Labores de poda: lo mejor del aforismo en 2025
Tras una etapa de estrepitoso vitalismo, el aforismo, como género, en 2025 ha firmado un pacto natural con el sosiego. Ya no aspira a ser un desvelado descubridor de practicantes y títulos, sino a caminar por la creación con paso firme, para tener una justa presencia literaria. En el movimiento continuo de su escritura, el minimalismo expresivo solo busca generar calidad, modulación precisa y variado repertorio. Ser portavoz de un territorio propio, con rasgos reconocibles y con las necesarias labores de poda del trabajo bien hecho.
Del conjunto de libros de interés del presente año rescatamos una mínima selección, lejos de rodeos descriptivos. Solo aquellos títulos de belleza diáfana, que verifican la buena tierra de la siembra. Entre los elegidos, La vida en un trazo (Délfica Cypress Cultura, 2025) de Javier Recas Bayón (Madrid, 1961) es la aportación más completa hasta la hecha del suelo teórico del aforismo, desde una perspectiva filosófica y literaria. Los contenidos incluidos muestran una panorámica de conjunto del lenguaje conceptista, con un análisis clarificador entre filosofía y aforismo, recordando los autores más celebrados en los dos últimos siglos. El estudio busca comprender las relaciones entre el pensamiento sistemático y claridad concisa. El acierto crítico convierte a Javier Recas Bayón en el teórico esencial del discurso aforístico contemporáneo.
En la mesa de trabajo, cada idioma interactúa y se retroalimenta con otros ámbitos. Junto a la estela de la tradición propia, es necesario recorrer otras tradiciones cercanas. Desde el francés, con traducción en común de José Luis Trullo y Miguel Ángel Real, la entrega Un monstruo incomprensible (Renacimiento, 2025), con edición y selección de José Luis Trullo, publica un poblado retablo de moralistas franceses. La nómina seleccionada conforma un capítulo central en la consolidación del género breve. El excepcional periodo sedimenta el carácter ético del aforismo y su naturaleza sapiencial centrada en el yo subjetivo. Son trazos que perduran hasta el presente y han generado una innegable epigonía.
Con frecuencia las contingencias editoriales orillan la obra de autores que se quedan fuera del marco generacional. Así sucedió durante años con Manuel Feria (La Laguna, 1949), catedrático de Farmacología y aforista de publicación tardía, cuya obra ha ido manando en autoediciones singulares. La cuarta propuesta del escritor canario, Nidos en el aire, con apertura luminosa de Mario Pérez Antolín, es un claro ejemplo de agudeza, emotividad y experiencia. Un libro necesario para entender las conexiones entre pensamiento y biografía. Para que correteen en el campo abierto de las frases directas las más sorprendentes intuiciones.
Puntual, casi cada año, se aviva el festejo para celebrar la incansable convivencia de Ramón Eder (Lumbier, Navarra, 1952) con el habla concisa. Constituye una tradición que abarca décadas. Conforma un proceso personal que ha convertido a Eder en magisterio y lectura necesaria por su sorprendente regularidad y envidiable coherencia estética. Más allá de su producción minimalista, el autor sondea con paréntesis reflexivos el clima general que mantiene su sensibilidad frente al decir breve. Ramón Eder subraya su preferencia por la intensidad concentrada, la frase telegráfica y las variables temáticas con sentido del humor. Un recurso que no desdeña influencias de Mark Twain, Groucho Marx o Woody Allen. El atinado prólogo de Aitor Francos, sin digresiones inocuas, alerta sobre las condiciones naturales de una cartografía mudable, curadora y transparente: “Con cada punzada de inteligencia y en apenas una línea, combate la intolerancia, pule dogmatismos, suaviza rigideces mentales, y lo hace valiéndose de autoridad y de una agudísima ironía con clara voluntad pedagógica”.
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Desde hace dos décadas, Jordi Doce (Gijón, 197) cultiva la dicción hiperbreve. Entiende el aforismo como un género abierto, cuyo formato se ajusta a la tarea de ser fragmento lírico, apunte biográfico o frase sapiencial. Así ha ido desgranando entregas hasta La insistencia (Pre-Textos, 2025). Con ejemplar plenitud expresiva, el libro hace de la escritura un ejercicio de resistencia, un faro que titubea en la oscuridad y lucha por romper la opacidad oscura de la muerte. Dedicado a Marta Agudo, su esposa ausente, La insistencia es un cuaderno negro que se obstina en comprender el dolor y la desesperanza, cuando el camino se estrecha y solo muestra un pasillo de sombras.
Entre el sentido filosófico de la reflexión y la telaraña de emociones y pensamientos de las relaciones personales, el aforismo sigue poblando las aceras de lo cotidiano con autoconciencia, honda y conmovedora. Plantea una manera de percibir los ritmos de vida y las pulsaciones de la realidad. Concluye el año, hay que volver los ojos para hacer balance y explorar el camino transitado. Por suerte, en el caminante que puebla los andenes aflora de inmediato la sonrisa: para el género breve, 2025 ha sido un periodo de maduración y crecimiento. Cosecha desplegada de un buen año.
*José Luis Morante es escritor y crítico literario. Su último libro es Viajeros sedentarios (La Garúa, 2025).