La verdad es que el procés de Cataluña despertó en la sociedad española determinados parámetros que nunca deberían existir en el ser humano. Esto es utilizar la hipocresía como argumentario para defender postulados, informes o apreciaciones que solo defienden intereses partidistas, carentes de racionalidad y cargados de insensatez y de mucha parafernalia circense.
Todo lo que debe sobrar y no necesitan ni la política ni las tertulias informativas. Puesto que la política debe luchar por mejorar la convivencia, la solidaridad, el bienestar del pueblo; y las tertulias informativas deben informar, enseñar, educar en esa convivencia, en esa solidaridad, con argumentos sensatos, racionales y alejadas de actitudes más parecidas a actuaciones de un circo: con gritos incluidos y sin respeto a los que opinan lo contrario.
Es triste ver cómo, a consecuencia del procés, la acción que antes era delictiva para todos, ahora solo lo es para unos, a los cuales se les define como independentistas "los demonios con cola".
Triste es ver cómo la bicefalia, permitida en partidos políticos e incluso en la casa real, el solo planteamiento bicefálico por parte de los independentistas se convierte por los políticos denominados constitucionalistas y por determinadas tertulias informativas en el peor escándalo y la mayor acción grotesca de la sociedad. ¡Qué poca memoria tenemos! ¿Hay que recordar que el PP tuvo a Aznar como Presidente de Partido, y a Fraga como presidente honorífico? Que la casa real, y con ello el Estado Español, tiene a Felipe VI como rey de España y a su padre Don Juan Carlos como rey emérito?
Menos tertulias informativas y más tertulias educativas llenas de racionalidad y sensatez y alejadas de partidismos
Algunos dirán que es distinto, ¿seguro?, o queremos verlo distinto. Triste es ver cómo el caso de la corrupción, el gran mal endémico de la política y que ha llevado sus consecuencias, quieran o no determinados políticos y tertulias informativas, a provocar en el pueblo exclusión y disminución del bienestar, es visto desde distintos puntos de vista e incluso hasta se perdona cuando se intenta comparar con todo lo que "los independentistas" están haciendo. ¿Seguro?
Dejémonos de hipocresías, la política no debe apoyarse en ella y las tertulias informativas deben ser coherentes, serias, pues su misión es la de informar, educar, y hacer que se comprendan las cosas, no la de desinformar y crear enfrentamientos, y más cuando hay hechos de comparación.
Y podríamos hablar de más hechos, como las declaraciones con afán burlesco de algunos de nuestros políticos por las decisiones tomadas por la mayoría parlamentaria proclamada por las urnas.
Triste es ver esas risas sarcásticas del portavoz del PP, e "ironizar" de forma tan irracional e insensata que da la sensación de que se "ríe" de la democracia y del resultado de las urnas; y lo peor es que las tertulias informativas, algunas, hasta le aplauden la "gracia".
Triste, pero real. Menos hipocresía y más trabajar por la voluntad del pueblo. Menos tertulias informativas y más tertulias educativas llenas de racionalidad y sensatez y alejadas de partidismos. Eso es lo que necesita ya el pueblo, si no a quien verdaderamente estamos destruyendo es a la democracia.
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Ximo Estal es socio de infoLibre.
La verdad es que el procés de Cataluña despertó en la sociedad española determinados parámetros que nunca deberían existir en el ser humano. Esto es utilizar la hipocresía como argumentario para defender postulados, informes o apreciaciones que solo defienden intereses partidistas, carentes de racionalidad y cargados de insensatez y de mucha parafernalia circense.