TURISMO MASIVO

El Pirineo, la nueva Ibiza: cómo se ha vuelto imposible vivir en la montaña

Vista del pueblo y estación de Candanchú

Iván Muñoz

La Ronda de Boltaña canta “sobrabas país, sólo querían agua, montañas y electricidad” y ahora, también, vivienda. La situación en la que se encuentra la vivienda en Pirineo es “insostenible y necesita regulación”, comenta el grupo de Redes y comunicación de la plataforma Pirineo Digno

La zona, especialmente la que corresponde al pirineo aragonés, se está convirtiendo en un lugar tensionado. Muchos de los habitantes de pueblos como Jaca o Barbastro como Jorge, vecino de esta última, ya hablan de la “ibizificación” del Pirineo, es decir, que cada vez es más difícil encontrar casa por sus precios y el turismo. Este turismo desmedido, como denuncian organizaciones como 'El Pirineo no se vende', está expulsando a los habitantes de todos estos pequeños pueblos y poniendo en peligro un paraje natural único. 

Que el Pirineo se ha puesto de moda, no es nuevo, y es lógico, es uno de los últimos refugios naturales de Europa. Sus valles glaciares, ibones de alta montaña, bosques de hayas y abetos y sus cumbres que superan los 3.000 metros como el Aneto, Monte Perdido, Posets o Gran Bachimala, tienen la culpa. Un ecosistema que se enfrenta a una presión sin precedentes: la del turismo masivo y la transformación “en parque temático” que el Gobierno de Aragón quiere, como denuncia Jorge y la plataforma 'El Pirineo no se vende'.

“Turismo hay en estas montañas desde hace décadas, pero antes había más cultura de montaña. Ahora hay demasiado postureo y demasiada gente en el monte que no sabe a lo que va. Incluso un palpable menosprecio a la vida rural tradicional, a la ganadería o a la caza, que es lo que ha hecho posible la vida en estas montañas”, recuerdan desde 'El Pirineo no se vende'.

“Desde la pandemia, yo creo que con eso de estar al aire libre y limpio, se ha visto un auge en las reservas fuera de la temporada invierno”, la época más habitual para viajar a esta zona y disfrutar de la nieve y las pistas de esquí, cuenta Pilar Arruebo, responsable comercial de Eizasa Hoteles. También las redes sociales tienen culpa de este turismo sin cultura de montaña del que hablan desde 'El Pirineo no se vende'.

Lo imposible: vivir en el Pirineo

Los hoteles están viviendo el auge del turismo, pero las poblaciones lo están sufriendo. Según recoge el último Informe del Mercado Inmobiliario de Aragón, impulsado por la cátedra en Mercado Inmobiliario de la Universidad de Zaragoza, en colaboración con el Colegio de Registradores de la Propiedad, Ibercaja, Grupo Plaza 14, el Colegio Oficial de Registradores de la Propiedad de Aragón e Ingennus, la localidad de Sallent de Gállego ya ha superado la barrera de los 3.000 euros por metro cuadrado en el tercer trimestre de 2025, anotando una variación interanual del 35,2%.

Este municipio de la Comarca del Alto Gállego, próximo a la estación de esquí de Aramón Formigal-Panticosa, le sigue Jaca, donde el metro cuadrado se ha fijado en 2.721 euros, lo que marca una variación interanual del 21,8%. Estos datos, así por separado puede que no digan nada, pero Jaca y Sallent, se sitúan casi en el doble de la media de la provincia de Huesca, 1.716 euros.

El presidente del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Aragón y Soria (API), Fernando Baena coincide con la visión de Jorge: “En estos municipios turísticos ya tenemos el problema que se pueda dar, afortunadamente no en la misma magnitud, en Ibiza o Marbella”.

Baena comenta que hay personas que llegan a estas zonas turísticas para trabajar y “rompen” la demanda ya existente. En los lugares más visitados, y en especial cercanos a las pistas de esquí, el auge de los apartamentos turísticos junto a la cantidad de segundas o terceras residencias, ha hecho estallar los precios y con ellos las posibilidades de sus habitantes. “Nos encontramos con buena parte de la población temporal viviendo incluso en caravanas, que cambia cada temporada, lo que destruye los tejidos sociales y el desarrollo del lugar”, señalan desde 'Pirineo Digno'. 

Esta organización, junto a otras, reclaman “una regulación decisiva de la vivienda turística para volver a un equilibrio". Eliminar las ventajas fiscales de los apartamentos turísticos, avales públicos para pequeños arrendadores promoviendo el alquiler de larga estancia o vivienda social son algunas soluciones que proponen para garantizar el derecho a una vivienda digna.

'El Pirineo no se vende' y 'Pirineo Digno' coinciden en la receta para mejorar la situación de la vivienda: regulación. Pero alertan de que el Plan Pirineossolo va a lograr empeorar esta situación, pues todos estos macroproyectos llevan escondidos desmesurados planes urbanísticos que agravarán esta situación”. Para protestar contra ello y reclamar soluciones, este 29 de noviembre, en Jaca, salen a la calle por una “Vivienda digna del Viello Aragón”.

