El tiempo con voz

Dispersiones - Natalie Clifford Barney

Traducción de Julio Pollino Tamayo

Cypress Cultura - Colección Délfica (Sevilla, 2025)

Es ya un tópico consolidado defender que la práctica de la traducción es más un asunto de sentido que de filología. El viaje literario a otro idioma desemboca en un nuevo texto; supone un ejercicio de creación directa. Amparado en la necesidad, el traslado promueve el acercamiento inmediato a voces que, sin el traductor, quedarían lejanas e inadvertidas. Julio Pollino Tamayo nos acerca desde el francés Dispersiones, una colección de materiales verbales publicada en 1910, de la que es autora Natalie Clifford Barney (Dayton, EEUU, 1876-Paris, 1972). La oportuna nota del editor recupera algunos datos biográficos relevantes como el temprano asentamiento de la escritora en los ambientes intelectuales del Barrio Latino  de París. Allí mantuvo una relación cercana, durante décadas, con intelectuales y artistas franceses, norteamericanos e ingleses. Cuando todavía vive en Ohio, en el norte de su país, en 1900 edita su primera entrega poética. Por su normalización del lesbianismo, el trabajo despierta el violento rechazo de su progenitor, lo que aconseja evitar polémicas y rupturas de la convivencia familiar publicando una segunda entrega bajo pseudónimo.

Ya asentada en la ciudad del Sena, su itinerario creador se enriquece con un nuevo libro de poesía y la colección de textos breves que aquí se publica bajo el título de Dispersiones. El activismo de su condición femenina alienta proyectos como la creación en 1927 de la "Academia de las mujeres", concebida como reacción frente al exclusivismo masculino de la Academia francesa. Serán integrantes de aquel epicentro cultural Colette, Gertrude Stein, Djuna Barnes o René Vivien. Sus aforismos critican con aspereza la misoginia y los roles secundarios que desempeña la mujer ante la falta de oportunidades reales: "Viendo a esas mujeres libres esforzándose por ser artistas. Se comprende más a fondo la estupidez de los hombres". En el salón de su casa promueve tertulias y facilita encuentros para promocionar itinerarios femeninos de interés, alumbrando contactos con miembros de la generación perdida, una etiqueta crítica de Gertrude Stein, que incluye en su relación nominal a John Dos Passos, Ezra Pound, Ernest Hemingway o Faulkner.

La lectura de sus pensamientos suscita la admiración de Remy de Gourmont, prestigiosa figura cultural y relevante influencia como un novelista, periodista y crítico de arte. Surge una fuerte amistad entre ambos y mantienen frecuentes conversaciones, cuyos temas suscitarán cartas y artículos publicados en el periódico Mercure. Será una influencia continua en el taller  literario de Natalie Clifford Barney y un decidido valedor de sus empeños culturales.  

La escueta precisión del título Dispersiones define la variedad digresiva del material aforístico. Los enunciados mantienen una precisa brevedad y aluden sobre todo a la naturaleza de las relaciones humanas y a la constante inestabilidad de los rescoldos afectivos. En los itinerarios del pensamiento conviven la ironía, la paradoja y el sentido ético: "No es lo que haces lo que me importa, sino lo que eres". La idea, desgajada  de la introspección y con una mínima sedimentación expresiva, se convierte en una pequeña lección de autoconocimiento. El tono confidencial no abandona nunca la actitud crítica: "Las palabras se convierten en pequeñas tumbas si no se las deja a tiempo" o "ser libre, aunque no sea más que para cambiar de esclavitud".

En las tenues iluminaciones resalta el lenguaje poético, la riqueza de un vocabulario que busca, más que lo anecdótico, los detalles esenciales, aquellos que generan una atmósfera de realidad para no ser de ninguna época sino de un presente continuo y ajeno a cualquier moda. La escritura se hace lectura íntima del tejido amoroso; en esa lectura el amor nunca baja los ojos al describir la relación de los amantes o la fuerza de su atracción.

En la sección Impulsos críticos, el aforismo mantiene una mayor distancia de la efusión sentimental y se abre al entendimiento de las propias ideas. Como breves principios de conducta, las misivas verbales acercan sugerentes consejos o comparten reflejos del yo confidencial: "Ser constantemente fiel a las verdades que cambian constantemente", "solo después de haberlo dicho puedo pensar mi pensamiento" o "solo cuestionarte a ti mismo".

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El tramo Salones de pintura integra textos que valoran imágenes de gran fuerza expresiva y enaltecen la pintura como expresión artística. La escritora sabe que el gusto condiciona siempre la percepción de la belleza, del mismo modo que la verdad de cada fragmento escrito es subjetiva e individual, dispuesta a cambiar en cada observación.

Las vetas argumentales de Dispersiones son abiertas. Cincelan emociones y mezclan reflexiones personales sobre lo cotidiano y ejercicios de la razón, que hacen del contraste un espacio de dicción expresiva: "¡Qué pródigos aquellos que no tienen!, "jamás cometo disparates para poder hacer tonterías", "mi pena me ilumina por la sombra que proyecta sobre el presente. El presente, esa realidad sin sombras" o "como no hay imposibles, no hay inevitables". Las anotaciones de Natalie Clifford Barney retornan sobre sí para escribir un mínimo inventario de certidumbres personales, una escueta biografía sentimental que hace de escritura y existencia orillas colindantes, meditación y hondura.

* José Luis Morante es poeta y crítico, sus últimas entregas son el ensayo 'Paso Ligero. La tradición de la brevedad en castellano Siglos XX y XXI' (La Isla de Siltolá, 2024) y 'Fuera de guion (casi cien microrrelatos)' (Lastura, 2024).

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