"Un periodista tiene que ser honesto a la hora de contar las historias, esté en Ucrania o en Madrid"

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infoLibre ha cumplido nueve años tras dos de pandemia y en medio de una guerra en Europa, contextos que, sin duda, han mostrado la importancia de un periodismo honesto. Por eso, para celebrarlo, el periódico organizó este martes 31 de mayo una mesa redonda bajo el título Periodismo fiable y para la paz en un mundo en erupción. ¿Cómo está abordando el periodismo esta nueva situación? ¿Ha servido para que la profesión haga autocrítica de sus deficiencias y aprenda de sus aciertos? ¿Lucha adecuadamente contra la desinformación y las fake news o contribuye a ellas? "De repente el mundo parece más oscuro, ¿qué papel tiene el periodismo en esto y cuál es la salud de los medios?", preguntó el director de infoLibre, Daniel Basteiro, para arrancar el debate.

Frente a él, en el espacio Taller de Ideas de Madrid, trataron de contestar a la pregunta Manuel Rico, director de investigación de infoLibre; Mariangela Paone, reportera de elDiario.es; Ebbaba Hameida, periodista y enviada especial a Ucrania; y Lorenzo Milá, periodista y corresponsal y presentador de la nueva etapa del programa semanal En Portada en La 1 de TVE. "Un periodista tiene que ser honesto a la hora de contar historias, pero tiene que serlo en Ucrania y en Madrid", arrancaba Rico.

Y eso es precisamente lo que trataron de hacer Paone y Hameida desde las distintas ciudades desde las cuales trataron de contar qué está pasando en Ucrania. Ambas coincidieron en una cosa: el periodismo está compuesto de pequeñas historias. Con ellas, o más bien gracias a ellas, el profesional puede trasladar mejor la realidad. "Mi suerte ha sido que, al trabajar en un medio digital que ya abordaba las últimas horas, he podido centrarme en contar las historias. Yo llegué casi como una paracaidista, y a medida que empecé a recorrer los lugares ya fui entendiendo lo que ocurría", destacó Hameida, algo en lo que coincidió Paone. "La verdad es que ha sido una cobertura compleja, pero fácil desde el punto de vista de la disponibilidad de las personas. Todos los ucranianos están dispuestos a contarte su historia, a enseñarte cosas que quizás se te escapan. Más allá de los combates que se narraban desde Madrid, nos han dejado explicar las pequeñas cosas", añadió, asegurando que eso "ha sido un aprendizaje para los medios".

La información internacional, la primera víctima de la precariedad

Porque no todos los medios tienen información internacionalinfoLibre la ofrece, y de calidad, gracias a su socio editorial, Mediapart, tal y como destacó Manuel Rico— o no la tienen cuidada de manera suficiente. Por eso Milá valoró la "gran apuesta" que desde la televisión pública española se hizo para cubrir el conflicto de Ucrania desde el primer momento. No es lo habitual, coincidieron los cuatro profesionales, porque la información internacional no es precisamente barata. "Cubrir una guerra es caro y España siempre ha destacado en la precariedad. Me he encontrado a muchos compañeros que no tenían un lugar seguro en el quedarse ni unas condiciones mínimamente dignas para trabajar. Otros internacionales, en cambio, llevaban agentes de seguridad", explicó Hameida.

Pero, ¿de quién es la culpa? ¿De los periodistas que aceptan condiciones precarias o de los propios medios? Para Rico, de los segundos. "La culpa de esta precariedad es del empresario que acepta publicar una crónica que paga a 30 euros", opinó. Para Paone, también de los primeros. "Los periodistas tampoco podemos ir a cualquier sitio para utilizarlo de escaparate, eso hace un flaco favor a la profesión y contribuye a que no se invierta de manera adecuada. Hay que darse cuenta de lo valioso que es nuestro trabajo", añadió.

Vital para la lucha contra la desinformación

Milá, en este sentido, hizo un alegato en favor de la lucha por este tipo de información para que no ocurra lo que ya se ha visto en la información relativa a la guerra de Ucrania. "Ahora mismo cualquiera abre un blog en internet, comienza a ganar seguidores y empieza a tener influencia en el debate público, y eso es muy peligroso. Al final, vivimos en burbujas informativas donde las personas se informan en aquellos medios que ya dicen lo que previamente opinaban. Hay que ser capaces de trascender esas burbujas", dijo.

Apostó el periodista por la inversión que se ha hecho desde los medios públicos por la información veraz y fiable, a pesar de las dificultades. "Claro que todos los medios públicos han sido utilizados de forma partidista o para intereses particulares, pero ya vamos mejorando en este sentido", dijo, recordando a su vez que no existe una "información equilibrada". "¿Qué es exactamente? ¿Hablar de todo un poco? ¿Mostrar equidistancia entre el agresor y el agredido? La información la hacen personas que tienen sus propias sensibilidades e ideas. Como periodista, se me hace difícil transformarme en un actor neutro, por eso se está informando con más empatía hacia el agredido", aseguró.

¿Hacia qué agredidos mira el periodismo?

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Pero, ¿se hace igual hacia todos los agredidos? La mesa redonda organizada por infoLibre también quiso ahondar en una de las cuestiones que se han debatido desde el inicio de la guerra en Ucrania: ¿Estamos prestando la misma atención a este conflicto que a otros? Para Hameida la respuesta está clara: no. "Cuando llegué a Ucrania pensé que este conflicto nos ayudaría mucho a extrapolar una situación de invasión y ocupación a otros contextos, que entenderíamos por qué tantas personas se echan al Mediterráneo igual que las razones por las que los ucranianos salen de su país", explicó. Sin embargo, el Gobierno de España cambió su postura sobre el Sáhara y Hameida perdió la "inocencia" de pensar así.

¿Por qué ocurre? Según Paone y Rico, fundamentalmente por la cercanía. "Se trata de un conflicto que está ocurriendo en Europa y que nos implica directamente, además de tener consecuencias para nosotros", explicó la periodista. Y aun así, coincidieron todos, la atención a la guerra ha ido disminuyendo, algo que ocurre de manera natural. "Al final, todos tenemos una capacidad limitada de preocuparnos de conflictos tan lejanos. Inevitablemente, nuestra capacidad de atención es limitada", lamentó Mila.

Aprendizajes hacia el futuro

Lo que está claro, coincidieron todos los ponentes de nuevo, es que el periodismo saldrá diferente de este "mundo en erupción". La cuestión es si será para mejorar o para empeorar. ¿Y qué tiene que hacer para lo primero? Para Paone, apostar más "por las historias de nombres propios", algo por lo que también apostó Hameida, que expresó la necesidad de que se apueste por "el periodismo desde el terreno". "Yo apostaría por la verificación, por combatir y volver a poner las cosas en el lugar de la verdad o, al menos, cerca de ella", añadió Milá. "Yo creo que el periodismo es explicar las cosas de forma que mi madre las entienda, así que hay que explicar a la gente cómo afecta cada cosa a sus vidas particulares", sentenció Rico.

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