En la recuperación de los pueblos y en el aumento de vivienda pública ya está trabajando el Gobierno de Aragón pero con paso lento. En febrero se licitaron las primeras 52 viviendas, en tres localidades de la comarca de Sobrarbe: Boltaña, Aínsa y Broto, y una de la provincia de Teruel, Beceite, financiados por el Gobierno de Aragón en un 80%, y el resto con dinero de fondos Next Generation. Cifras que se irán incrementando hasta alcanzar las 488 viviendas en 43 municipios en 2027.

Un 'parque temático' de la nieve

Pero la vivienda es una de las caras visibles de un problema que tiene muchos lados y que se puede resumir como: apostar por el turismo masivo

El Gobierno de Aragón está apostando fuerte por el sector de la nieve. El presidente aragonés, Jorge Azcón, asegura que “se puede hablar ya de 146,5 millones de euros solo en actuaciones directas en el sector de la nieve”. Una declaración que llega después del último anuncio al sol, en un campo yermo, para instalar “532 nuevos cañones de nieve en Formigal, 110 de Panticosa y los 319 de Cerler”, desglosa Azcón que anuncia también la instalación de “61 cañones en la estación de esquí de Valdelinares”.

“Estos nuevos cañones de nieve, capaces de producir nieve incluso con temperaturas positivas, garantiza la continuidad de la actividad en las cotas más bajas de las estaciones durante la temporada de nieve y, por tanto, ayudará a impulsar la economía de los valles”, dice el Gobierno aragonés. “Una atrocidad ambiental”, denuncia Paco Muñoz de Bustillo, de Ecologistas en Acción de Sabiñánigo. “Otro despilfarro más de dinero público”, critican desde 'El Pirineo no se vende'. “Una foto dantesca”, aseguran desde 'Pirineo Digno' que, además, piden “adaptar la economía del esquí ante el cambio climático”.

Greenpeace y Ecologistas en Acción denuncian esta supuesta “ventaja” de tener nieve desde el 29 de noviembre que arranca la temporada, porque eso “tensionará más el ecosistema pirenaico”. Activistas de organizaciones como 'Salvemos Canal Roya', 'Pirineo Digno' o 'Salvemos el Pirineo' piden “sentido común; que cuando nieva se puede esquiar, cuando no, no”. Además, critican esta sobrexplotación del paisaje.

“Es injusto que se destinen 40 millones de euros de dinero público a la fabricación de nieve en las estaciones de esquí teniendo en cuenta que Aramón está conformado en buena parte por empresas privadas”, dicen desde 'Pirineo Digo'. Y desde 'El Pirineo no se vende' añaden: “Mientras, en Chistau se les caen a cachos los túneles de entrada a todo el valle”.

El modelo de desarrollo económico impuesto desde la Diputación General de Aragón para el Pirineo privilegia el turismo de nieve frente al resto de sectores económicos. Este modelo, apuntan, “conlleva unas condiciones de vida precarias para la clase trabajadora, ya que promueve trabajos temporales que no cubren el año entero, salarios bajos y empleos de baja cualificación”. 

Han pasado 50 años, desde que Luis Granell publicase en la revista Andalán el artículo: “Los trabajadores de la nieve: eventualidad, malas condiciones de trabajo y falta de cualificación profesional”. Medio siglo y la realidad laboral del principal sector económico del Pirineo no ha cambiado.

Desde estas plataformas exigen el final de los “proyectos faraónicos ligados al negocio del esquí y del turismo masivo”. En el manifiesto que se presentó el pasado 25 de octubre en Campo y en Jánovas alertan de que el Plan Pirineos del Gobierno de Aragón “esconde pelotazos urbanísticos para beneficiar a grandes inversores privados con millones de euros de beneficio a costa de nuestro país”.

La defensa del territorio

Desde Greenpeace, siempre vigilantes en el Pirineo, alertan que, aunque el Gobierno de Aragón ha dejado en suspenso la ejecución del Canal Roya tras la fuerte oposición social, ambiental y jurídica, igual que ha pasado con el Oroel Park —con un apoyo del 75%—, “podría reactivarse o modificarse con futuras decisiones políticas”. Para evitarlo, reclaman que el valle sea declarado Parque Natural de forma urgente, lo mismo que exigen desde 'Pirineo Digno' y otras plataformas.

Recuerdan que el proyecto contempla la construcción de una telecabina de 4,3 kilómetros y 37 torres para conectar las tres estaciones de esquí del Pirineo aragonés, junto con una carretera de evacuación y dos estaciones intermedias. La organización advierte de que supondría “la urbanización de un valle glaciar sin alteraciones previas”, con afecciones directas sobre hábitats alpinos, turberas de alta montaña y especies amenazadas como la perdiz nival, el urogallo pirenaico o la trucha común.

En el Pirineo ni queremos ni necesitamos la unión de Astún y Formigal por Canal Roya, no queremos ni necesitamos una telecabina para unir Benasque y Cerler ni un tobogán en Panticosa. Tampoco necesitamos un parque temático en Oroel ni una carretera turística en el Parque Natural de Guara”, todos proyectos dentro de ese Plan del Gobierno de la comunidad que preside Azcón. 

Asociaciones y vecinos denuncian la intención de convertir el Pirineo en un parque temático para turistas, lo que va a llevar a la expulsión de los vecinos y la degradación del terreno en aras de “un turismo masivo de Instagram y borrachera que es a lo que nos están llevando con las políticas del más y más”, cierran desde 'El Pirineo no se vende'.

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