El sentido común de Juan Luis Cebrián
Tras un titular rebuscado, “Disculpa a la traición; premio a la culpa” y una intro con el proverbio de Ortega y Gasset según el cual el sentido común es el menos común de los sentidos, Cebrián abre un artículo de opinión en El País, con referencias a la racionalidad según Bertrand Russell o Steven Pinker, para rematar con un pueblo bosquimano de cazadores-recolectores que no se entiende que relación tiene con la coetaneidad. Debe de ser la afección de las altas temperaturas de República Dominicana.
Racionalidad o sentido común, Mr. Cebrián, es haber creado un escudo social en las peores etapas de este país para proteger a la clase trabajadora. Esto lo hizo el que según usted solo tiene unas ansias desmedidas de perpetuarse en el poder: el “ciudadano” Sánchez y su gobierno progresista.
No pienso reproducir aquí los posicionamientos de la judicatura a la que usted alude porque pienso que son claramente obvios
No existe ningún esperpento protagonizado por el presidente del Gobierno español en funciones. Lo que acontece es pura política de negociación con partidos constitucionales elegidos democráticamente, en pos de que la derecha y la otra, la de ultramar, no puedan reventar ese escudo social ni por supuesto gobernar este país, por mucho que le pese tras haber ganado las elecciones. Y esto es puro músculo político. Son hechos y resultados económicos que se pueden consultar en las hemerotecas a las que usted, en decremento de la verdad y, para hacer ruido o soltar cortinas de humo, alude en su artículo. Y sí, la hemeroteca es muy sufrida y la contradicción y el error son características del ser humano.
No pienso reproducir aquí los posicionamientos de la judicatura a la que usted alude porque pienso que son claramente obvios. Tampoco pienso citar verso alguno de Francisco de Quevedo.
Pedro Sánchez no acabará metido en la chatarra como usted escribe en su artículo indignado desde República Dominicana, no sé, puede que acompañado de un daikiri o una piña colada. Pedro Sánchez acabará como este país, España, decida democráticamente.
A uno solo le acompaña el teclado, medio café y un cigarro
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Pako Martí es socio de infoLibre.