Spoiler al culebrón del juez Peinado
El próximo 30 de septiembre, los superiores del juez Peinado van a supervisar las diligencias de investigación que viene practicando sobre Begoña Gómez.
En este caso, el juez investiga a Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez, por “todos los actos, conductas y comportamientos, que se han llevado a cabo, por la investigada, desde que su esposo es el Presidente del Gobierno de España“ siendo el delito principal el tráfico de influencias. Dicho tipo delictivo exige la presencia de una autoridad y de una relación personal entre esta y quien no es autoridad. Evidentemente esa autoridad sería el Presidente del Gobierno. Y es precisamente esto lo que buscaba el juez Peinado con la citación de Pedro Sánchez al citarle en calidad de esposo de Begoña Gómez, para que este, al desdoblar su personalidad, la parte testigo esposo realice unas declaraciones que comprometan a la otra personalidad, la de Presidente del Gobierno. Genio y figura el juez Peinado.
A los otros dos investigados en este caso, el juez les hizo declarar como testigos previamente a adquirir la condición de investigados a pesar de, según él, tener evidencias de su implicación como tales previamente a su declaración.
El artículo 118 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal dice que, a toda persona a quien se atribuya un hecho punible se le debe instruir sin demora injustificada, con el grado de detalle suficiente, ese hecho concreto. Algo que el juez parece haber obviado.
El juez Peinado es un artista tendiendo “trampas” para encontrar al testigo que le diga cómo Pedro Sánchez ofreció algún beneficio, con el objeto de que se favoreciera a Begoña Gómez en sus negocios.
El juez Peinado es un artista tendiendo “trampas” para encontrar al testigo que le diga cómo Pedro Sánchez ofreció algún beneficio que favoreciera a Begoña Gómez
Analizando las prácticas de este juez en esta instrucción, es obvio que al final de la misma va a elevar, sí o sí, la causa al Tribunal Supremo para el procesamiento de Pedro Sánchez.
Los superiores de Peinado en Madrid que van a revisar su instrucción son los mismos que vieron una posible revelación de secretos por parte del Fiscal General del Estado en el caso del novio de Isabel Díaz Ayuso. Por aclarar, yo había leído la información presuntamente revelada por la fiscalía en la prensa antes de que esta publicase la famosa nota. Sin embargo, esos jueces elevaron la causa al Tribunal Supremo, quien tendrá que decidir. Y en este Tribunal le espera al Fiscal General el juez más imparcial y uno de los mejores de España, el que enmienda la plana a la RAE en su definición de "enriquecimiento".
Pues este es el final que le espera al Presidente del Gobierno, terminará ante el juez Marchena y solamente le librará el Tribunal Constitucional cuando resuelva que se han conculcado todos sus derechos fundamentales.
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Miguel García Tarrio es socio de infoLibre.