Librepensadores

Éramos pocos...

Mario Diego

Aunque, deberíamos decir parió Susana. No tengo por costumbre meterme donde nadie me llama y más aún cuando de lo que se trata es de la última camada del PSOE –ni soy militante de ese partido ni tan siquiera votante– pero es verdad que es difícil mantenerse al margen delvodevil que nos están proporcionando los dirigentes socialistas, tanto por parte de los elefantes del socialismo como por parte de los elefantitos.

Podríamos pensar que estamos en presencia de un tsunami político como muchos comentaristas pretenden o que estamos presenciando una guerra entre dos posiciones fundamentales y determinantes para la defensa de los intereses de las trabajadoras y trabajadores de este país, en realidad lo que estamos presenciando es un espectáculo de ilusionismo, y los socialistas españoles no son los primeros que recurren a tal artimaña, para escamotear la ausencia de análisis y autocritica que nos explicaría porqué el PSOE ha estado perdiendo electores desde la última vez que han gobernado.

De hecho basta con escucharlos. ¿Alguno de los dos bandos propone derogar las dos reformas laborales que dejaron exangües a las trabajadoras y trabajadores a lo largo de estos últimos años? ¿Alguno de los dos bandos propone prohibir los despidos en empresas que acumulan beneficios? ¿Alguno de los dos bandos propone obligar a los evasores fiscales a devolver todo el dinero que deben, obligar a todas las multinacionales, ya sean españolas o extranjeras, a pagar los impuestos que deben? ¿Alguno de los dos bandos propone que los bancos que deben dinero al Estado lo devuelvan so pena de ser expropiados por el Estado?

En ninguna de las declaraciones hechas públicamente estos últimos días he oído hablar de esas asuntos. He oído hablar mucho de estatutos, de gestora, de abstención, de la necesidad de comportarse como verdaderos hombres de Estado responsables de lo que algunos elefantes socialistas se enorgullecen haber sido y que algunos de los elefantitos quieren ser. ¿Responsables para con quién?

Aquí quiero hacer un inciso para explicar lo que, desde mi punto de vista, hombre de Estado responsable quiere decir en este contexto. Hombre de Estado responsable, en tales circunstancias, es sinónimo de vasallo de la burguesía: es decir, que hacen y proponen lo que los poderosos mandan, de lo que el elefante Felipe se enorgullece con satisfacción, gozando al ver cómo los periodistas se arremolinan a su alrededor –a raíz de recientes declaraciones y como si fuera la primera vez– y sonriendo de felicidad.

Como he dicho al comienzo, nunca he militado en ese partido y nunca lo he votado, pero aquellos que como yo han pasado o pasarán, si tienen suerte, cuarenta, cuarenta y cinco años trabajando para ganar su pan no pueden poner su suerte entre las manos de esos hombres de Estado responsables, sólo podemos confiar en nuestras manos y piernas para cambiar en la calle lo que ningún político de Estado responsable cambiará gobernando. Todos están muy preocupados por la nación, por el país, pero ninguno lo está por aquellos que en su tiempo alguien denominó: la sal de la tierra.

Mario Diego es socio de infoLibre

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