“Me cago en Dios”
Maldice Juanito Cuenca, mientras estruja la prensa tras haber dado cuenta de los titulares. “Esto es inaudito”, masculla para los adentros. Cabreado, muy cabreado.
España, Irlanda y Noruega tras reconocer el Estado palestino o el montón de ruinas, escombros y cadáveres al que lo ha sometido el genocida de Netanyahu, no han sido más que carne de estúpidos “memes” y falsos videos de Hamás, auspiciados por el gobierno israelí. Hoy probablemente haya más militantes de Hamás que al inicio del asedio.
España, Irlanda y Noruega tras reconocer el Estado palestino o el montón de ruinas, escombros y cadáveres al que lo ha sometido el genocida de Netanyahu, no han sido más que carne de estúpidos “memes” y falsos videos de Hamás
Tarde para los reconocimientos, los gestos y la geopolítica vana. Tarde para la comunidad internacional, para el Tribunal de Justicia de La Haya, tarde para todo Dios. Pronto para que los falsos patriotas se hagan presentes a favor del genocidio y prometan derogar el reconocimiento de un Estado palestino cuando ellos lleguen a la presidencia de este país. Buitres que sobrevuelan los millares de ciudadanos palestinos muertos en una tierra que les pertenece por derecho, en la que serán enterrados en el mejor de los casos o en la que se pudran al sol. Tierra Santa.
Este texto debería escribirse con polvo de chabolas calcinadas en las manos, con uñas rotas de desescombrar, con cuerpos en bolsas de plástico, con sábanas blancas manchadas de sangre, pequeñas, de niños asesinados. Debería si pudiese, aunque solo poseo la rabia, la impotencia y un “Me cago en dios” solidario. Rafah es el escenario, el texto una mancha viscosa e ilegible que tiñe de muerte la más ruin de las catástrofes bélicas de la historia contemporánea. Mas de 35.000 cadáveres palestinos guardan silencio desde octubre.
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Pako Marti es socio de infoLibre.