo parecido a lo que tiene en la cabeza la política gallega: un espacio amplio, con gente de procedencias diversas e incluso distintas sensibilidades. Sin embargo, ella misma asegura que ese proyecto mira más allá de "personas, siglas y partidos".

En el equipo de la vicepresidenta se produjo un debate interno hace unos meses sobre si resultaba apropiado o no acelerar el proceso en paralelo a los trabajos de la reforma laboral o era mejor esperar. La propia vicepresidenta decidió personalmente que lo urgente era abordar la negociación interna con el PSOE sobre los términos de esa reforma laboral y, posteriormente, sacarla adelante con el acuerdo de sindicatos y empresarios.

Un acuerdo que casi le cuesta el puesto, ya que la reforma laboral salió adelante por la equivocación de un diputado del PP, Alberto Casero. El voto en contra a última hora de los diputados de UPN estuvo a punto de tumbar su proyecto estrella. La propia Díaz admitió el pasado miércoles que pensó en dar un paso atrás en su proyecto tras lo ocurrido.

Finalmente esta gira por España comenzará en primavera, según anunció ella misma en TVE. Concretamente entre los meses de abril y mayo, precisan fuentes de su equipo, y durará como mínimo seis meses, por lo que no finalizará hasta final de año. "Cuando transiten esos seis meses volveré a reflexionar", señaló en el citado medio. "A lo mejor solo soy un canal", apuntó, aunque también deslizó que ya estaba sondeando nombres para esa plataforma.

La vicepresidenta no quiere precipitarse —sigue sin confirmar que vaya a ser ella la candidata— y por ello sopesa estrenar ese proyecto "moderno y centrado en la vida de la gente" en las elecciones generales, programadas a finales de 2023, según aseguran a infoLibre fuentes de su entorno más cercano. Unos comicios que, previsiblemente, se celebrarán más tarde que las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2023.

Podemos teme que Díaz les deje solos en las autonómicas y municipales

Actualmente los morados forman parte de los Gobiernos de Aragón, Baleares, Canarias, Comunidad Valenciana, La Rioja y Navarra. Faltan quince meses para que se celebren elecciones en esos territorios y los morados son conscientes de que necesitan un "revulsivo electoral" que ponga fin al actual declive.

Pero en Unidas Podemos temen que Díaz se "desentienda" de su resultado en dichos comicios, como ya ocurrió en Castilla y León, donde solo obtuvieron un escaño. En el entorno de la ministra aseguraron que ella ni participó en el diseño de la campaña ni contribuyó a ella. "No creo que esa ambigüedad de Yolanda nos haga ningún bien", critica una voz del espacio confederal en conversación con infoLibre. "No puedes estar solo cuando el viento va de cara", añade.

"Los partidos tienen que estar, pero no ser", es la tesis de la vicepresidenta que a los morados les cuesta visualizar. "El problema que veo en ese discurso es que esas estructuras existen y creo que ella debe esforzarse en trabajar en las internas, no solo ejercer su papel como ministra, que hace excepcionalmente bien", explica una segunda persona. "Un liderazgo se construye hacia fuera y hacia dentro", prosigue. "Ese es el gran reto que tiene que asumir".

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En la Ejecutiva morada son conscientes de que Díaz —cuya familia política es el Partido Comunista y que, a su vez, mantiene buenas relaciones con los comunes de Ada Colau— trasciende la marca que ellos representan. Las encuestas indican que podría recuperar votantes desencantados, penetrar en el electorado socialista, y desactivar por completo a Íñigo Errejón, pero en la formación morada creen que la participación de Podemos en ese proceso es "imprescindible".

Sin embargo, si la formación dirigida por Ione Belarra sigue perdiendo fuerza en los siguientes comicios, como les ocurre desde 2019 —con la única excepción de la Comunidad de Madrid— la gallega ganaría enteros para hacer y deshacer sin el marcaje del grupo confederal. Díaz busca tener autonomía en el proceso y crear algo "nuevo", sin dependencias. "Yo soy una mujer libre", responde la vicepresidenta cuando se le pide mayor concreción sobre su futuro.

En definitiva, la hoja de ruta escogida por Díaz tiene por delante un doble reto para 2022: terminar de distanciarse oficialmente de los partidos que componen su espacio político y que la auparon hasta la vicepresidencia sin desatar la enésima tormenta de la izquierda española, y alumbrar un nuevo artefacto político sobre el que asentar su candidatura.

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