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Qué hacer para mitigar el efecto del cambio climático en los niños y jóvenes

World Congress Justice Children

Estos primeros días de junio se celebra en Madrid el World Congress Justice Children, donde expertos de todo el mundo debaten y reflexionan sobre cómo “promover una justicia centrada en el niño, prevenir y responder a la violencia que afecta a los niños en los sistemas de justicia”. De entre la gran cantidad de aspectos tratados durante los tres días del congreso, amparado por la ONU, la UNESCO, UNICEF y la UE, no podía faltar entre ellas el efecto del cambio climático sobre la infancia del mundo, especialmente aquella de los países más vulnerables. Y es que el calentamiento global y sus efectos colaterales-en forma de conflictos sociales y tensiones políticas-perjudica de forma muy especial a los niños y jóvenes.

En ese contexto, el concepto de justicia climática tiene más sentido que nunca: las generaciones que menos han contribuido a la actual crisis climática serán las que más sufran sus consecuencias, del mismo modo que los países menos contaminantes del Tercer Mundo padecen de forma más cruda las secuelas del calentamiento. Sobre estas cuestiones versó la primera mesa del segundo día del encuentro, que tuvo lugar en el Aula Magna de ICADE. En ella intervinieron Elisa Morgera, Relatora Especial de la ONU sobre Cambio Climático y Derechos Humanos; Gonzalo Sáenz de Miera, director de Cambio Climático y Alianzas de Iberdrola; la investigadora del Instituto Real Elcano Lara Lázaro Touza; Elda Moreno, Consejera de Medio Ambiente del Consejo de Europa, y Jahswill Joseph, miembro del Comité consultivo para la infancia y la juventud.

El objetivo de la mesa era reflexionar sobre cómo las distintas instituciones, y por supuesto las empresas, deben responder a este desafío. ¿Hasta dónde llega la responsabilidad social de las compañías privadas en esta situación?, ¿qué pueden aportar a la solución de este problema? La primera y más evidente respuesta consiste en acelerar las políticas de mitigación climática para sustituir los combustibles fósiles por energías limpias y renovables. Pero ese es solo el primer paso de un camino muy largo.

Ya desde los primeros momentos de la charla se habló de la necesaria cooperación pública-privada para abordar esta problemática. “Es un trabajo difícil”, reconoció Sáenz de Miera, representante de Iberdrola, “pero también es esperanzador ver a tanta gente interesada en este problema”. Como recordó de Miera, el cambio climático es un problema que a su vez generará otros nuevos y multiplicará los conflictos, por lo que urge atajar cuanto antes su causa.

Las compañías, y más una compañía de energía como es Iberdrola, “deben actuar y hacerse responsables”. Y eso está haciendo la empresa española. “En primer lugar”, expuso el representante de la compañía, “estamos acelerando la acción climática”: ya hace veinte años que invertimos en energías limpias para sustituir a los combustibles fósiles. En segundo lugar, y no menos importante, Iberdrola se preocupa por “crear conciencia sobre la importancia de este problema”.

Por último, y ya ciñéndose claramente al objeto de la mesa, Iberdrola lleva años “trabajando junto a otros agentes para mejorar la situación de gente joven en situaciones vulnerables. Tenemos una alianza con UNICEF para aprovechar las oportunidades de formación y empleo que supone la transición energética para jóvenes en situación de vulnerabilidad en España, Brasil y Somalia”.

El proceso comienza identificando los perfiles más demandados —por ejemplo, en movilidad eléctrica— para formar en ellos a estos jóvenes. Una vez formados, Iberdrola u otras empresas asociadas les ofrecen prácticas o empleo para que esos jóvenes puedan aportar su conocimiento y experiencia a hacer efectiva la tan necesaria transición energética, al tiempo que mejoran su integración social y laboral con empleos de calidad. Todos salen ganando.

Sáenz de Miera no quiso terminar sin antes recordar que encaramos “un problema muy complejo que requiere la colaboración de todos: administraciones, empresas, oenegés, universidades… Las acciones individuales no sirven para nada”. “Quiero recordar con una recomendación hacia los jóvenes”, concluyó el representante de Iberdrola, “y es que sean más proactivos y exijan acción a los gobiernos”.

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