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Pues tres tazas…

Ciudadanos rechaza abrir “un debate sobre la memoria histórica”

Fernando Pérez Martínez

Mayo de 2014, el PP por boca de Arias Cañete, candidato a la sazón al Parlamento Europeo, deja caer lo oportuno que sería para el país un gobierno de coalición PP-PSOE. El orfeón del partido del Gobierno entona unánime la balada Qué buena idea y la propone como canción del verano 2014.

En el PSOE, el valiosísimo jarrón chino Felipe González secunda la idea: Si el país lo necesita. Las bases y votantes del PSOE no dejan lugar a dudas: Daréis la razón a Podemos, si lo que las huestes de los círculos llaman PP-PSOE, se transforma en una coalición bipartidista claramente en defensa de la casta y sus secretos de gobierno guardados celosamente bajo la alfombra. ¿Es esto lo que necesita el país?, se sorprenden propios y extraños que no alcanzan a comprender cuál es la amenaza que coacciona a España y que requiere un gobierno de coalición, excepto que la amenaza sea la que se cierne sobre PP y PSOE y sus promotores financieros desde las trincheras del 15M. El gobierno de coalición se desecha a regañadientes por las cúpulas correspondientes. Se pospone debería decir con más propiedad como veremos llegado el otoño de 2015 en vísperas de las más suculentas de las elecciones.

En esta ocasión,  se empezó a trabajar la coalición fundamentando el “si el país lo necesita” de González con la colaboración imprescindible de la derecha periférica, travestida para la ocasión en la derecha catalana soberanista, secesionista, independentista. Que tras la consabida caída del caballo camino de un damasceno paraíso fiscal, de Artur San Pablo o San Pablo Mas, que con el trastazo de la caída no tenía luces más que para concebir un arco iris en forma de señera estelada desde Andorra hasta Valencia, bajo cuyo amparo las masas de catalanes de pro y los catalanes adventicios viven sin paro ni recortes económicos, es decir, sin sentir el sable y mordisco de los Pujol y sus secuaces, todos rigurosamente neo independentistas, juramentados tras el pacto de sangre del tres por ciento; pudiendo por fin poner en marcha el sueño de atar a los perros con butifarra sin el embarazo del resto de los españoles que tradicionalmente han venido consagrando sus esfuerzos a impedirlo.

El líder del PP y presidente del Consejo de Ministros viene de retratarse balbuceando: ¿Y… la… europea?, en directo ante los micrófonos de una radio de cobertura nacional y recogido por las cámaras. Su aguda pregunta de boxeador noqueado refuerza la argumentación del periodista que se atrevió a acorralarlo contra su ignorancia constitucional palmaria y será rápidamente olvidada por los medios de creación de opinión favorable a lo que diga la banca.

La habilidad de este equipo de Gobierno ha consistido en improvisar en Cataluña en menos de cuatro años una minoría más que digna de independentistas sobrevenidos, pasando de un 15% a una cantidad próxima al 50%. Este servicio a la derecha neoindependentista catalana le será devuelto al permitir a Rajoy seguir los pasos del Pujol de Banca Catalana y arroparse en la defensa de España como único adalid y afrontar de esa manera el envite de las elecciones generales, cubriendo con la señera española las lacerantes úlceras de la corrupción galopante que se lleva a los búnkeres fiscales los derechos y libertades de los españoles, los servicios públicos tan duramente conseguidos y ahora regalados por gracia del gobierno del PP a los neoliberales de hipertróficas cuentas corrientes en los agujeros negros que eufemísticamente llaman paraísos fiscales, y que en la actualidad se hacen conocer bajo el engañoso apelativo de mercados.

¿No querías gobierno de coalición PP-PSOE en 2014?, pues toma tres tazas de coalición PP-PSOE-Ciudadanos en 2015.

La pregunta es ¿están a tiempo los españoles de ponerse a salvo de este gobierno de coalición por el que llevan luchando más de año y medio los partidos integrantes y sus proveedores financieros?

Parece que en diciembre habremos de elegir, no un nuevo gobierno para los próximos cuatro años, sino si queremos que la unidad de España sea defendida por el tripartito de Rajoy, Sánchez y Rivera, en singular combate contra las hordas independentistas improvisadas a derecha e izquierda, dentro y fuera del sistema capitalista catalán, capitaneadas por el sin par campeón de su propia y paradisíaca independencia fiscal, que es la de su padre político, además de la independencia sagrada de Cataluña, Artur Mas. También conocido como la baza electoral más firme del PP para estas elecciones.

Si por el contrario decidimos optar por que sean los catalanes quienes digan al señor Mas que no le creen y al señor Junqueras que qué hace Izquierda Republicana de Cataluña en contubernio con semejante tropa, mediante un referéndum en el que España no tenga que avergonzarse de ser representada ni identificada con Rajoy y su coalición España cañí, sino por un partido financieramente independiente del poder patológico alcanzado por los cuatro bancos que se han merendado media España y esperan comerse lo que queda en un par de meses con la ayuda de la coalición PP-PSOE-C´S. Un partido demócrata con objetivos confesables y factibles, futuro republicano y laico que propugna nueva ley electoral y nueva Constitución acorde con lo que estos años nos han enseñado. O si por el contrario estamos deseosos de trasegar tres tazas del mismo jarabe que nos ha traído la acción de gobierno del Ppé de Rajoy, cuyo resultado conocemos: malnutrición infantil, pobreza energética, sanidad y seguridad para quien se las pueda pagar, pobreza pese a tener trabajo..., esta vez en forma de coalición PP-PSOE-C´S.

Parece más sensato optar por la versión que nos ofrecen los partidarios de la nueva España del 15M como mal menor.

Fernando Pérez Martínez es socio de infoLibre

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