Altri. Vamos a contar mentiras tra-la-rá

Juan M. Molina Raspal

Allá por 2020 un entusiasmado A.N. Feijóo, tras reunirse con un grupo de expertos donde no faltaban conocidos empresarios gallegos, anunció que quería impulsar la instalación de una factoría para la producción de fibra textil a partir de madera (Lyocell) y que sería además verde, sostenible, sin apenas emisiones de CO2…. El guante fue recogido más tarde (o al menos así se presentó) por un grupo portugués que la construiría en el centro geográfico de Galicia. Ese grupo era Altri, con experiencia en el sector pastero y de fibras vegetales. Contaba ya con tres factorías en el vecino país que habían tenido algunos problemas en los últimos años. Dicen las malas lenguas que le hubiera resultado difícil construir una cuarta en Portugal y parece que decidió probar fortuna en Galicia. 

Altri es un conglomerado de grupos de inversión con los clásicos y artificiosos nombres. Promovendo InvestimentosCaderno Azul, que bien suena lo de azul, Actium CapitalLivrefluxo. Para rematar el asunto se une una nueva compañía con un nombre que no defrauda: Expressão Livre, donde participa….no!….sí! Cristiano Ronaldo. Todos ellos están relacionados con Cofina, sociedad que –debemos de reconocer– tiene un nombre insulso y que se dedica históricamente a… ¡MEDIOS Y CONTENIDOS! Siendo uno de los grandes grupos de comunicación portugués y con conexiones con medios de Brasil. Aquí todo el mundo vale para todo. ¡Acabaremos llevando a cambiar el aceite del coche a un echador de cartas!

Aunque a lo mejor no van tan descaminados, vale más un buen tratamiento en los medios que sesudos estudios ambientalistas. De hecho, me ha costado bastante encontrar en webs portuguesas algunas que fueran mínimamente críticas con la alegre pandilla y sus empresas. Quien manda, manda.

Como no hay dos sin tres, Altri se une con el grupo español Greenalia en una nueva empresa: Greenfiber. El avispado lector habrá intuido la fina mano del grupo de comunicación en el uso a tutiplén de los prefijos Green. Hasta el más tonto hace relojes.

Mientras en la Administración, la Xunta de Galicia, se empieza a trabajar para facilitar a la empresa la captación de dinero público, ya sea nacional ya sea europeo, declarando su proyecto como PIE (Proxecto Industrial Estatéxico), usando la TVG para minimizar, cuando no ignorar, la oposición a la planta de Palas de Rei por parte de partidos de la oposición, asociaciones ciudadanas y ambientalistas, sindicatos agrarios o pescadores… e incluso la Xunta privatizó los procedimientos de Evaluación Ambiental argumentando que facilitaba el proceso. Parece que esto último no va a valer de mucho ya que parte del decreto que lo hacia posible ha sido anulado por el TSXG (Tribunal Superior de Xustiza de Galicia) y se especula con que se pueda invalidar la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) que había resultado positiva.

Llama la atención que la empresa en un primer momento sólo habló de fabricación de fibra textil, aunque en la DIA el proyecto prevé 400.000 toneladas de pasta de celulosa seca frente a 200.000 de fibra Lyocell. ¿A ver si va a resultar una Celulosa como las de siempre?

Todo este proyecto está plagado de conceptos que suenan bien. SOSTENIBLE, mágica palabra. Se refiere en este caso a que usa árboles; los árboles crecen y su producción es cíclica, ¡BIEN!, fijan dióxido de carbono, ¡BIEN!. Pero no tan bien cuando los árboles de los que hablamos son eucaliptos. Estos árboles son originarios de Australia, donde están bien integrados en su medio natural, pero son elementos disonantes en los ciclos biológicos de los ecosistemas atlánticos. Por sus características es imposible que puedan participar en relaciones biológicas con la mayoría de las especies animales, vegetales y microbianas presentes en el bosque gallego. No hace mucho, y antes de aterrizar en el aeropuerto de Santiago de Compostela, me llamó la atención no solo la cantidad de bosques de esta especie, sino también la escasa o nula vegetación asociada. No hacen buenas migas con nadie.

No hace mucho, y antes de aterrizar en el aeropuerto de Santiago de Compostela, me llamó la atención no solo la cantidad de bosques de eucaliptos, sino también la escasa o nula vegetación asociada

El eucalipto vino para suministrar madera para la industria celulósica y debería desaparecer con ella. Uno de los argumentos usados por los promotores de la pastera de Palas de Rei es que en Galicia hay grandes excedentes de madera de eucalipto, se habla de un 60% que se destinan a la exportación. Según ellos, esta factoría podría absorber buena parte de la oferta. Pero lo mismo podría suceder que más silvicultores se animarían a plantar aún más, sobre todo en el cinturón que rodea la planta, que así obtendría buenos precios al descender los costes de trasporte, con lo que hasta podrían presumir de eucaliptos de proximidad, y el resto de productores del sector continuaría exportando la madera al tener consolidadas sus redes de negocio. ¡Vaya! Tendríamos en Galicia aun más eucaliptada. Esto agravaría uno de los problemas endémicos gallegos como son los incendios forestales, que con estos árboles que resisten muy bien el fuego perdiendo muy poco valor como materia prima para pasta de papel incentiva los incendios intencionados. Así mismo trasmiten muy bien el fuego por sus copas y con sus semillas, que explotan con el calor, favorecen la expansión del incendio a otros bosques colindantes. Lo que se llama hacer un pan con unas ostias.

