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La presión hace recular al Ayuntamiento de Sevilla, que celebrará una edición especial del Festival de Cine

Cartel del Festival de Cine Europeo de Sevilla

Patricia Godino

El Ayuntamiento de Sevilla ha rectificado y el próximo noviembre celebrará su Festival de Cine Europeo/SEFF, referente del cine de autor en el sur de Europa y programa consolidado en el calendario de festivales nacionales desde hace 20 años.

La de 2023 será una edición redimensionada, más corta y con menos títulos y proyecciones, que se celebrará a finales de noviembre (y no a principios de mes como era costumbre) y más cercana a una muestra o comisariado que al calibre de un gran certamen como se ha venido desarrollando en la última etapa, pero su vocación europea y el mes de celebración se mantienen. Y eso, después de una semana de incertidumbre sobre su futuro, es lo importante.

Del episodio que comenzó el pasado miércoles, a tres meses de su inauguración,  con la decisión del equipo de José Luis Sanz de posponer el SEFF a primavera sin consultar ni atender al criterio de los profesionales del sector, queda una evidencia: antes de tomar decisiones, es preferible hablar con los que saben; antes de menospreciar el trabajo realizado anteriormente, conviene pararse a conocerlo (el alcalde ha argüido estos días que el Festival había perdido “relevancia internacional” y que hacía falta “darle una vuelta”), y antes de optar por argumentos inconsistentes y ciertamente ridículos – “el Festival coincidía con los Grammys”- es recomendable esbozar una estrategia de comunicación que sostenga siquiera durante unas horas el argumento dado en público.  

De lo contrario se corre el riesgo de que en los primeros compases del mandato municipal, en el que el Partido Popular gobierna en minoría y habrá, por tanto, de hacer gala de las dotes para el acuerdo y el diálogo con el resto de fuerzas políticas para sacar adelante, por ejemplo, sus presupuestos, el tiro en el pie sea de tal calibre que luego sea complicado recuperar el crédito.

El crédito en la gestión cultural ha salido bastante tocado con la peregrina idea de cambiar de fecha el SEFF.

Eso precisamente es lo que ha tratado de recuperar/escenificar el alcalde José Luis Sanz este martes con la reunión de urgencia que ha mantenido en la Plaza Nueva, sede del Ayuntamiento de Sevilla, acompañado por el director de Festival, Tito Rodríguez, con la Academia de Cine, representada en su directora Marta Velasco, así como representantes de distintas asociaciones y plataformas del sector como Asociación Andaluza de Productoras de Cine (Ancine), la Asociación Andaluza de Mujeres en los Medios Audiovisuales (AAMMA) y la Asociación de Empresas de Distribución Audiovisual de Andalucía (Adeava).

Durante una semana, estos profesionales y voces de todos los ámbitos culturales de la ciudad y de toda España habían expresado, por todas las vías, su rotundo rechazo a la unilateralidad de la decisión, que lastraba no sólo el trabajo realizado en los años anteriores sino también las expectativas de cara a la participación de la industria en este Festival, que en 2022 obtuvo una valoración de 93,75 sobre 100 en la convocatoria de ayudas del Gobierno de España a certámenes cinematográficos.

Según fuentes consultadas por infoLibre de los portavoces en la reunión, se le ha trasladado al alcalde y a Minerva Salas, portavoz del Ayuntamiento y delegada de Cultura, que el cambio de fecha a primavera heriría de muerte la proyección internacional del SEFF y su interés para la industria europea, perdería atractivo para los creadores y cineastas a la hora de presentar en Sevilla sus películas, que ahora sí lo tiene como escaparate y estreno en España del cine de autor premiado en Cannes y Venecia, y pasaría de largo en una ciudad volcada en la Semana Santa y la Feria, empachada de celebraciones y con pocas ganas de encerrarse en un cine. También se le recordó al alcalde que incluso en 2020, con una edición marcada por las restricciones de la pandemia tras un repunte de los contagios, el SEFF mantuvo su carácter presencial, cumpliendo con todas las medidas Covid recomendadas por las autoridades sanitarias, y fue, en toda España, ejemplo de una defensa a ultranza del valor de la cultura en tiempos aciagos.

