Mar de Fondo - Gemma Pellicer
Editorial Jekyll & Jill (2025)
Justo antes del verano me hice con un ejemplar de esta novela escrita por la colaboradora de infoLibre Gemma Pellicer, quien, junto a Fernando Valls, se encarga de la sección quincenal 'Liebre por gato' dedicada al microrrelato, dentro de la sección literaria Los Diablos azules. Esta licenciada en Filología Hispánica y Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona ha publicado hasta ahora formas breves, habiendo cultivado el microrrelato y el aforismo. Mar de fondo es su primera novela, que yo la definiría también como novela corta o nouvelle. También imparte clases de escritura creativa en el Ateneu de Barcelona.
Mar de fondo es una historia centrada en la vida cotidiana de unos personajes cuyo tema central es el acoso en el trabajo y cómo afecta a nuestras vidas, mostrándonos la relación que se va entretejiendo entre lo personal y lo laboral. Está compuesta por cuarenta y seis capítulos cortos, de página y media aproximadamente, donde nos va presentando un mosaico de personajes que se relacionan unos con otros y que nos dejan ver cómo influyen en la vida de la protagonista, Marina, una chica dedicada a la hostelería que termina cayendo en una profunda depresión a raíz de unos sucesos de acoso laboral.
En algunos momentos me ha parecido entrever un cierto aire a Tea Rooms, de Luisa Carnés, solo que en el momento actual. La historia de Marina la tejen también otros personajes, entre los que destaca el Capitán, su abuelo, al que está muy unida, alguien acostumbrado a lidiar con la voracidad del mar. El mar como metáfora. El mar de fondo que se explica en el capítulo 41, Las aguas revueltas, las que no se ven y que de forma subterránea crean los oleajes de la superficie, ese mar de fondo que muestra el vasallaje en las relaciones laborales y personales, esa necesidad de dominio a través de vínculos de dependencia y fidelidad, esa necesidad de sojuzgar aunque de vez en cuando haya que soltar migajas, la tiranía de quien manda o de quien se cree superior, “el mar de fondo enrarecido en el que braceábamos todos en mayor o menor medida”.
Los capítulos están escritos en primera persona, donde nos hablan los distintos personajes siempre en relación a Marina, usando la elipsis y a base de pinceladas para mostrarnos un retrato de sus relaciones con su pareja, su cuñada, su abuelo y el resto de secundarios. Es curiosa la complicidad con el abuelo y la ausencia de sus padres, que solo se les menciona al final y no quedan muy bien parados, personajes distantes que se despreocupan de los cuidados del capitán, que son asumidos básicamente por Marina, pese a sus avatares laborales. Aquí nos presenta lo que a veces ocurre, que hace falta un salto de una generación para conseguir una mayor complicidad, en este caso con el abuelo.
Solo hay un capítulo que está en segunda persona, el capítulo quince, titulado Plenitud, cuando ella habla de sus sentimientos hacia su pareja. La historia va intercalando hechos del pasado, en su paso por un hotel, con los del presente, el abuelo, su depresión, su nuevo trabajo. Enseguida aparece una pista, antes de la tercera o cuarta línea para que sepamos quién habla y lo que nos cuenta. A la vez hay dos capítulos en los que cambia el foco, que cuestionan lo que la protagonista y su entorno piensan sobre lo ocurrido, dos capítulos en los que se interpela al lector para que sean críticos con lo leído y saquen sus propias conclusiones: el capítulo 32, titulado A sabiendas, y el capítulo 35, titulado Gajes del oficio.
Mi conversación con ella sobre su novela fue, más o menos, en estos términos:
1.- Tu trabajo literario ha venido marcado por las formas breves de expresión: cuento, sobre todo microrrelato, aforismo y ahora novela breve. ¿Qué encuentras de sugerente en estas secuencias?
Son géneros, más allá de la novela, donde la literatura se halla quintaesenciada... Siempre me ha interesado mucho el lenguaje, la corrección que conlleva toda escritura literaria; y los géneros más breves, como los que mencionas, permitían esa labor de poda y reconstrucción de una prosa con voluntad estética; el manejo de la tensión narrativa (en los géneros ficticios) y de una elipsis consciente. Por otra parte, mi interés por el cultivo de esas formas breves se remonta al surgimiento de las bitácoras en la primera década del siglo XXI, anterior a las redes sociales. Allí empecé a publicar microrrelatos, como creo que les pasó a otros escritores. En cuanto a esta novela, quise centrarme en lo estrictamente importante: describir cómo el precario mundo laboral que se inició con la recesión del 2008 afectaba a un personaje tan expuesto a sus dentelladas como Marina Fortuny, los numerosos problemas que le acarreaba su trabajo... Hay una tensión evidente que recorre la novela de principio a fin, sin apenas zonas de descanso. Con la división de la novela en 46 capítulos que van y vienen del presente al pasado, quise dotar de agilidad y concisión a los diversos testimonios que van construyendo por capas, en pinceladas sucesivas, la historia de Marina y el Capitán, nieta y abuelo, los dos protagonistas.
2.- Hablemos de la novela, en concreto del título y de la portada, con un “mar de fondo” que aparece en la página 127 como algo enrarecido y con un abuelo capitán de barco “acostumbrado a combatir la voracidad del mar”. ¿El mar como algo tormentoso, tortuoso, como símil de las relaciones humanas?
Y de la propia vida, que suele manifestarse bastante complicada, y cargada de obligaciones, en personas como Marina o el capitán, a quienes —en cierta forma— se les ha negado su capacidad de decisión, y de ahí que ambos sean tachados de náufragos, y que compartan una misma urgencia por manifestarse, por rebelarse también.
