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'Feijóolandia' y 'Ayusolandia'

Ximo Estal

Feijóo y Ayuso están convirtiendo la política española en un parque temático donde las atracciones más utilizadas son sus mediáticos apoyos. Se basan en las falacias continuas, la hipocresía argumental y un continuo proceder inconstitucional que raya el golpismo contra el Estado actual. Ayuso y Feijóo utilizan las instituciones y la propia Constitución como instrumentos para conseguir su objetivo: volver a la dictadura, y por ello no paran de lanzar continuamente sus “propuestas irracionales institucionales”, donde la libertad es su libertad, y los derechos, solo los tienen los que más tienen y con ello quieren acabar con lo público para justificar así las ayudas a lo privado. Es decir, aumentar la privatización y con ello el aumento de la exclusión social y la opresión a los que menos tienen. Y para engañar a la ciudadanía, que no vean que ese es su único propósito, unos días utilizan la amnistía y otros las víctimas del terrorismo de ETA como argumentación a la vez para continuar crispando y provocar más odio y así ocultar su falta de propuestas y ante todo su falta de tener propuestas de Estado que mejoren la convivencia y la igualdad. 

Feijóo y Ayuso son el exponente más claro de lo que la derecha nos quiere presentar: un parque temático donde primen las atracciones de la mentira, la prevaricación y de un volver al nacional catolicismo. Esto último con la ayuda de sus amigos de Vox, como se está viendo allí donde gobiernan juntos: censurando espectáculos, premios culturales, utilizando el rencor eliminando nombres de calles, poemas de poetas que reflejan libertad y, lo peor, utilizando las instituciones públicas para reprimir con la excusa de libertad. El parque temático de Feijóolandia y Ayusolandia no tiene ningún problema de mentir continuamente y de provocar más odio si con ello consiguen el poder que las urnas no le dan. Aunque vean que sus atracciones están marcadas y tienen trampa y no llevan la alegría, sino que van cargadas de exclusión, falta de libertad y vuelta al pasado más nefasto de nuestra historia. 

Feijóo y Ayuso son el exponente más claro de lo que la derecha nos quiere presentar: un parque temático donde primen las atracciones de la mentira, la prevaricación y un volver al nacional catolicismo

El parque temático de Feijóolandia y Ayusolandia cierra las atracciones de la convivencia, de la paz, de la verdadera libertad, de los valores democráticos, de la igualdad y mantiene abiertas aquellas que nos dividen como sociedad. Y lo peor es que sus adeptos mediáticos les perdonan y justifican. Incluso utilizan de manera irracional e hipócrita a Europa, donde sus amigos de Vox no aceptan y utilizan a las comunidades donde con sus amigos solo creen en ellas cuando sacan rédito económico y de poder. Utilizan la Constitución cuando les favorece a sus objetivos y por desgracia utilizan las instituciones judiciales para convencerles y que actúen con sus dictámenes a los objetivos de que solo la derecha puede gobernar. Cueste lo que cueste y caiga quien caiga. 

Ese es el parque temático de Feijóo y Ayuso, por lo cual están convirtiendo la política, la democracia con sus propuestas y argumentaciones en un circo mediático que podríamos definir como Feijóolandia y Ayusolandia. Dos países que, unidos a Abascalandia, se convierten en una nación alejada del siglo XXI, de la democracia y más cercana a tiempos oscuros y siglos anteriores. Es más, en ese país de estos políticos, la España negra y personajes de aquella época medieval tan nefasta y cruel en muchos aspectos: genocidio, tribunales de inquisición, falsos descubridores y reyes déspotas y no católicos son el ejemplo a seguir y un ejemplo de convivencia y unidad. Ese es el país al que quieren llevarnos todos aquellos que piensan que un país gobernado por los feijóolandenses y ayusolandenses son los únicos garantes de la libertad y la convivencia, cuando la realidad es que son lo contrario de los valores democráticos de igualdad, convivencia y del que la exclusión social poco a poco vaya desapareciendo. 

Basta ya de permitir que la mentira, la hipocresía, abran informativos con el fin de crear más crispación y odio; de premiar un Estado dirigido por políticos inmaduros con una gran falta de moralidad. La sociedad, como se demostró en las últimas votaciones, quiere políticos maduros que refrenden los valores democráticos, que basen sus argumentaciones en la verdad. Sin hipocresía y que busquen la convivencia entre todos los ciudadanos y ciudadanas y que exista una libertad de verdad y no el poder tomar unas cañitas o ver espectáculos donde se maltrata a los animales. Lo peor: que nos vendan como libertad el poder censurar y el poder entrar en locales contrarios a sus ideas (o ser apaleados y acabar e la UCI).

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Ximo Estal es socio de infoLibre.

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