Más palabras dulces: ECONOMÍA CIRCULAR. El agua sería usada y devuelta al río en perfectas condiciones ¡BIEN! Y con apenas pérdidas por evaporación ¡BIEN! Pero falla algún detalle. El agua para la planta se captará del cercano, unos doce kilómetros, embalse de Portodemouros que lleva tiempo con problemas de eutrofización, proceso que acaba degradando la calidad de las aguas, y que es debido tanto a la llegada de aguas con contaminantes (fosfatos, nitratos…) como al descenso del caudal recibido en algunas épocas del año. Si cumplen lo prometido al final va a ser no una factoría productora de celulosa, sino ¡una productora de AGUA LIMPIA! 

Teniendo en cuenta que en todo proceso se generan inevitablemente residuos y que la depuración es un proceso industrial, no parece que esto sea posible. Más bien se ajustará al máximo a los limites de contaminantes permitidos por la ley, lo que retroalimentará el proceso de eutrofización preexistente en el embalse acumulando más y más nutrientes. Un círculo vicioso, que no virtuoso. 

Pero hay más. El consumo de agua de la instalación se cifra, según asegura el promotor en la Declaración de Impacto Ambiental, en 46 millones de litros/día, y en el mismo documento afirma que se devolverán depuradas unos 30 millones de litro/día. Curioso, en su página web habla de uso circular del agua y que se devolverá la misma cantidad de agua captada excepto pequeñas pérdidas por evaporación. No parece pequeño el balance negativo de 16 millones de litros …. sobre todo para un embalse con problemas de eutrofización. 

En la DIA se pasa muy por encima la temperatura con la que las aguas volverán al río, mientras que en su web dice habrá una variación de 3 grados centígrados, arriba o abajo (¿), algo que consideran que no tiene la más mínima importancia, sin argumentar por qué. Tampoco es moco de pavo esta variación, que evidentemente será más caliente, no más fría, para acabar en un embalse con los mencionados problemas de eutrofización que se vería agravada por un mínimo aumento de la temperatura de las aguas. 

Así mismo aparecen, como es común a este tipo de proyectos, fabulosas cifras de empleos, que se van rebajando, as usual, a lo largo del proceso para acabar en un modesto número de puestos de trabajo. No, no se van a atar los perros con longanizas. En los municipios que albergan las tres plantas lusas los indicadores socioeconómicos están por debajo de la media portuguesa. Son datos oficiales, no propaganda.

Algo que a los que no nos movemos por estos ambientes llama la atención es que Altri habla de una inversión de casi mil millones de euros pero que prácticamente exige de la administración una aportación del 25% (250 millones de euracos). De no ser así, según ellos, el proyecto sería inviable. ¡Ole sus piringindángolas!. Aunque ninguno de los grupos inversores llegaría a aportar el 25%, sí lo haría el sector público. Vamos, nosotros, los contribuyentes, que sin saberlo seríamos los accionistas mayoritarios de un proyecto que a muchos no nos gusta y del que no obtendremos ni de lejos lo que las empresas de nombre imaginativo van a sacar.

En un clásico juego de trileros donde no faltan dineros públicosadministraciones de diverso nivel, fontaneros y conseguidores (suenan nombres como Pepe Blanco, antiguo ministro de Fomento y  ex Secretario de Organizacón del PSOE –¿qué tendrán estos cargos?–, o la exconselleira de Medioabiente y de Trabajo en la Xunta de Feijóo, Beatriz Mato), grandes constructoras (alguna está presionando para que el proyecto salga adelante y quedarse con el pastel), partidos y dirigentes políticosgrupos de inversión internacionales que tienen el morro de decir que “la política se la dejamos a los políticos”…. Al final, lo que se está jugando en Galicia es el modo de vida de miles de familias. Cuál va a ser el modelo de crecimiento, expoliador o sostenible. La salud del medio ambiente, en el que estamos nosotros, no lo olvidemos. La credibilidad de la democracia en unos tiempos en que, según muestran las encuestas, los más jóvenes no creen en ella (siempre ganan los mismos).  

___________________

Juan M. Molina Raspal es socio de infoLibre.

Allá por 2020 un entusiasmado A.N. Feijóo, tras reunirse con un grupo de expertos donde no faltaban conocidos empresarios gallegos, anunció que quería impulsar la instalación de una factoría para la producción de fibra textil a partir de madera (Lyocell) y que sería además verde, sostenible, sin apenas emisiones de CO2…. El guante fue recogido más tarde (o al menos así se presentó) por un grupo portugués que la construiría en el centro geográfico de Galicia. Ese grupo era Altri, con experiencia en el sector pastero y de fibras vegetales. Contaba ya con tres factorías en el vecino país que habían tenido algunos problemas en los últimos años. Dicen las malas lenguas que le hubiera resultado difícil construir una cuarta en Portugal y parece que decidió probar fortuna en Galicia. 

Más sobre este tema