3.- El tema de la novela es el acoso laboral. ¿Por qué para hablar de ello has situado a la protagonista en la hostelería? ¿Qué es lo que te sugirió este tema?
Las noticias frecuentes en la prensa sobre la crisis del sector y varios casos reales que conocía me hicieron pensar que podría ser una historia representativa de nuestro tiempo, por su crudeza, pero también de otros entornos laborales caracterizados por la explotación y el abuso. Al margen de la fachada idílica que puede ofrecer un buen restaurante u hotel, me propuse dibujar una imagen más real, menos bucólica, de ambos entornos. Está tan extendido y generalizado el desequilibrio de poder en las relaciones personales, y ya no digamos entre jefes y empleados, que me pareció que debía abordarlo. Por supuesto, otros escritores han tratado asuntos parecidos con mucho acierto: pienso ahora en Elvira Navarro, Sara Mesa, Sabina Urraca, Lara Moreno o Patricia Capdevila... todas ellas escritoras preocupadas por temáticas semejantes. O en las novelas de Isaac Rosa, en la última tuya, así como en varias del maestro Rafael Chirbes.
4.- Otro tema que me parece interesante que subyace en el trasfondo, es el de los cuidados, sobre todo abuelo-nieta, pero también en la familia, representada por su pareja y su cuñada. Háblanos un poco de ello
La novela aborda no sólo maltratos que son habituales en el ámbito laboral, sino también en las relaciones personales que entablamos con conocidos y allegados, con familiares y demás. Creo que la sociedad actual ha erosionado hasta tal punto las buenas formas y el trato cordial que solíamos mantener con desconocidos —en el fondo, una consecuencia más de la crisis económica vivida en la primera y segunda década del siglo—, que hemos acabado normalizando su falta o mengua, su ausencia total en los casos más flagrantes. Y de ahí, claro, la importancia de los cuidados en el ámbito familiar. Tanto para sanar las heridas que suele infligirnos una vida desapacible como para poder seguir adelante. Quería que el lector viera el problema del maltrato cotidiano no sólo desde la perspectiva laboral de Marina, sino también desde la óptica de otros personajes secundarios que la acompañan como Lucía o Julio, quienes también padecen lo suyo. Si no me extiendo más en ellos es por su condición de personajes secundarios al servicio de la trama principal. En la series de televisión, se tiende a multiplicar a los personajes, de todo tipo y condición, para quedar bien con todo el mundo, para que nadie se moleste o quede fuera. Pero una novela ambiciosa, por sencilla que sea, debería poder manejar otros tratamientos y enfoques menos complacientes con el público mayoritario.
5.- Todos los capítulos están escritos en primera persona, unos en tiempo pasado, otros en tiempo presente, alternando las experiencias de los personajes, pero hay uno, el capítulo 15, que está en segunda persona y en presente. ¿Cuál ha sido la intención?
Ese capítulo viene a ser una pausa reflexiva, de las pocas que contiene la novela, en mitad de la vorágine de malas experiencias que acumula Marina, y que ella se permite para reflexionar sobre el amor, sobre su poder de salvación. Marina es consciente de que sin el apoyo constante de Julio, su pareja, le habría sido mucho más difícil salir adelante. Podría decirse que es una declaración de amor que solo formula mediante el pensamiento.
6.- Aunque tiene bastante de novela coral, personajes que hablan en primera persona y que terminan componiendo un mosaico, hay dos que destacan, Marina y el capitán. Nieta y abuelo. En cambio, no hay apenas referencia a los padres y la que aparece no es muy positiva. ¿Crees que a veces, el salto de una generación facilita un mayor entendimiento en las familias, obviando a los progenitores? ¿Por qué has querido hacerlo así?
Sí, lo creo. No sólo por estar abuelos y nietos más en los márgenes dentro de cualquier estructura familiar, sino porque su condición subalterna acaba por unirlos en mayor medida. Te decía antes que, en el caso de Marina y el Capitán, ambos se acompañan tras reconocer su condición de náufragos; pero es evidente que esa relación estrecha se entabla a partir de otros tantos motivos: poder pasar juntos más tiempo, compartir juegos y meriendas, muestras de cariño y cuidados constantes... Por otra parte, no debemos olvidar que el amor de los abuelos puede ser uno de los más incondicionales que existen.
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En la novela también hay varios capítulos —digamos— más experimentales, puestos en boca de una especie de coro griego implacable, como lo son todos, representado en la figura de Pedro, uno de los jefes de Departamento del antiguo hotel en que trabajó Marina, del que ella sale tan quemada. Cargué las tintas de ese coro a sabiendas para que el lector no supiera, en ningún momento, quién hablaba en realidad: si los miedos, obsesiones y delirios de Marina, o si se trataba, por el contrario, de una voz colectiva, cruel y despiadada debido a su empeño por minarla y socavarla sin disimulos ni complejos de ningún tipo... De igual modo, le corresponde al lector averiguar si Marina se excede en la exposición de sus vivencias frente a la versión de esos mismos hechos que narran varios personajes implicados. Esa ambigüedad inextricable recorre toda la novela como un gran enigma que deberá resolver el lector interesado.
Mar de fondo, de Gemma Pellicer, ha sido publicado por la editorial Jekyll & Jill. Si no la encuentran en las librerías, pídanla, está disponible y en dos o tres días podrán adquirirla y leerla. Buen provecho.
* Carmen Peire es escritora. Su último libro es 'Mapas de asfalto' (Menoscuarto).