Porque noviembre era y es el mejor mes para el SEFF en Sevilla, una vez celebrados el Festival de San Sebastián en septiembre y la Seminci de Valladolid en octubre. El alcalde ha informado a los medios a la salida de la reunión que para futuras ediciones el Festival seguirá celebrándose en noviembre.

La reunión ha coincidido además este mismo martes con la carta enviada por la Academia de Cine Europeo mostrando su apoyo al SEFF firmada por el presidente Mike Downey, el director Matthijs Wouter Knol y el miembro de la junta Antonio Saura, donde se destacaba la importancia de fijar en el calendario la fecha de noviembre para mantener así la "relevante contribución al cine español y al cine europeo" de la cita, con la que, aseguran, la colaboración "durante años" ha sido "exitosa y cordial". 

Tras conocerse que el PP en el gobierno municipal daba marcha atrás, el socialista Antonio Muñoz, alcalde saliente de la ciudad y uno de los dirigentes públicos más volcados en la defensa e imagen del SEFF en los últimos años, ha trasladado que “evidentemente es una buena noticia que el gobierno municipal haya rectificado después escuchar al sector del cine. Lo ideal habría sido que se hubieran hecho las cosas justo al revés: primero reunirse con quienes conocen de verdad este mundo para después tomar una decisión, escuchándoles, sin improvisaciones. Nos habríamos ahorrado el bochorno internacional para la ciudad después de 20 años de esfuerzo para consolidar un Festival de Cine que hoy cuenta con prestigio y solvencia. Sevilla no puede seguir haciendo el ridículo en materia cultural”.

Una edición redimensionada

Lo que queda ahora para el Ayuntamiento de Sevilla es, en menos de tres meses, ponerse las pilas y tratar de salvar los muebles de una edición que se entiende desde ya de transición.

Para ello, la principal herramienta de trabajo es el Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla, que hace apenas 8 días ha sufrido la baja de su director gerente, José Lucas Chaves, que ha vuelto a su puesto en la SGAE al mes de su fichaje y con un equipo en la dirección cultural de la ciudad que ha empezado con mal pie.

“Los plazos para los pliegos son los que son y hay que jugar con el factor ICAS para sacar adelante todo el trabajo que viene con un festival como éste”, hablamos de los pliegos de contratación de personal, alojamiento, viajes, producción, sonido, vehículos, convenios…, comenta una fuente conocedora de la dinámica de trabajo previo en la organización de un evento cultural que durante 10 días mueve, en condiciones normales, a unas 200 personas de equipo en los días de celebración, 500 invitados, entre prensa nacional, internacional e invitados, y unos 75 mil espectadores de público en sala, a la postre, estos la verdadera razón de ser del SEFF. Los números del SEFF 2023 serán otros, sin duda.

Cabe recordar que si por muchas razones el Festival acumulaba prestigio y reconocimiento en la cinefilia europea es porque servía de escaparate para el estreno en España de títulos alejados siempre del blockbuster y con una verdadera vocación de servir de espejo de los problemas, conflictos e identidades de la vida en el viejo continente, películas y autores que de otra forma pasarían de largo en las carteleras, casi siempre copadas por el cine americano y el palomitero. También por servir como plataforma de estreno de la nueva hornada de cineastas andaluces en el marco de los títulos escogidos en Panorama Andaluz, muchos apoyados por el sello RTVA, área del SEFF que a finales del año pasado perdía al añorado Juan Antonio Bermúdez, alma y programador de esa sección durante años.

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Queda, decimos, una tarea titánica e ingente que vuelve a poner sobre la mesa una realidad: hace años que el SEFF debiera haber dado el salto organizativo para contar con una gestión independiente, de la que gozan festivales de su tamaño como la Seminci, o aprender de la solvencia gestora de la que han presumido en la etapa anterior áreas punteras de la ciudad como Turismo, tantas veces ligado al atractivo cultural de la ciudad.

Queda, por tanto, mucho trabajo por delante para Tito Rodríguez al frente de esta edición SEFF 2023, pero también queda una lectura sobre la mesa: no se puede gobernar a la contra del sentido común. La contestación es inmediata y el bochorno es grande.

Aplíquese a tantos y tantos ejemplos por toda España con las primeras decisiones que, en el ámbito cultural pero no sólo, han acumulado en apenas dos meses los nuevos gobiernos municipales de PP y Vox tras el 28M.

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