La tarde que murió Manolete

Manolete llevaba la muerte escrita en la cara aquella tarde del verano del cuarenta y siete. La posguerra necesitaba héroes que mitigaran sus miserias. Cien años después de su muerte, este país sigue arrastrando sus miserias de posguerra, con falsos héroes de medio pelo que proclaman consignas salvadoras de la patria.

“Somos la voz de aquellos que tuvieron padres en el bando nacional”. Titular de Santiago Abascal en el 2019. Vox, la voz de España.

Cien años después del miedo a la muerte, de la muerte, del hambre, de las cartillas de racionamiento. Cien años después, aparecen estos trileros de la política, en busca de losers para colocarles un producto rancio y caduco que adquieren con la boca llena y la esperanza abierta. Trileros de la mentira y la cochambre. Acólitos de la melancolía fascistas. Tras cien años, llueve sobre mojado y la calle se embarra de superchería, falacias, farsas y engañifas.

A Rodrigo Díaz de Vivar le canea la barba y le traiciona la gestualidad. Sabe cuándo miente y a quién miente. Habla con la boca llena. “Desde la Guerra Civil, nadie nos llevo a una contracción económica mayor”. En el 36 la actividad económica se hundió un 26%. Al año siguiente se añadió otro desplome del 7%. Nunca tras Guerra Civil hemos rozado esas cifras, ni por asomo. Miente, lo sabe y no tiene vergüenza alguna de largar el titular, y como este, doscientos.

Trileros rápidos en el movimiento de las ideas y las fake news. Les abala toda la escuela francesa y americana. Vendedores de mantas para el verano y paraguas para el desierto. Mala gente.

Manolete llevaba escrita la muerte en la cara esa tarde de verano del cuarenta y seis. Y este país lleva escrita cien años la muerte en su memoria.

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Paco Martí es socio de infoLibre