Mafia
En un momento de gran esperanza para este país, la gente que ocupaba las plazas gritó y escribió en las pancartas: ¡PSOE y PP la misma mierda es! Hubo más, pero este eslogan retrata el statu quo desde la transición hasta nuestros días… y más allá. En ese grito se concentra la desilusión, la desesperanza y la desafección hacia quienes han hecho de la política una profesión. Duró poco la ilusión ante la acción conjunta y coordinada de las derechas: la política (PSOE incluido), la mediática, la económica, la policial y la judicial.
Con nostalgia de los tiempos de apogeo del bipartidismo, la prole de Fraga evoca “La calle es mía” y los del Clan de la tortilla añoran el inquietante “Quien se mueva no sale en la foto”, todas ellas y ellos bajo amenaza por el auge de la nostalgia de la dictadura. A cierta edad, se mira el presente con preocupación, con el miedo de una memoria no muy lejana que amenaza a nuestros descendientes negándoles un futuro decente y democrático.
La ocurrencia del gallego ha dado munición al enemigo al hablar de gente decente y mafia. Si no se tratara de un aquelarre facha, sería para reírse
Feijóo, conejo atrapado entre el fuego amigo de Aznar, Abascal y Miguel Ángel Rodríguez, ha convocado a la “gente decente” a una concentración indecente bajo el eslogan “Mafia o democracia” con el objetivo de generar portadas y artículos en prensa, apariciones en radio y televisión y riadas de cochambre tertuliana. Líder a palos de un partido donde vuelan las navajas y circula la cicuta, la ocurrencia del gallego ha dado munición al enemigo al hablar de gente decente y mafia. Si no se tratara de un aquelarre facha, sería para reírse.
Inmune al ridículo, la criatura ha convocado a la gente decente, lo que cualquier alma cándida podría interpretar como que no cuenta con gente impresentable del calado de consejeros de eléctricas y del sector inmobiliario, accionistas de banca y sanidad privada, fabricantes e intermediarios de armamento, fondos de inversión y cryptobros, eméritos y dictadores, terroristas y diplomáticos israelíes, gestores de residencias de mayores y de danas. Un gallego en una escalera nunca se sabe si sube o baja y Feijóo no se sabe si está rechazando o en realidad está haciendo un guiño cómplice a toda esa gente despreciable.
Y si la decencia en su boca se presta a interpretaciones y a serias dudas, ¿qué decir de la referencia a la mafia? ¿En qué piensa Feijóo? ¿A qué juega su partido? Nombrar la soga en casa del ahorcado nunca es una buena idea, por mucho que su prensa subvencionada eche toneladas de bulos o silencio sobre sus prácticas delictivas, por mucho que sus fiscales le afinen los casos flagrantes en toda españa, por mucho que controlen por la puerta de atrás la Audiencia Nacional, el TS y el CGPJ, por mucho que su militancia togada y uniformada cumpla con la consigna “Quien pueda hacer que haga”. El PP y sus líderes juegan en la liga adulterada de la impunidad, de la inviolabilidad, como Al Capone o Juan Carlos I.
¿En serio el eslogan elegido es “Mafia o Democracia”? Otro tiro en el pie, especialidad de la casa. Dado que PSOE y PP son las dos bandas que se reparten el territorio nacional, excepto Euskadi y Catalunya, bueno sería para la salud democrática que la ciudadanía, identificados los mafiosos, les diera la espalda en las elecciones y volviera a gritar en calles, plazas y urnas ¡PSOE y PP la misma mierda es!, pero para eso hace falta… gente decente.
Será curioso el desfile de “gente decente” al lado de Aznar, Ayuso, Feijóo, Rajoy y Mazón, ondeando banderas dotadas de nuevo de un significado ajeno a la Democracia. Ignoramos si Prisiones dará permisos extraordinarios a muchos de sus inquilinos para asistir al acto y si la asistencia al mismo servirá para rebajar pena en los juzgados, en SUS juzgados. Se verá a “gente decente” que, en otros foros, reivindica la demolición de la Democracia y el exterminio implacable de todo aquello que implique Diversidad, Libertad y Progreso.
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Verónica Barcina Téllez es socia de infoLibre.